Crónica de Adrián Caetano sobre su nuevo film

por © K&S Films/Redacción-NOTICINE.com
Otra imagen del film
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Echarri, represorOtra imagen del film27-IV-06

por Israel Adrián Caetano (*)

Siempre me gustaron los sobrevivientes, aquellos que no rinden ante la evidencia de lo imposible, convirtiéndose en una suerte de antihéroes románticos, que han conocido el infierno y saben que hay que optar por el paraíso, aunque en esa lucha se les vaya la vida.

Mejor debería decir que me gustan los sobrevivientes, los antihéroes y los inconscientes.

En la Argentina hubo un hecho histórico ignorado, o al menos poco conocido: la fuga de cuatro jóvenes que, por supuestas ideas de izquierda, por haber conocido a alguien que las tuvo, o por las dudas, fueron secuestrados y torturados, exigiéndoseles información sobre sus vidas y las de otros. Esto ocurrió en un centro de detención conocido como La mansión Seré o Atila, donde muchas personas fueron ilegalmente detenidas y varias continúan desaparecidas hasta el día de hoy.

A partir de mi deseo de narrar un escape, recibí la propuesta de los productores de hacer un film, inspirado en un libro de Claudio Tamburrini, uno de los protagonistas de aquella fuga. También me ofrecieron participar en el guión. Se propició entonces un encuentro en Estocolmo, donde vive Claudio, donde conocí también al gran iniciador de esta fuga que es Guillermo Fernández.

Luego pude conocer la historia real, a partir del libro y de informarme por mi cuenta de un hecho tan importante y tan oculto. Lo que más me atrajo, además de ser una historia ocurrida, fue la imagen de cuatro jóvenes desnudos, esposados, corriendo una madrugada de tormenta furiosa para escapar del infierno que les marcaría la vida.

Allí se encontraba la esencia del film.

Cuatro jóvenes desnudos en todo sentido, bajo la lluvia, heridos, magullados, con miedo, corriendo sin saber a donde iba a terminar el encierro.

Es bueno repetirlo.

Me dije entonces que valdría la pena hacer una película sobre esa imagen, sobre esta historia que es también la nuestra.

Para intentar lograr que esa imagen final, la de la fuga, conmoviera a los que la vieran tanto como me había conmovido a mí cuando la imaginé, tenía que contar el infierno que la precedió.

Todos los infiernos son inimaginables y su abstracción hace muy difícil narrarlos.

Elegí entonces dar por sentado ese abstracto, buscando a partir de allí el encuentro con esos cuatro protagonistas y al conocerlos, conocer también su humanidad, y por lo tanto, en ese infierno una luz.

"Crónica de una fuga" cuenta el horror pero no busca horrorizar, sino comprender un poco más en profundidad cómo son las relaciones entre las personas encerradas en una situación límite. Busca encontrar vida en un centro de exterminio clandestino de la dictadura argentina durante los años 70.

Fue un desafío cinematográfico constante: filmar siempre entre cuatro paredes y apostar a la gran entrega conjunta, de actuación, encuadre y luz.

No era fácil generar desde allí el miedo, la paranoia, la neurosis.

¿Cómo concebir la locura?

"Crónica de una fuga" es un thriller perverso, pero de una perversión orquestada, con ejecutores cumpliendo órdenes.

(*) Israel Adrián Caetano nació en Uruguay pero es una de las figuras claves del denominado "nuevo cine argentino", gracias a la cinta "Pizza, birra y faso", que co-dirigió con Bruno Stagnaro. A partir de allí inició su carrera en solitario, que incluye los largometrajes "Bolivia", "Un oso rojo" y ahora "Crónica de una fuga", una película más ambiciosa donde el cineasta independiente cuenta con la distribución de una "major" como Fox y cambia la denuncia social por la política. Rodrigo de la Serna, Pablo Echarri, Lautaro Delgado, Matías Marmorato y Nazareno Casero son los protagonistas de esta cinta basada en el libro de Claudio Tamburrini, "Pase libre", que llegó a las salas argentinas el jueves 27 de abril.