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El italiano Ennio Morricone no sólo fue uno de los compositores cinematográficos más longevos, sino posiblemente el más productivo, al menos entre los italianos. Sus detractores le acusaron de que su prolificidad le hizo repetirse a menudo, sobre todo antes de alcanzar una fama mundial, pero estas siete bandas sonoras de películas, en las que brilló su trabajo, deben figurar en las discotecas o listas de reproducción de todos los melómanos del cine.

- "Erase una vez en América / Once Upon a Time in America" (1984)
Después de una larga serie de espléndidas bandas sonoras de espagueti westerns, las que cimentaron su fama, Sergio Leone vuelve a llamar a Morricone para la que sería su obra maestra, "Erase una vez en América / Once Upon a Time in America", posiblemente una de las partituras más variadas en estilos y ritmos de la obra del músico italiano. Nostalgia, romanticismo, violencia, lirismo son los ingredientes de esta composición para la gran pantalla, que cómo casi todo el trabajo desplegado por Morricone para Leone resulta inolvidable e identificadora de la película. Si la quieren ver, busquen la versión íntegra de esta historia de amistad en la mafia judía, la que dura más de 3 horas...

- "La misión / The Mission" (1986)
La emotiva historia, inspirada en hechos reales, de los jesuitas enfrentados a poderes políticos y religiosos para intentar salvar a los indígenas bajo su protección encontró un respaldo trascendental en la partitura de Morricone, donde brillan el oboe y otros instrumentos de viento. Pese a estar nominada al Oscar a mejor banda sonora, no lo ganó (más vale correr un estúpido velo sobre la relación entre la Academia de Hollywood y el compositor italiano...), pero es sin duda una obra de las más inspiradas, un canto a la solidaridad humana y a la espiritualidad.

- "Hasta que llegó su hora / Erase una vez en el Oeste / C'era una volta il West" (1968)
De las películas del Oeste que Morricone musicó para Sergio Leone, hemos seleccionado esta, por la originalidad de su tema central, que no tiene los ritmos y efectos habituales en la llamada "trilogía del dólar", sino un extremo lirismo acorde con el melodramatismo de la cruel historia que narra. Una voz femenina tararea la inolvidable melodía, que parece más propia de un film romántico que de un espagueti western sobre la venganza. Pero en el binomio Leone-Morricone, cualquier camino trillado se esquivaba, y el riesgo no sólo no era temido, sino anhelado.

- "Novecento" (1976)
La marcha revolucionaria que va ganando en intensidad y metales, partiendo del "romanzo", es de las que enardece a cualquier masa minimamente concienciada. Aparte de ella, en varios tonos y versiones, la banda sonora de la larga película de Bertolucci, sobre la relación a lo largo del siglo XX entre una familia de terratenientes y otra de trabajadores del campo cuenta con temas tan sensibles como el pianístico "Tema de Ada".

- "Cinema Paradiso / Nuovo Cinema Paradiso" (1988)
Las imágenes nostálgicas de Tornatore no harían llorar tanto sin la música de Morricone. Una de las últimas grandes composiciones del italiano ilustra la infancia, juventud y madurez de Salvatore "Totò", el niño de pueblo que encontró en el cine su vocación. La magistral partitura fue olímpicamente ignorada por la Academia.

- "Los intocables de Eliot Ness / The Untouchables" (1987)
Otra de sus composiciones nominadas al Oscar (y otra estatuilla que pasó de largo), la de la nueva versión de la lucha de Eliot Ness contra la mafia y su estigma de corrupción disfruta de un potente tema central, toda una marcha en honor a la honestidad, y de otro muy peculiar, dedicado a Al Capone, junto con otro emotivo corte para las escenas tristes.

- "El profesional / Le professionnel" (1981)
Un sólo tema justifica la presencia en nuestra lista de esta olvidable película francesa, protagonizada por Jean-Paul Belmondo, el instrumental "Chi mai", que tuvo una vida propia más larga que la propia cinta. Aquí tampoco hay una relación obvia entre el estilo del film, un thriller de acción, y la melodía central creada por el maestro romano. En realidad, fue compuesto para otra cinta, "Maddalena", realizada una década antes, y el propio Belmondo se empeñó en incluirlo en la película, con una readaptación más contundente que la versión original.

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