Gerardo Naranjo nos habla de su experiencia en Hollywood: "Lo que hacen allá en las series es una cochinada"
- por © Jon Apaolaza (Berlín)-NOTICINE.com
Después de unos años en los que parece que se ha asentado entre crítica y profesionales la idea de que en las teleseries estadounidenses es donde ahora se acumula el talento, la originalidad y el atrevimiento del que los grandes estudios de Hollywood carecen, surge la voz -que hay que reconocer autorizada- del mexicano Gerardo Naranjo, quien tras triunfar con "Miss Bala" fue llamado para dirigir en Estados Unidos, donde ha participado en tres series muy conocidas, niega categoricamente en entrevista exclusiva con NOTICINE.com que haya tanta calidad en la ficción televisiva USA: "Lo que hacen allá en las series es una cochinada", asegura.
- Acaba de estar presente como productor en el mercado de la Berlinale... ¿En qué anda metido últimamente?
Tengo una vida además de ser director de cine, que es hacer series de televisión gringas, americanas. Eso he estado haciendo en los últimos tiempos y en ello me he especializado. Lo hago con la idea de aprender cómo una serie puede convertirse en un fenómeno global. He estado haciendo trabajos en la industria como "Fear The Walking Dead", "Narcos" o "The Bridge". Ahora soy productor porque quiero traer a la industria mexicana las lecciones que he aprendido en la industria estadounidense".
- ¿Está de acuerdo en que es en este momento la ficción televisiva mejor que las películas de los grandes estudios?
No, no es cierto que los trabajos de televisión que se hacen en Estados Unidos sean más interesantes que los que están llevando a cabo los grandes estudios. Lo que hacen allá en las series es una cochinada. Creo que el contenido que hay en Netflix es muy pobre, salvo dos o tres series buenas. Nos están tratando de dar material bastante deficiente. Esa es la tendencia, empezar a comprar cosas por menos precio y bajar la calidad. Yo nunca he entendido por qué la gente ve Netflix. Mi trabajo es adecentar las series que hago. Trato de que haya cierta dignidad en el trabajo, pero no depende de mí. Creo que es un tiempo de oscurantismo para la ficción. Todos los valores comerciales casi han destruido a lo artístico. Yo por ejemplo no veo cine de Hollywood. Trato de que mi dieta cultural sea un poco más sana. A mí personalmente no me gusta ver coches volando y cosas así. Es algo que puedo hacer, pero no siento que sea el futuro para nosotros. Ojalá no intentemos hacer big Hollywood budgets...
- Parece que en América latina y España también se ha intentado elevar el listón de la calidad y originalidad en televisión...
Al hacer referencia a la industria gringa estamos hablando de un imperialismo cultural, de un negocio controlado por una industria americana muy poderosa que trata de homogeneizar y destruir a la competencia. Lo veo en todo lo que ellos hacen, sobre todo en el propio imperialismo cultural, en cómo están tratando de educar al mundo para que todos seamos como ellos. Ahí veo una gran oportunidad de lucha. Creo que debemos entender cómo nos están lavando el cerebro para tratar de recobrar un poco la conciencia en lo que respecta al entretenimiento. Como productor veo que hay que dar la lucha, obviamente ahí están los americanos y está Trump, tratando de controlar, y es nuestro deber encontrar cierta independencia, autonomía y voz propia.
- ¿Qué aprendió trabajando en Estados Unidos?
Madurar es crecer, es convertirse en un adulto y es entender que si uno quiere sobrevivir en un mercado moderno y competitivo tiene que aprender a trabajar internacionalmente y globalmente. Para mí fue un reto transformar lo que sabía, ya que era un director que no estaba acostumbrado a trabajar en algunas situaciones. Yo entré al mundo cinematográfico a través de amar las imágenes en el cuarto oscuro del cine. No estoy seguro de que lo que hacemos en las series tenga mucho que ver con el estado hipnótico del cine, pero los paradigmas se acaban; todo está cambiando, las tecnologías están cambiando y para mañana todo habrá cambiado.
- Cuando hace unos años cruzó usted la frontera para afincarse en Los Angeles se le relacionó con una serie de proyectos de películas que finalmente no se materializaron, y al final sólo ha dirigido capítulos de series. ¿Qué pasó?
Llevo un tiempo en Estados Unidos tratando de hacer una película de estudio y no se ha logrado. El por qué no lo sé. Yo lucho por la calidad y por lo que creo que debe de ser. Esto tiene que ver con el estudio, con mucho dinero, con actores importantes. Yo desarrollé proyectos serios que estuve a punto de filmar y que no se hicieron por diferencias con el estudio en el plató. Cuando uno es director tiene que tomar decisiones difíciles y decidí no seguir adelante con ciertos proyectos cuando no se me garantizaba autonomía y control.
- ¿Cuándo le veremos entonces hacer una película, allá o en México?
