Perfil: El Gran Wyoming, actor permanente
- por © J.A.-NOTICINE.com
6-VI-02
Resulta difícil concebir a José Miguel Monzón, médico titulado, haciendo otra cosa que ser El Gran Wyoming, su permanente personaje. Es él cada fin de semana en Tele 5, en las ruedas de prensa es también él mismo, y quieren que siga siendo él en la gran pantalla, aunque alguna vez haya conseguido sustraerse al personaje, como haciendo del cineasta aragonés en la intragable "Buñuel y la mesa del rey Salomón". Su incontenible verborrea, que desgrana con una facilidad que causa la envidia de cualquier político (¿Habrá equivocado su vocación?), le ha convertido en uno de los iconos más populares de la tele nacional.
Nacido hace 47 años en Madrid, el doctor Monzón se ha prodigado, casi siempre en papeles secundarios, en el cine español, por mucho que la mayoría lo adscribe en exclusiva a la pequeña pantalla. De hecho, empezó a trabajar como actor en "Opera prima", cuando Fernando Trueba lo descubrió en sus "shows" personales de bar al lado de su inseparable Reverendo. Tras cantar en 1975 con el grupo Paracelso, ganando dos veces el festival de Rock de la Villa de Madrid, se había pasado a un mezcla de actuación musical, humor y monólogos, con el pianista maestro Reverendo.
Ha participado, desde que empezó a actuar en 1978 sin abandonar por ello el mundo de la música, en más de una veintena de títulos, la mayoría de gente que sintoniza con su particularísimo sentido del humor. "Se infiel y no mires con quien", "La vida alegre", "Oh, cielos", las dos partes de "Torrente", "Muertos de risa" y "Manolito Gafotas en mola ser jefe", son algunos de sus títulos más significativos.
En "Vivancos el sucio III", que ahora llega a los cines españoles, es el protagonista -por fín- destacado, y problemente la principal -¿o la única?- baza de esta película de Albert Saguer. Creemos que "Caiga quien caiga" no va a durar siempre, y que el Séptimo Arte puede ser su definitivo destino, pero tal vez deba para ello ser más José Miguel Monzón y no tanto El Gran Wyoming que conocemos.
Resulta difícil concebir a José Miguel Monzón, médico titulado, haciendo otra cosa que ser El Gran Wyoming, su permanente personaje. Es él cada fin de semana en Tele 5, en las ruedas de prensa es también él mismo, y quieren que siga siendo él en la gran pantalla, aunque alguna vez haya conseguido sustraerse al personaje, como haciendo del cineasta aragonés en la intragable "Buñuel y la mesa del rey Salomón". Su incontenible verborrea, que desgrana con una facilidad que causa la envidia de cualquier político (¿Habrá equivocado su vocación?), le ha convertido en uno de los iconos más populares de la tele nacional.
Nacido hace 47 años en Madrid, el doctor Monzón se ha prodigado, casi siempre en papeles secundarios, en el cine español, por mucho que la mayoría lo adscribe en exclusiva a la pequeña pantalla. De hecho, empezó a trabajar como actor en "Opera prima", cuando Fernando Trueba lo descubrió en sus "shows" personales de bar al lado de su inseparable Reverendo. Tras cantar en 1975 con el grupo Paracelso, ganando dos veces el festival de Rock de la Villa de Madrid, se había pasado a un mezcla de actuación musical, humor y monólogos, con el pianista maestro Reverendo.
Ha participado, desde que empezó a actuar en 1978 sin abandonar por ello el mundo de la música, en más de una veintena de títulos, la mayoría de gente que sintoniza con su particularísimo sentido del humor. "Se infiel y no mires con quien", "La vida alegre", "Oh, cielos", las dos partes de "Torrente", "Muertos de risa" y "Manolito Gafotas en mola ser jefe", son algunos de sus títulos más significativos.
En "Vivancos el sucio III", que ahora llega a los cines españoles, es el protagonista -por fín- destacado, y problemente la principal -¿o la única?- baza de esta película de Albert Saguer. Creemos que "Caiga quien caiga" no va a durar siempre, y que el Séptimo Arte puede ser su definitivo destino, pero tal vez deba para ello ser más José Miguel Monzón y no tanto El Gran Wyoming que conocemos.