Balance 2006: Luces y sombras del cine latinoamericano

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Derecho de familia
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Soñar no cuesta nadaDerecho de familia11-XII-06

Por Alberto Duque López

Estos últimos meses han sido de luces y sombras para el cine latinoamericano. Por un lado, los numerosos premios alcanzados en festivales de distintas zonas del mundo por realizadores veteranos y jóvenes, y la confirmación de tres grandes directores mexicanos en el mercado de Hollywood con películas que seguramente figurarán en el cercano reparto del Oscar: Alejandro González Iñárritu con "Babel", Guillermo del Toro con "El laberinto del fauno" y Alfonso Cuarón con "Niños del hombre".

Por otro lado, la sentida y temprana desaparición de tres directores que se encontraban en el mejor momento de sus carreras: los argentinos Fabián Bielinsky (Febrero 3, 1959 - Junio 28, 2006), realizador de "Nueve Reinas" y "El aura", y Eduardo Mignogna (Agosto 17, 1940 - Octubre 6, 2006), director de "Sol de otoño", "El faro del Sur" y "La Fuga", entre otras; y el uruguayo Juan Pablo Rebella (Enero 1, 1974 - Julio 5, 2006), co-director con Pablo Stoll de las afamadas "25 Watts" y "Whisky".

Hacía largo rato que el cine latinoamericano no había sentido una corriente de reactivación, reconocimientos, coproducciones, lanzamientos y nuevas propuestas como en estos últimos meses, durante los cuales se impusieron los directores y guionistas más jóvenes, y el cine colombiano, para citar un ejemplo concreto, después de una búsqueda empecinada de mercados dentro y fuera de su país, logró gracias a una suma de factores positivos (respaldo de entidades oficiales y privadas, y campañas agresivas de mercadeo que calaron en los espectadores), convertir sus películas en taquilleras y rentables.

