PERFIL: Federico Luppi, el valor de la seguridad
- por © J.A.-NOTICINE.com
15-I-02
En estos tiempos en los que Argentina suena como país en quiebra, paradojicamente dotado de riquezas naturales muy superiores a otras naciones, bien podemos fijarnos en los valores culturales no devaluables de este país. Sin duda, la Argentina es el mayor y mejor exportador de actores de toda Latinoamérica, y entre ellos -que son muchos- Federico Luppi puede ser el más importante. Por derecho propio, además, se le debe considerar uno más entre los intérpretes destacados del cine español, ya que en la última década no ha parado de figurar en esas pantallas. Ahora, llega con su penúltimo trabajo, "El lugar donde estuvo el paraíso", de Gerardo Herrero.
Tampoco pueden los españoles presumir de haberle "descubierto" demasiado pronto, aunque también es cierto que el fenómeno de las coproducciones es relativamente reciente entre España y los paises latinoamericanos. Luppi, de hecho, empezó a trabajar en el cine argentino a mediados de los 60, pero hasta el 92 su rostro fue desconocido para la mayoría de los espectadores extranjeros, fuera de los festivales. En ese año protagonizó el film que le abriría de par en par las puertas de la cinematografía de la "Madre patria", "Un lugar en el mundo".
Antes, el veterano actor, que cumplirá 68 años el mes próximo, había intervenido en su país natal en films tan importantes como "La patagonia rebelde", "Tiempo de revancha", "No habrá más penas ni olvido", "La amiga" o "Las tumbas". Aunque ya en el 85 Mario Camus le hizo protagonizar "La vieja música", fue a partir de "Un lugar en el mundo" cuando los trabajos hispanos del actor argentino se multiplicaron. Más de una decena de películas españolas ha filmado desde entonces, siendo "Nadie hablará de nosotras...", "Martín (Hache)" y "Las huellas borradas" las más importantes.
Ahora llega, de la mano de Herrero, viejo "socio" como productor pero también en tanto que director ("Frontera sur"), convertido en el consul de "El lugar donde estuvo el paraíso". De nuevo, Luppi se erige en protagonista principal, por encima de un guión. Y lo hace por la simple fuerza de su calidad interpretativa, casi siempre relacionada con personajes íntegros, sobrios y dotados de una profunda humanidad. Su presencia enriquece cualquier película, por discutible que sea el trabajo del resto del equipo. Es imprescindible, en Argentina y en España.
En estos tiempos en los que Argentina suena como país en quiebra, paradojicamente dotado de riquezas naturales muy superiores a otras naciones, bien podemos fijarnos en los valores culturales no devaluables de este país. Sin duda, la Argentina es el mayor y mejor exportador de actores de toda Latinoamérica, y entre ellos -que son muchos- Federico Luppi puede ser el más importante. Por derecho propio, además, se le debe considerar uno más entre los intérpretes destacados del cine español, ya que en la última década no ha parado de figurar en esas pantallas. Ahora, llega con su penúltimo trabajo, "El lugar donde estuvo el paraíso", de Gerardo Herrero.
Tampoco pueden los españoles presumir de haberle "descubierto" demasiado pronto, aunque también es cierto que el fenómeno de las coproducciones es relativamente reciente entre España y los paises latinoamericanos. Luppi, de hecho, empezó a trabajar en el cine argentino a mediados de los 60, pero hasta el 92 su rostro fue desconocido para la mayoría de los espectadores extranjeros, fuera de los festivales. En ese año protagonizó el film que le abriría de par en par las puertas de la cinematografía de la "Madre patria", "Un lugar en el mundo".
Antes, el veterano actor, que cumplirá 68 años el mes próximo, había intervenido en su país natal en films tan importantes como "La patagonia rebelde", "Tiempo de revancha", "No habrá más penas ni olvido", "La amiga" o "Las tumbas". Aunque ya en el 85 Mario Camus le hizo protagonizar "La vieja música", fue a partir de "Un lugar en el mundo" cuando los trabajos hispanos del actor argentino se multiplicaron. Más de una decena de películas españolas ha filmado desde entonces, siendo "Nadie hablará de nosotras...", "Martín (Hache)" y "Las huellas borradas" las más importantes.
Ahora llega, de la mano de Herrero, viejo "socio" como productor pero también en tanto que director ("Frontera sur"), convertido en el consul de "El lugar donde estuvo el paraíso". De nuevo, Luppi se erige en protagonista principal, por encima de un guión. Y lo hace por la simple fuerza de su calidad interpretativa, casi siempre relacionada con personajes íntegros, sobrios y dotados de una profunda humanidad. Su presencia enriquece cualquier película, por discutible que sea el trabajo del resto del equipo. Es imprescindible, en Argentina y en España.