Finalizó en la Habana la Muestra de Cine Turco
- por © Frank Padrón (Cuba)- NOTICINE.com
21-II-06
Con la proyección generalizada de la excelente coproducción turco - hispano - italiana "Haman, el baño turco" (1997) de Ferzan Oztepek que, como habíamos informado constituyó la premiére de la Muestra de Cine Turco en Cuba, finalizó la misma arrojando un saldo irregular. Los dos últimos estrenos no fueron exactamente bien recibidos ni por el público ni por la crítica, que se insinuó dividida, entre escéptica y desconcertada.
"Fango" (2003), de Dervis Zaim, que venía avalada por un premio en Venecia, decepcionó a casi todo el mundo pues esta historia donde se mezclan antiguas leyendas, estatuas o fragmentos de ellas, una arcilla milagrosa de poderes curativos y cuatro personajes que viven con la esperanza de reconciliarse con un pasado en un Chipre aún escindido, está más mutilada, astillada y falta de pies y cabezas que las propias estatuas emblemáticas. Los elementos de suspense aparecen dispersos, los personajes y sus móviles desdibujados, y todo queda a mitad de camino entre el "thriller" de vocación política y el simple entretenimiento, sin que se resuelva en ninguna dirección.
Mucho mejor, sin embargo, y a pesar de ciertas dilaciones innecesarias y de vueltas de tuerca a un argumento que, desde su minimalismo, hubiera resultado más efectivo de haber cohesionado sus elementos expresivos, "Lejano" (2002), de Nuri Bilge Ceylan, que conquistara importantes lauros dentro y fuera de Turquía, incluyendo el Gran premio del Jurado y el de interpretación masculina (ex-aequo entre sus dos protagonistas, Muzaffer Ozdemir y Mehmet Emin Toprak) en Cannes.
El fotógrafo de la historia ve abrirse un abismo cada vez mayor entre sus sueños y la realidad al acoger a un paisano que llega a Estambul desde el interior a buscar trabajo.
La cinta pone el dedo en la llaga en la ruptura de los ideales que acarrea el acomodo material, profundiza con elegancia en los personajes y dentro de un tempo deliberadamente moroso, consigue hermosos y eficaces planos en una ejemplar fotografía donde la belleza del entorno condiciona y acentúa el conflicto de los personajes.
Muestra desigual, cierto, pero de todos modos agradecible, por informarnos y actualizarnos sobre un cine, al margen de sus alcances y calidades, apasionante.
Con la proyección generalizada de la excelente coproducción turco - hispano - italiana "Haman, el baño turco" (1997) de Ferzan Oztepek que, como habíamos informado constituyó la premiére de la Muestra de Cine Turco en Cuba, finalizó la misma arrojando un saldo irregular. Los dos últimos estrenos no fueron exactamente bien recibidos ni por el público ni por la crítica, que se insinuó dividida, entre escéptica y desconcertada.
"Fango" (2003), de Dervis Zaim, que venía avalada por un premio en Venecia, decepcionó a casi todo el mundo pues esta historia donde se mezclan antiguas leyendas, estatuas o fragmentos de ellas, una arcilla milagrosa de poderes curativos y cuatro personajes que viven con la esperanza de reconciliarse con un pasado en un Chipre aún escindido, está más mutilada, astillada y falta de pies y cabezas que las propias estatuas emblemáticas. Los elementos de suspense aparecen dispersos, los personajes y sus móviles desdibujados, y todo queda a mitad de camino entre el "thriller" de vocación política y el simple entretenimiento, sin que se resuelva en ninguna dirección.
Mucho mejor, sin embargo, y a pesar de ciertas dilaciones innecesarias y de vueltas de tuerca a un argumento que, desde su minimalismo, hubiera resultado más efectivo de haber cohesionado sus elementos expresivos, "Lejano" (2002), de Nuri Bilge Ceylan, que conquistara importantes lauros dentro y fuera de Turquía, incluyendo el Gran premio del Jurado y el de interpretación masculina (ex-aequo entre sus dos protagonistas, Muzaffer Ozdemir y Mehmet Emin Toprak) en Cannes.
El fotógrafo de la historia ve abrirse un abismo cada vez mayor entre sus sueños y la realidad al acoger a un paisano que llega a Estambul desde el interior a buscar trabajo.
La cinta pone el dedo en la llaga en la ruptura de los ideales que acarrea el acomodo material, profundiza con elegancia en los personajes y dentro de un tempo deliberadamente moroso, consigue hermosos y eficaces planos en una ejemplar fotografía donde la belleza del entorno condiciona y acentúa el conflicto de los personajes.
Muestra desigual, cierto, pero de todos modos agradecible, por informarnos y actualizarnos sobre un cine, al margen de sus alcances y calidades, apasionante.