Nicolás Capelli habla sobre "El encuentro de Guayaquil"
- por © Redacción (Argentina)-NOTICINE.com
El argentino Nicolás Capelli ("Matar a Videla", 2010) estrena esta semana en salas su segundo trabajo, el drama también de inspiración histórica "El encuentro de Guayaquil", que -a partir de diversas cartas de los militares San Martín y Simón Bolívar- la reunión que ambos libertadores latinoamericanos mantuvieron el 26 de julio de 1822 en la ciudad ecuatoriana del título, con participación de los astros Pablo Echarri (San Martín) y Anderson Ballesteros (Bolívar). En opinión de su realizador y coguionista (junto a Alvaro Arostegui y Alberto Rojas Apel), esta adaptación de la obra de Pacho O'Donnell pretende humanizar y revivir el legado de los héroes, a los que "quería mostrar como los seres humanos que fueron. Y destacar sus propios renunciamientos, su gesto de abandonar su destino individual en función de los destinos generales de todos los latinoamericanos. Me interesaba indagar en sus conflictos internos, en sus delirios de grandeza y en sus errores políticos" .
"San Martín -añade Capelli en declaraciones a Télam- sólo le podía contar sus miedos y temores a un par. Y ese par era Bolívar. Eso nos permitía mostrar ese juego de ajedrez que se produjo entre ellos. En ese juego se disputaban sus egos y sus proyectos diferentes de Patria Grande, porque San Martín buscaba una monarquía constitucional al estilo incaico y Bolívar quería presidir vitaliciamente una federación de estados americanos".
El director recuerda que su opera prima no le había dejado del todo satisfecho, y buscaba otro proyecto: "Venía de hacer 'Matar a Videla' y nunca me sentí feliz, me había quedado bastante frustrado. Trabajaba en TV con José Pablo Feinmann y estaba todo el tiempo buscando historias. Un día fuimos al teatro a ver la obra de Pacho y no pude pestañear ni un instante. Así me decidí por hacer una película sobre esta historia".
Capelli considera que casi dos siglos después, el sueño de la Patria Grande latinoamericana sigue siendo una quimera. "Los enemigos de la Patria Grande siguen siendo los mismos hoy en día. Sus intereses siempre terminan siendo económicos, egoístas. Son los enemigos internos de las causas nacionales y populares. El dominio externo no podría existir sin cómplices o amigos internos que casi siempre son los intereses del puerto", afirma, antes de subrayar que "Casi 200 años después, el sueño de la Patria Grande sigue siendo sólo eso, un sueño".
La pieza teatral de O'Donnell fue la base sobre la que reconstruir, recurriendo al flash-back, los errores y las vivencias de estos líderes políticos y militares, ya que del suceso en sí no existen referencias fiables: "Del encuentro en Guayaquil no hubo testigos. Estuvo envuelto en un gran misterio durante estos 200 años, y sólo se pudo conocer y reconstruir a partir de las cartas que San Martín y Bolívar enviaron a sus colaboradores y allegados, que fueron recuperadas por las distintas investigaciones de historiadores como Pacho O'Donnell, Norberto Galasso y Araceli Bellota".
Pese a que los libertadores son los principales protagonistas, en sus declaraciones a la agencia argentina, Capelli destaca que han querido equilibrar con la presencia activa de la mujer en esta historia, ya que "el encuentro entre San Martín y Bolívar sólo fue posible gracias a Rosita Capusano y Manuela Sáenz. A la mujer en la historia siempre se la puso como la que bordaba las banderas. Y la verdad que muchas de ellas dejaron sus vidas en la campaña. Había mujeres en las batallas, tuvieron un papel importante y creíamos que era vital hablar de ello".
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"San Martín -añade Capelli en declaraciones a Télam- sólo le podía contar sus miedos y temores a un par. Y ese par era Bolívar. Eso nos permitía mostrar ese juego de ajedrez que se produjo entre ellos. En ese juego se disputaban sus egos y sus proyectos diferentes de Patria Grande, porque San Martín buscaba una monarquía constitucional al estilo incaico y Bolívar quería presidir vitaliciamente una federación de estados americanos".
El director recuerda que su opera prima no le había dejado del todo satisfecho, y buscaba otro proyecto: "Venía de hacer 'Matar a Videla' y nunca me sentí feliz, me había quedado bastante frustrado. Trabajaba en TV con José Pablo Feinmann y estaba todo el tiempo buscando historias. Un día fuimos al teatro a ver la obra de Pacho y no pude pestañear ni un instante. Así me decidí por hacer una película sobre esta historia".
Capelli considera que casi dos siglos después, el sueño de la Patria Grande latinoamericana sigue siendo una quimera. "Los enemigos de la Patria Grande siguen siendo los mismos hoy en día. Sus intereses siempre terminan siendo económicos, egoístas. Son los enemigos internos de las causas nacionales y populares. El dominio externo no podría existir sin cómplices o amigos internos que casi siempre son los intereses del puerto", afirma, antes de subrayar que "Casi 200 años después, el sueño de la Patria Grande sigue siendo sólo eso, un sueño".
La pieza teatral de O'Donnell fue la base sobre la que reconstruir, recurriendo al flash-back, los errores y las vivencias de estos líderes políticos y militares, ya que del suceso en sí no existen referencias fiables: "Del encuentro en Guayaquil no hubo testigos. Estuvo envuelto en un gran misterio durante estos 200 años, y sólo se pudo conocer y reconstruir a partir de las cartas que San Martín y Bolívar enviaron a sus colaboradores y allegados, que fueron recuperadas por las distintas investigaciones de historiadores como Pacho O'Donnell, Norberto Galasso y Araceli Bellota".
Pese a que los libertadores son los principales protagonistas, en sus declaraciones a la agencia argentina, Capelli destaca que han querido equilibrar con la presencia activa de la mujer en esta historia, ya que "el encuentro entre San Martín y Bolívar sólo fue posible gracias a Rosita Capusano y Manuela Sáenz. A la mujer en la historia siempre se la puso como la que bordaba las banderas. Y la verdad que muchas de ellas dejaron sus vidas en la campaña. Había mujeres en las batallas, tuvieron un papel importante y creíamos que era vital hablar de ello".
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