Graciela Borges, la estrella activa que hace de estrella retirada en "El cuento de las comadrejas"
- por © Redacción-NOTICINE.com
En una constante reivención la veterana actriz argentina Graciela Borges, estrella de varias generaciones de cineastas australes, se puso bajo las órdenes del ganador del Oscar Juan José Campanella, para -junto a un ilustre trío de compañeros de trabajo ante las cámaras-, protagonizar el remake de una comedia clasica del cine nacional, rebautizada como "El cuento de las comadrejas". "Mi personaje (una madura figura del cine argentino ya retirada) tiene varias facetas. Hay un momento dado en que es bastante detestable. Igual tiene una cosa salvadora y sanadora. Tiene un cierto ego infantil de las viejas estrellas de Hollywood, que me imagino que tendrían esa especie de vida, ese sentimiento de ser fantásticas, las mejores, las más lindas y que envejecer debía ser una cosa espantosa", explica Borges.
En declaraciones a Página 12, la protagonista de "La cienaga" detalla que su esfuerzo radicó en no hacerla “profundamente fría, ni ausente, jactanciosa. Entonces, le puse humanidad, como algo que yo sé que ella tendría en el fondo, a pesar de lo dura que es con todos. Fue una muy buena experiencia, solamente que hicimos en invierno una película de verano, con dos grados bajo cero. No fue fácil, pero el propio cine no es fácil”.
Respecto de las diferencias con el film original, Graciela Borges considera que era "otra historia. No sé por qué, pero no la puedo comparar con esta película para nada. Me pasó una cosa con 'El cuento…2. Cuando me dieron el guión me morí de risa. Los diálogos eran muy geniales y divertidos. Y empecé a no poder compararlas. Me encantó la de Martínez Suárez pero me parece que no tienen el mismo espíritu. Es un film muy lindo, pero es otra cosa. Lo que pasa es que la historia es parecida".
Ser una estrella argentina y hacer de estrella argentina no implicó, explica la actriz, un esfuerzo diferente a su técnica de asumir personajes: "Mi concepción siempre es la misma. Una lo piensa, lee el libro en su totalidad y va ubicando los personajes. Voy pensando en mí personaje, leyéndolo y alguna vez digo las frases, pero no de memoria porque eso es más complejo para mí. Las hablo. Y un día no sé cómo siento que soy el personaje. Cuando eso ocurre es un milagro. Y tiene que ocurrir eso porque si no, no estoy bien en la película. Entonces, ya no me pregunto más cosas. Yo ya sé cómo mira Mara, cómo es. No es que después me quede Mara toda la vida y yo siga siendo eso. Yo soy quién soy haciendo Mara. Entonces, me hace gracia pensar cómo va a contestar tal cosa, con qué violencia contestará lo otro, cómo se arrepiente de decir alguna vez cosas que no siente. Yo creo que este personaje siente un poco de vergüenza de no aceptarlos tal cual son a todos".
A diferencia de su personaje en "El cuento de las comadrejas", Graciela Borges no sólo sigue en activo a sus 77 años muy activa, y es requerida por los cineastas argentinos de mayor relevancia internacional, como Pablo Trapero, Lucrecia Martel, Luis Ortega o Daniel Burman, y ha sido capaz de adaptarse a esas nuevas tendencias. "Yo creo que cada uno lo sueña, lo piensa y lo puede hacer porque me imagino que no volverán a hacer la película que pensaron. Creo que son gente libre y creativa. Yo, que he podido tener cerca a Favio, a Lucrecia (Martel), al mismo De la Torre, siento que ellos fueron o son realmente lo que quisieron ser. No hay épocas pasadas mejores ni actuales mejores. Trabajar con Luisito Ortega fue una maestría, y recién empezaba. Lo busqué porque su primera película, 'Caja negra', me pareció formidable. Las nuevas directores también son muy amigas mías. Levanto el teléfono y hablo con ellas. El otro día hablaba con Maria Alché, después la llamé a Anita Katz. Me parecen muy interesantes. Además, hay una cantidad de actrices fenomenales".
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En declaraciones a Página 12, la protagonista de "La cienaga" detalla que su esfuerzo radicó en no hacerla “profundamente fría, ni ausente, jactanciosa. Entonces, le puse humanidad, como algo que yo sé que ella tendría en el fondo, a pesar de lo dura que es con todos. Fue una muy buena experiencia, solamente que hicimos en invierno una película de verano, con dos grados bajo cero. No fue fácil, pero el propio cine no es fácil”.
Respecto de las diferencias con el film original, Graciela Borges considera que era "otra historia. No sé por qué, pero no la puedo comparar con esta película para nada. Me pasó una cosa con 'El cuento…2. Cuando me dieron el guión me morí de risa. Los diálogos eran muy geniales y divertidos. Y empecé a no poder compararlas. Me encantó la de Martínez Suárez pero me parece que no tienen el mismo espíritu. Es un film muy lindo, pero es otra cosa. Lo que pasa es que la historia es parecida".
Ser una estrella argentina y hacer de estrella argentina no implicó, explica la actriz, un esfuerzo diferente a su técnica de asumir personajes: "Mi concepción siempre es la misma. Una lo piensa, lee el libro en su totalidad y va ubicando los personajes. Voy pensando en mí personaje, leyéndolo y alguna vez digo las frases, pero no de memoria porque eso es más complejo para mí. Las hablo. Y un día no sé cómo siento que soy el personaje. Cuando eso ocurre es un milagro. Y tiene que ocurrir eso porque si no, no estoy bien en la película. Entonces, ya no me pregunto más cosas. Yo ya sé cómo mira Mara, cómo es. No es que después me quede Mara toda la vida y yo siga siendo eso. Yo soy quién soy haciendo Mara. Entonces, me hace gracia pensar cómo va a contestar tal cosa, con qué violencia contestará lo otro, cómo se arrepiente de decir alguna vez cosas que no siente. Yo creo que este personaje siente un poco de vergüenza de no aceptarlos tal cual son a todos".
A diferencia de su personaje en "El cuento de las comadrejas", Graciela Borges no sólo sigue en activo a sus 77 años muy activa, y es requerida por los cineastas argentinos de mayor relevancia internacional, como Pablo Trapero, Lucrecia Martel, Luis Ortega o Daniel Burman, y ha sido capaz de adaptarse a esas nuevas tendencias. "Yo creo que cada uno lo sueña, lo piensa y lo puede hacer porque me imagino que no volverán a hacer la película que pensaron. Creo que son gente libre y creativa. Yo, que he podido tener cerca a Favio, a Lucrecia (Martel), al mismo De la Torre, siento que ellos fueron o son realmente lo que quisieron ser. No hay épocas pasadas mejores ni actuales mejores. Trabajar con Luisito Ortega fue una maestría, y recién empezaba. Lo busqué porque su primera película, 'Caja negra', me pareció formidable. Las nuevas directores también son muy amigas mías. Levanto el teléfono y hablo con ellas. El otro día hablaba con Maria Alché, después la llamé a Anita Katz. Me parecen muy interesantes. Además, hay una cantidad de actrices fenomenales".
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