De la producción reciente latinoamericana de ficción, la mayoría lograda en coproducción con países europeos, habría que destacar "Antonia", de Tata Amaral (Brasil); "Cobrador", de Paul Leduc (México, Argentina, Brasil y España); "Crónica de una fuga", de Israel Adrián Caetano (Argentina, Italia, Francia y España); "Derecho de familia", de Daniel Burman (Argentina); "Drama/Mex", de Gerardo Naranjo (México y Francia); "Prohibido prohibir", de Jorge Durán (Brasil, Chile y España); "El camino de San Diego", de Carlos Sorín (Argentina con España), "El cielo dividido", de Julián Hernández (México); "Soñar no cuesta nada", de Rodrigo Triana (Colombia); "El custodio", de Rodrigo Moreno (Argentina, Alemania, Uruguay y Francia); "La edad de la peseta", de Pavel Giroud (Cuba, España y Venezuela); "Nacido y criado", de Pablo Trapero (Argentina con Gran Bretaña e Italia); "O Céu de Suely", de Karim Ainoux (Brasil con Alemania, Portugal y Francia); "Karmma", de Orlando Pardo (Colombia); "El amor más grande del mundo", del brasileño Carlos Diegues; "Los 12 trabajos", de Ricardo Elías (Brasil); "Padre Nuestro", de Rodrigo Sepúlveda (Chile); "Páginas del diario de Mauricio", de Manuel Pérez (Cuba); "Pecados", de Martín Rodríguez (Chile); "La máquina", de Joao Falcao (Brasil); "A propósito de Buenos Aires", de 11 directores argentinos entre los cuales se hallan Manuel Ferrari, Clara Picasso y Alejo Franzetti; "Colombian Dream", de Felipe Aljure (Colombia); “El Benny”, de Jorge Luis Sánchez (Cuba con Gran Bretaña y España); “El violín”, de Francisco Vargas (México); “Glue”, de Alexis Dos Santos (Argentina con Gran Bretaña); “Hamaca Paraguaya”, de Paz Encina (Paraguay, Argentina, Francia y Holanda); “La pared”, de Alejandro Gil (Cuba); “La perrera”, de Manuel Nieto Zas (Uruguay, Argentina, Canadá, España); “La prueba”, de Judith Vélez (Perú y Cuba); “Lo más bonito y mis mejores años”, de Martín Boulocq (Bolivia); “Madeinusa”, de Claudia Llosa (Perú con España); “Mañana”, de Alejandro Moya (Cuba); “Más que a nada en el mundo”, de Javier Solar y Andrés León Becker (México); “Noticias Lejanas”, de Ricardo Benet (México); “Qué tan lejos”, de Tania Hermida (Ecuador); “Rabia”, de Oscar Cárdenas (Chile); “Ruido”, de César Rodríguez (Puerto Rico); “Vísperas”, de Daniela Goggi (Argentina); “Beso Negro”, de Gabriel Mariño (México); “Crimen Delicado”, de Beto Brant (Brasil); “El Comité”, de Mateo Herrera (Ecuador); “Santiago y la virgen en la fiesta del fuego”, de Jorge Perrugoría y Angel Alderete (Cuba); “Suspiros del corazón”, Enrique Gabriel (Argentina y España); “Personal Belongings”, de Alejandro Brugés (Cuba y Bolivia); “Fantasma”, de Lisandro Alonso (Argentina); “Accidente”, de Cao Guimaraes (Brasil); “A de hacer ruinas”, de Florian Borchmeyer y Mathias Hentschler (Cuba con Alemania); “Las vidas de Celia”, de Antonio Chavarrías (México y España); “Familia Tortuga”, del mexicano Rubén Imaz Castro; “Vísperas”, de Daniela Goggi (Argentina); “Esas no son penas”, de Anahí Hoenesin y Daniel Andrade (Ecuador); “Meteoro”, de Diego de la Texera (Brasil, Puerto Rico y Venezuela); “Morirse en domingo”, de Daniel Gruener (México); “La punta del diablo”, de Marcelo Paván (Argentina, Venezuela y Uruguay); “El rey de San Gregorio”, de Alfonso Gazitúa (Chile y Suiza); “El Caracazo”, de Román Chalbaud (Venezuela); “Cara de queso”, del argentino Ariel Winograd, entre otros títulos latinoamericanos. Para los expertos, la gran revelación del año ha sido la película mexicana “El violín”, contada en blanco y negro con un lenguaje tan austero y desnudo que recuerda el universo de Juan Rulfo.

En cuanto a los galardones recibidos por el cine latinoamericano en festivales internacionales, habría que citar en primera medida a Cannes, que premió la dirección de González Iñárritu en “Babel”, otorgando otros dos premios paralelos: en la sección Una cierta mirada, el actor Angel Tavira ganó por su papel en “El violín”, mientras dos cortos argentinos de Pablo Agüero y Gustavo Riet, “Primera Nieve” y “Ge & Zeta” también fueron premiados. En el festival de Tribeca, dirigido por Robert De Niro, “Iluminados por el fuego”, del argentino Tristan Bauer, fue escogida como la mejor película del certamen, durante el cual también fueron exhibidas “Brasilia 18%”, del brasileño Nelson Pereira Dos Santos; “Casa de arena”, de Andrucha Waddington (Brasil), y la peruana “Madeinusa” de Cladia Llosa. En Mar del Plata, “Noticias Lejanas”, de Ricardo Benet (México), obtuvo el galardón máximo, mientras “Cinema, aspirinas y buitres”, del brasileño Marcelo Gómez, y “Derecho de Familia”, de Burman, compartieron otro de los premios del certamen. “Madeinusa”, “El Antofagasteño”, de Paula Fernández y Matías Capella; “Alicia se muere otra vez”, de Andrés Llugany; “El Vals”, de Iván Fund; “El regalo de Zapura” y “La liga de los imperfectos”, de los argentinos Cristóbal Braun y Nicolás Di Mattía, ganaban otros galardones. En los Encuentros de Toulose fueron premiadas entre otras, “La sagrada familia”, del chileno Sebastián Campos; “Madeinusa”, de Caudia Llosa; “En la cama”, del chileno Matías Bize; “La suerte está echada”, del argentino Sebastián Borenztein, y “Estamira”, del brasileño Marcos Prado. En Miami, fueron destacadas “En el hoyo”, del mexicano Juan Carlos Rulfo; “Angeles del sol”, del brasileño Rudi Lagemann, y “Ciudad Baja”, de otro brasileño, Sergio Machado. En Guadalajara fueron galardonadas la argentina “El custodio” (premiada también en Berlín) y “Cinema, aspirinas y buitres”. Los peruanos Claudia Llosa y Martín Boulocq con “Madeinusa” y “Lo más bonito y mis mejores años” también fueron premiados, así como la mexicana Maryse Sistach con “La niña en la piedra”.
Tres proyectos peruanos de Josué Méndez, "Dioses"; Ronnie Temoche, "El Inca, la boba y el hijo del ladrón"; y Alberto Durant, “El premio”, recibieron un invaluable apoyo por parte de los programas de Ibermedia. En San Sebastián, quizás el festival europeo que más destaca el cine latinoamericano, el jurado otorgó un premio especial a Carlos Sorín por “El camino de San Diego” mientras otras películas latinoamericanas eran galardonadas en los distintos apartados.

