ESTRENO: “Páginas del diario de Mauricio”, borrones y claridades de un diario

por © Frank Padrón-NOTICINE.com
Otra imagen del film
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El Período Especial resultó una experiencia traumática y a la vez enriquecedora para todos los cubanos de la isla; la caída del llamado “socialismo real” nos colocó en una situación de asfixia, de incertidumbre, de “qué vendrá”, mas, como tantas crisis históricas y cotidianas, las superamos con alternativas y soluciones propias que, poco a poco, fueron sacándonos del atolladero.

En el cine, ya Fernando Pérez reflexionó en su film “Madagascar” sobre la etapa gris que se inició a finales de la década del 80 y tuvo su momento de mayor dureza sobre el año 1994, y ahora lo hace Manuel Pérez Paredes (“El hombre de Maisinicú”) en lo que constituye a su vez el más reciente estreno del cine cubano, coproducción con México y España: “Páginas del diario de Mauricio”.

Al cumplir 60 años, el protagonista repasa su vida: dos mujeres, una doctora, a quien abandona por una graduada de Arte, ocasional alumna en un seminario de educación política; una hija del primer enlace quien no regresa de sus estudios en la desintegrada Unión Soviética, la hija de su nueva pareja, quien será músico de profesión, y otros conocidos y amigos: el ex de Mirta, su segunda cónyuge, un compañero de trabajo a quien sustituyen con la nueva situación sociopolítica del país...

Lo primero que choca en este diario fílmico es precisamente lo que antecede a la puesta en pantalla: el “diario escrito”, el guión (del propio director); la historia del sexagenario que observa y comenta la última década de su vida (la cual incluye la entrada del nuevo milenio y como decíamos, la llegada y desarrollo de ese llamado Período Especial) no está resuelta felizmente: demasiados circunloquios, vueltas de tuerca innecesarias, retoricismo, abundantes diálogos mal construidos y un narrador absolutamente superfluo, al menos en la mayoría de sus intervenciones, por cuanto resultan muy claras todas las situaciones que explicita.

Y esto si es que sólo valoramos la estructuración, porque si vamos a la esencia, también nos decepciona la superficialidad con que un proceso tan complejo como el referido se plasma: casi siempre, la alusión al Período Especial se resuelve con frases como “lo que nos espera no es fácil” u otras por el estilo, con alguna que otra pincelada sobre los sucesos del Malecón en agosto del 94 o el destape de las rentas domiciliarias; cierto que no se trata de un análisis sobre el mismo, ni mucho menos de un documental, pero el peso que tiene en la historia merecería un abordaje más riguroso.

Tampoco lo definitivo en cine, la puesta en pantalla, se ha resuelto satisfactoriamente: la narración avanza con dificultad, las soluciones dramáticas se resienten por forzadas (digamos, el episodio de la donación de sangre de Mauricio al ex de Mirta con su correspondiente diálogo, las analogías entre los juegos deportivos y las situaciones de la historia...) o reiterativas (por ejemplo, las alternancias entre las escenas entre las dos jóvenes, la hija propia y la de Mirta, en presente y pasado reciente) y con un montaje poco cuidadoso, mientras la imagen en general acusa una plasmación bastante plana y poco dinámica.

Donde uno espera interiorización, hay sólo proyección externa, horizontal: más que hondura en los conflictos de los personajes, hay anécdotas, pinceladas que no logran ofrecer un retrato complejo de los mismos, dentro de lo cual, como ya apuntábamos, nada aporta la narración in off, todo lo contrario.

Rubros conseguidos también los hay; se aprecia una notable ambientación de la Habana de esos años, con el apoyo sobre todo de una música (Miguel Núñez) que discretamente comenta los sucesos del guión casi siempre mediante delicados acordes de piano. Y sobre todo, las actuaciones.

Rolando Brito logra animar su hombre maduro que enfrenta las contingencias del paso del tiempo (el de fuera y el de adentro) con seguridad y convicción; Blanca Rosa Blanco aporta la sensualidad y ductilidad a que nos ha acostumbrado en sus trabajos televisuales; Laritza Vega proyecta adecuadamente su mujer decidida y emprendedora, veteranos en el giro (Enrique Molina, Patricio Wood, Raúl Eguren...) ejecutan su habitual profesionalidad, mientras nuevos rostros (Yipsia Tórres , Solanye Ramón) sorprenden gratamente.

Queda entonces, este “Diario...” como el borrador de la película que aún nos debe el cine cubano sobre el tema, los temas esta vez sólo débilmente esbozados.