Acabo de filmar tres películas que están en proceso. Trabajar no es problema. Para hacer cine no son necesarios estos presupuestos que se exigen para las series. El cine es algo que se hace con calma, con lentitud. Es un gran trabajo artesanal y espero no separarme nunca de eso. En México, actualmente estoy produciendo el segundo episodio de una serie de dos historias que estoy produciendo y que ya estamos filmando. No paro de trabajar, yo siento que no se necesita dinero para trabajar. También estoy haciendo películas y, en general, trabajando.
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- Acaba de estar presente como productor en el mercado de la Berlinale... ¿En qué anda metido últimamente?
Tengo una vida además de ser director de cine, que es hacer series de televisión gringas, americanas. Eso he estado haciendo en los últimos tiempos y en ello me he especializado. Lo hago con la idea de aprender cómo una serie puede convertirse en un fenómeno global. He estado haciendo trabajos en la industria como "Fear The Walking Dead", "Narcos" o "The Bridge". Ahora soy productor porque quiero traer a la industria mexicana las lecciones que he aprendido en la industria estadounidense".
- ¿Está de acuerdo en que es en este momento la ficción televisiva mejor que las películas de los grandes estudios?
No, no es cierto que los trabajos de televisión que se hacen en Estados Unidos sean más interesantes que los que están llevando a cabo los grandes estudios. Lo que hacen allá en las series es una cochinada. Creo que el contenido que hay en Netflix es muy pobre, salvo dos o tres series buenas. Nos están tratando de dar material bastante deficiente. Esa es la tendencia, empezar a comprar cosas por menos precio y bajar la calidad. Yo nunca he entendido por qué la gente ve Netflix. Mi trabajo es adecentar las series que hago. Trato de que haya cierta dignidad en el trabajo, pero no depende de mí. Creo que es un tiempo de oscurantismo para la ficción. Todos los valores comerciales casi han destruido a lo artístico. Yo por ejemplo no veo cine de Hollywood. Trato de que mi dieta cultural sea un poco más sana. A mí personalmente no me gusta ver coches volando y cosas así. Es algo que puedo hacer, pero no siento que sea el futuro para nosotros. Ojalá no intentemos hacer big Hollywood budgets...
- Parece que en América latina y España también se ha intentado elevar el listón de la calidad y originalidad en televisión...
Al hacer referencia a la industria gringa estamos hablando de un imperialismo cultural, de un negocio controlado por una industria americana muy poderosa que trata de homogeneizar y destruir a la competencia. Lo veo en todo lo que ellos hacen, sobre todo en el propio imperialismo cultural, en cómo están tratando de educar al mundo para que todos seamos como ellos. Ahí veo una gran oportunidad de lucha. Creo que debemos entender cómo nos están lavando el cerebro para tratar de recobrar un poco la conciencia en lo que respecta al entretenimiento. Como productor veo que hay que dar la lucha, obviamente ahí están los americanos y está Trump, tratando de controlar, y es nuestro deber encontrar cierta independencia, autonomía y voz propia.
- ¿Qué aprendió trabajando en Estados Unidos?
Madurar es crecer, es convertirse en un adulto y es entender que si uno quiere sobrevivir en un mercado moderno y competitivo tiene que aprender a trabajar internacionalmente y globalmente. Para mí fue un reto transformar lo que sabía, ya que era un director que no estaba acostumbrado a trabajar en algunas situaciones. Yo entré al mundo cinematográfico a través de amar las imágenes en el cuarto oscuro del cine. No estoy seguro de que lo que hacemos en las series tenga mucho que ver con el estado hipnótico del cine, pero los paradigmas se acaban; todo está cambiando, las tecnologías están cambiando y para mañana todo habrá cambiado.
- Cuando hace unos años cruzó usted la frontera para afincarse en Los Angeles se le relacionó con una serie de proyectos de películas que finalmente no se materializaron, y al final sólo ha dirigido capítulos de series. ¿Qué pasó?
Llevo un tiempo en Estados Unidos tratando de hacer una película de estudio y no se ha logrado. El por qué no lo sé. Yo lucho por la calidad y por lo que creo que debe de ser. Esto tiene que ver con el estudio, con mucho dinero, con actores importantes. Yo desarrollé proyectos serios que estuve a punto de filmar y que no se hicieron por diferencias con el estudio en el plató. Cuando uno es director tiene que tomar decisiones difíciles y decidí no seguir adelante con ciertos proyectos cuando no se me garantizaba autonomía y control.
- ¿Cuándo le veremos entonces hacer una película, allá o en México?
Acabo de filmar tres películas que están en proceso. Trabajar no es problema. Para hacer cine no son necesarios estos presupuestos que se exigen para las series. El cine es algo que se hace con calma, con lentitud. Es un gran trabajo artesanal y espero no separarme nunca de eso. En México, actualmente estoy produciendo el segundo episodio de una serie de dos historias que estoy produciendo y que ya estamos filmando. No paro de trabajar, yo siento que no se necesita dinero para trabajar. También estoy haciendo películas y, en general, trabajando.
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