Otro logro importante para el cine latinoamericano recayó en la figura del brasileño Fernando Meirelles, quien firmó un acuerdo con Universal y su división Focus Pictures para producir películas brasileñas, tanto en inglés como en portugués, con el fin de que alcancen un mayor mercado internacional. Meirelles con “Ciudad de Dios” y “El jardinero fiel” al lado de Walter Salles con “Estación Central” y “Diarios de motocicleta” son los directores brasileños más populares en Estados Unidos y Europa.

A todos estos honores habría que añadir las películas latinoamericanas postuladas por sus países de origen al Oscar extranjero: la argentina “Derecho de Familia”, la boliviana “American Visa”, de Juan Carlos Valdivia; la brasileña “Cinema, aspirinas y buitres”, la chilena “En la cama”, la colombiana “Soñar no cuesta nada”, la cubana “El Benny”, la mexicana “El laberinto del fauno”, la peruana “Madeinusa”, la portorriqueña “Ladrones y mentirosos”, de Poli Marichal y Ricardo Méndez; y la venezolana “Manoa”, de Solveg Hoogestaijn. Hay que esperar hasta el martes 23 de enero para conocer las nominadas. Una, la de Guillermo del Toro, debería figurar.

Otra noticia positiva: la World Cinema Fund, con los auspicios del Festival de Berlín y el Ministerio de Cultura alemán seleccionó entre 87 proyectos, cinco que recibirán apoyo financiero: “Huacho”, de Alejandro Fernández, y “El cielo, la tierra y la lluvia” de José Luis Torres, chilenos; “Dioses”, de Josué Méndez, y “La teta asustada” de Claudia Llosa, peruanos. El otro proyecto es “Recycle”, del jordano Mahmoud Al Massad.

Así, las coproducciones entre países latinos con el apoyo de inversionistas europeos; los premios obtenidos en importantes festivales del mundo; el aumento de la distribución y exhibición en los mercados del cable y la televisión abierta, así como en las salas comerciales, la presencia cada vez más notoria de las películas latinas en un mercado tan cerrado como Estados Unidos, y la alianza cada vez más fuerte (como en el caso colombiano) entre inversionistas oficiales y privados para la financiación de nuevos proyectos, hacen pensar en un 2007 con más y mejores películas. Sin embargo, los entendidos aclaran: "Mientras no mejoren las cuotas de pantalla que los respectivos gobiernos latinoamericanos otorgan a sus producciones nacionales, y mientras las producciones de Hollywood, cada vez peores y repetitivas, no sean frenadas en sus afanes expansionistas, el cine de este continente tendrá que conformarse con recibir galardones, escuchar las mejores críticas, aumentar su taquilla y sentirse un poco más seguro pero siempre con la perspectiva de esa amenaza constante de las superproducciones que acaparan porcentajes, publicidad y salas de exhibición".