In Memoriam: El cine, según Luis Ospina
- por © María Amorós-NOTICINE.com
El fallecimiento de Luis Ospina, este pasado fin de semana, deja un legado social y cultural a los próximos cineastas colombianos. Cofundador del llamado "Grupo de Cali", director, guionista y productor rodó sobre todo obras del género documental, pero superó esas limitaciones de género para convertirse desde "Caliwood" en un referente obligado de la creación y la industria audiovisual de Colombia. Vamos a repasar algunas de sus ideas, extraídas de diversas declaraciones suyas.
Entre el año 1968 y 1972 Ospina estudió en la Universidad de California donde recopiló sus primeras influencias cinematográficas. Así lo cuenta en una entrevista inédita en 2016, publicada por la revista Arcadia: "Vi las primeras películas de Andy Warhol, por ejemplo, en un sitio que era una antigua sinagoga; al mismo tiempo iba a los cineclubes de MIT y de Harvard, que pasaban mucho cine europeo y cine experimental norteamericano. Estando allá, un profesor de física, me regaló uno de los primeros libros de cine que tuve: 'El cine japonés', de Donald Richie. Fue la primera vez que leí un libro sobre una cinematografía que casi no conocía, y eso me dejó como la primera piedra en el zapato".
El cine de Ospina fue conocido en Colombia por el predominio del terror, los vampiros y el cine de serie B, una clara inspiración en el cine de Hollywood de los años 50 y 60 que debía a su compañero Andrés Caicedo, tal como relata para el periódico El Tiempo: "Estaban las películas inglesas de la Hammer Films, que fueron los Drácula que nos tocaron a nosotros. (…) Él nos contagió a apreciar ese cine, que era menospreciado en ese momento. Las películas que hicimos Mayolo y yo en parte son producto de ese cine de Serie B".
Una de las mayores inquietudes de Luis Ospina era la sociedad y cultura de Colombia. Casi todas sus producciones, que suman 34 en total, fueron documentales, donde la cultura colombina era uno de los puntos fuertes, tal y como explicó en el Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias (FICCI): "Películas que con humor, escepticismo y desenfado han cuestionado y creado mitos, mezclado lo culto y lo popular y que le han dado relevancia a momentos, obras y personajes de la cultura colombiana".
"Oiga vea" (1971) es una de las obras que sirven de ejemplo de ese cine social. Era un film documental sobre el efecto de los VI Juegos Panamericanos celebrados en Cali, centrándose en aquellas personas pobres que no pudieron entrar a los estadios de las competiciones. "Por esa entrega y dedicación al séptimo arte, y en reconocimiento a una labor que aportó lucidez y originalidad al difícil camino que el cine colombiano ha atravesado para llegar al buen momento que vive en la actualidad", se dijo en el Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias, que decidió rendirle homenaje en su edición 56.
El director caleño tenía una manera muy personal de ver el séptimo arte. Según el periódico El Tiempo, el colombiano tenía mucha sensibilidad visual y capacidad de reinventarse, lo que le llevó a ser internacionalmente conocido en varios festivales de cine como en Oberhausen, Sitges, Lima, Biarritz, Bogotá o Cartagena.
Sus últimos años estuvieron marcados por la enfermedad, algo que se reflejó notablemente en sus creaciones. "Me diagnosticaron un cáncer con largo proceso de tratamientos y cirugías. Una situación que también se plasma en mi cime", cuenta el propio Ospina en una entrevista en el certamen cartagenera.
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Entre el año 1968 y 1972 Ospina estudió en la Universidad de California donde recopiló sus primeras influencias cinematográficas. Así lo cuenta en una entrevista inédita en 2016, publicada por la revista Arcadia: "Vi las primeras películas de Andy Warhol, por ejemplo, en un sitio que era una antigua sinagoga; al mismo tiempo iba a los cineclubes de MIT y de Harvard, que pasaban mucho cine europeo y cine experimental norteamericano. Estando allá, un profesor de física, me regaló uno de los primeros libros de cine que tuve: 'El cine japonés', de Donald Richie. Fue la primera vez que leí un libro sobre una cinematografía que casi no conocía, y eso me dejó como la primera piedra en el zapato".
El cine de Ospina fue conocido en Colombia por el predominio del terror, los vampiros y el cine de serie B, una clara inspiración en el cine de Hollywood de los años 50 y 60 que debía a su compañero Andrés Caicedo, tal como relata para el periódico El Tiempo: "Estaban las películas inglesas de la Hammer Films, que fueron los Drácula que nos tocaron a nosotros. (…) Él nos contagió a apreciar ese cine, que era menospreciado en ese momento. Las películas que hicimos Mayolo y yo en parte son producto de ese cine de Serie B".
Una de las mayores inquietudes de Luis Ospina era la sociedad y cultura de Colombia. Casi todas sus producciones, que suman 34 en total, fueron documentales, donde la cultura colombina era uno de los puntos fuertes, tal y como explicó en el Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias (FICCI): "Películas que con humor, escepticismo y desenfado han cuestionado y creado mitos, mezclado lo culto y lo popular y que le han dado relevancia a momentos, obras y personajes de la cultura colombiana".
"Oiga vea" (1971) es una de las obras que sirven de ejemplo de ese cine social. Era un film documental sobre el efecto de los VI Juegos Panamericanos celebrados en Cali, centrándose en aquellas personas pobres que no pudieron entrar a los estadios de las competiciones. "Por esa entrega y dedicación al séptimo arte, y en reconocimiento a una labor que aportó lucidez y originalidad al difícil camino que el cine colombiano ha atravesado para llegar al buen momento que vive en la actualidad", se dijo en el Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias, que decidió rendirle homenaje en su edición 56.
El director caleño tenía una manera muy personal de ver el séptimo arte. Según el periódico El Tiempo, el colombiano tenía mucha sensibilidad visual y capacidad de reinventarse, lo que le llevó a ser internacionalmente conocido en varios festivales de cine como en Oberhausen, Sitges, Lima, Biarritz, Bogotá o Cartagena.
Sus últimos años estuvieron marcados por la enfermedad, algo que se reflejó notablemente en sus creaciones. "Me diagnosticaron un cáncer con largo proceso de tratamientos y cirugías. Una situación que también se plasma en mi cime", cuenta el propio Ospina en una entrevista en el certamen cartagenera.
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