Perfil: Mía Maestro y Kuno Becker, viviendo el sueño americano

por © Cynthia M. García-NOTICINE.com
Becker en ¡Gol! y La hija del caníbal
Becker en ¡Gol! y La hija del caníbal
Becker en ¡Gol! y La hija del caníbal11-V-06

Ambos nacieron en 1978, aunque cada uno lo hizo en un extremo de América Latina. Ambos han optado por poner en pausa sus carreras en sus países para probar suerte en la meca del cine, aunque sus andaduras fueron muy diferentes. El destino quiso que los caminos de la argentina Mía Maestro y el mexicano Kuno Becker se cruzaran este viernes, al coincidir en el estreno estadounidense de sus producciones más relevantes hasta la fecha: “Poseidón” y “¡Gol!”.

Nacida en Buenos Aires, a Mía Maestro apenas le bastó protagonizar una película para hacer sus maletas y lanzarse a la aventura de intentar insertarse en la competitiva industria de Hollywood, algo inusual para las actrices argentinas. La cinta que la depositó en Los Ángeles fue “Tango”, de Carlos Saura, la cual fue nominada como mejor film extranjero y llevó a Maestro, que venía de ser una revelación en la escena teatral local, a caminar por la alfombra roja de los premios de la Academia y decidir su destino.

Desde entonces, Maestro se dedicó a intervenir en producciones independientes como “Timecode” y “Hotel”, donde coincidió con Salma Hayek, quien se convirtió en gran amiga y con la que volvió a compartir pantalla en “En el tiempo de las mariposas” y “Frida”, donde además fue la coreógrafa del sensual tango que bailaban la mexicana y Ashley Judd. La actriz retornó en el 2004 a la Argentina y como recuperar la relación con la cinematografía de su país, rodó tres films consecutivos: “La niña santa”, “Diarios de motocicleta” y la inédita “Las mantenidas sin sueños”. Tras ello incursionó en el cine latinoamericano foráneo con la venezolana “Secuestro express”.

Su carrera en Estados Unidos tomó impulso el pasado año, cuando J.J. Abrams la convocó para convertirse en la hermana de Jennifer Garner en la serie “Alias”, lo cual la llevó a formar parte del reparto de “Poseidón”, superproducción con Kurt Russell, Richard Dreyfuss y Josh Lucas, entre otros, que sigue la misma premisa de ese clásico del cine catastrófico que es “La aventura del Poseidón”, un crucero es embestido por una ola gigante y un grupo de supervivientes debe luchar por salir de allí con vida, aunque sus personajes son totalmente diferentes.

Para Kuno Becker, nacido en la ciudad de México, las cosas fueron diferentes. Como todo actor mexicano debió transitar el prácticamente indispensable sendero de los culebrones para ganarse la vida con su pasión por la actuación, que se impuso por sobre la carrera como músico a la que parecía destinado, por tocar el violín desde los 5 años. Una vez que pudo salirse del universo televisivo, que no ofrece más que dinero, debutó en cine siendo el joven amante de Cecilia Roth en “La hija del caníbal”, antes de meterse con el duro tema de la dictadura argentina en “Imagining Argentina”, donde compartió créditos con gente como Antonio Banderas y Emma Thompson.

Acto seguido y con la seguridad de querer dedicarse al cine por completo, Becker viajó al país del norte y cubrió roles de latinos en films pequeños hasta que llegó su golpe de suerte: la deserción de Diego Luna de la trilogía sobre un aspirante a futbolista. Como tantos otros jóvenes, Becker audicionó para el papel de Santiago, un chico mexicano de Los Ángeles con un talento natural para el fútbol que buscará triunfar en Europa. La propuesta del actor y su buen manejo del balón consiguieron este protagónico, cuyo primer capítulo es “¡Gol!”, película que ya se estrenó en territorio iberoamericano, pero que a Estados Unidos -país productor- llega recién este viernes, una medida de marketing tomada por la proximidad del mundial de fútbol, lo que quizá despierte más interés en los norteamericanos por el deporte más popular del planeta. Esta cinta ya tiene su continuación, que seguirá a Santiago en su paso por el Real Madrid, y una tercera parte a rodarse en la Copa del Mundo de Alemania.

Con estos largometrajes, Maestro y Becker están a las puertas de conseguir ganarse un lugar definitivo dentro de Hollywood, una tarea doblemente difícil para los actores latinos, que no solo deben vencer la barrera del idioma, sino también la de los prejuicios y los estereotipos.