Murió el comediante argentino Jorge Porcel

por © Cynthia M. García (Argentina)-NOTICINE.com
Imagen reciente del comediante
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Si bien su salud era delicada desde hace tiempo, a todos sorprendió la muerte de uno de los grandes comediante de la Argentina, Jorge Porcel, quien falleció el martes a los 69 años de edad en la ciudad de Miami, por un paro cardiorrespiratorio, luego de que se le realizara una operación de vesícula biliar que sufrió complicaciones por otros males que le aquejaban.

“El Gordo” Porcel, tal el nombre con el que se le conoce popularmente, nacido en Buenos Aires el 7 de septiembre de 1936, se había iniciado en el mundo del espectáculo en la radio, con la Revista Dislocada. Muy pronto, en los años 60, el cine le hizo su lugar con títulos como “Villa Cariño”, “Coche cama alojamiento” y “Villa Cariño está que arde”, todas comedias orientadas al humor relacionado con la temática sexual.

Con Alberto Olmedo -muerto trágicamente en 1988 al caer de un edificio en Mar del Plata- formó el dúo cómico más famoso de la Argentina, incursionando en televisión, cine y teatro en los años 70 y 80. Las películas de Porcel y Olmedo -suerte de análogo de los legendarios “El gordo y el flaco”, pero con un humor llano y pícaro, orientado al doble sentido y siempre explotando la imagen del porteño mujeriego- han logrado trascender su época, convirtiéndose en cintas de culto, incluso fuera de las fronteras del país. Entre sus producciones más reconocidas se pueden mencionar “Los caballeros de la cama redonda”, “Maridos en vacaciones”, “Los hombres solo piensan en eso”, “Los turistas quieren guerra”, “Expertos en pinchazos”, “Encuentros muy cercanos con señoras de cualquier tipo”, “Los fierecillos indomables”, “Los extraterrestres”, “Los reyes del sablazo”, “Mirame la palomita”, “Rambito y Rambón” y “Atracción peculiar”.

Su último trabajo en la pantalla grande le permitió compartir escenas con dos de los actores más respetados de Hollywood, Al Pacino y Sean Penn, al interpretar el personaje de Saso -dueño de un club nocturno- en “Atrapado por su pasado / Carlito's Way”.

La televisión fue el espacio donde desarrolló sus trabajos finales como “La Tota y la Porota”, aunque no tuvo el suceso de “Las gatitas y ratones de Porcel”, de 1987, donde las mujeres con pocas ropas y el humor cercano a lo vulgar -que le permitió acuñar la frase ¿No es fino? como remate a cada situación- eran la columna vertebral del show, que también alcanzó gran popularidad en el resto de Latinoamérica.

En los años 90 decidió radicarse en Miami, donde incursionó en el sector gastronómico al abrir un restaurante, que se convirtió en escala obligatoria para todos los argentinos que pasaban por esa ciudad. A mediados de esa década se alejó del espectáculo al convertirse en pastor evangelista.

A pesar de que residía en Estados Unidos desde hacía una década, se espera que su cuerpo sea enviado a la Argentina para ser inhumado en el Panteón de la Sociedad Argentina de Actores, en el Cementerio de la Chacarita.