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Al premiado cineasta cubano Ernesto Daranas, autor de las películas "Conducta" y "Sergio & Sergei" no le ha gustado que el diario oficial (y único) del país, Granma, use la primera de ellas como referente ético frente al fenómeno de los "coleros", personas o familias enteras, que acaparan productos tras hacer horas de cola en las nuevas tiendas en dólares y otros comercios para luego intentar revenderlos. "No son el verdadero problema. Criminalizarlos no pondrá fin a la escasez, del mismo modo en que televisar solo a los acaparadores deja intacta la raíz de la corrupción que nos agobia", asegura Daranas.

En la Cuba del confinamiento, los "coleros" son quienes hacen cola en las tiendas con el fin de revender con beneficio posteriormente lo adquirido en el mercado negro, a través de redes sociales, en muchos casos. Se trata de un fenómeno consecuencia de la acentuada crisis que vive el país, tras el cierre de fronteras y ausencia de turistas, soporte principal de la economía nacional.

En Granma, portavoz del Partido Comunista y único periódico diario en Cuba, el columnista Elson Concepción aludió a la película "Conducta" como justificación de las detenciones y condenas a "coleros". "Cada espectador tiene el derecho de hacer suya una película e interpretarla a su manera. En ese sentido, debo respetar la apropiación que el periodista Elson Concepción hace de 'Conducta' en las páginas de Granma, respaldando las medidas que se han tomado contra los coleros y la importancia que él les atribuye frente a la pandemia", afirma el guionista y director en un comunicado publicado en su nombre por compañeros en Facebook.

"No voy a hablar entonces -añade- en nombre de Chala o de Carmela para no interferir en su idea de lo que estos personajes representan. Prefiero referirme al aula que comparten. Una pequeña aula con un mural de la patria en el que una alumna "palestina" (originaria del Oriente de Cuba) ha colocado una estampa de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre. Un aula en la que estudia el hijo de un preso político que es el mejor amigo de Chala. Un aula repleta de muchachos que podrían ser hijos de coleros y coleras, o de padres que no tienen dólares para comprar en las nuevas tiendas. Con esa aula intenté la parábola de una Cuba inclusiva, tolerante y diversa. Mi prioridad fue nuestra autoestima, el recordatorio de lo que realmente somos como cultura y como pueblo, mucho más allá de esos símbolos y consignas entre los que el significado de 'Patria' se extravía".

En opinión de Ernesto Daranas, los "coleros" son una consecuencia de una situación de penuria: "Criminalizarlos no pondrá fin a la escasez, del mismo modo en que televisar solo a los acaparadores deja intacta la raíz de la corrupción que nos agobia. Eludir las causas reales de nuestras dificultades y fabricar un enemigo frente a cada problema es parte de un modus operandi agotado, que solo sirve a quienes intentan que apartemos la mirada de los cambios que todos sabemos necesarios. Las crisis son, también, excelentes oportunidades de transformación y crecimiento".

"Conducta", finaliza el cineasta, "habla de esa Cuba posible. De esa Cuba compleja que ha sabido plantar cara a la pandemia evidenciando el talento de su pueblo y de su ciencia. Una Cuba con todos y para el bien de todos. Una Cuba en la que cada ciudadano pueda aportar todo lo que su iniciativa y esfuerzo generen. Una Cuba en la que no serían necesarios policías, militares ni movilizados para cuidar de una cola. Pero insisto, cada cual tiene el derecho de interpretar una película a su manera".

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