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En competencia por el León de Oro, el nuevo film de Marco Bechis, "Birdwatchers", segundo y último cineasta latinoamericano en el apartado principal de la Mostra, ha sido el más aplaudido este lunes. La jornada, marcada por el cine social, muy próximo al documental, se completó con dos títulos, el norteamericano independiente "Vegas: Based on a True Story", del iraní Amir Naderi, y el turco "Süt", de Semih Kaplanoglu, que no convencieron demasiado.

- Entre sus actividades paralelas, el catalán Festival de Sitges recordará el próximo octubre el 75 aniversario del clásico "King Kong", realizado en 1933 por Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack. La revista Scifiworld organizará, con la colaboración de Planeta de Agostini y Norma Editorial, una exposición que califican de "solidaria", al ser su objetivo recaudar fondos para Médicos sin Fronteras.

Aunque no estamos ante la mejor y sobre todo más adulta de sus obras, ha tenido que llegar el japonés Hayao Miyazaki, maestro de la animación tradicional y receptor no hace tanto del León de Oro, para lograr con "Gake no Ue no Ponyo" (Ponyo en la roca junto al mar) más emociones que la mayoría de los dramas con actores de carne y hueso vistos estos días, empezando por los otros dos que este domingo compitieron en Venecia, el italiano "Il papà di Giovanna", de Pupi Avati, y el francés "L'autre", de Patrick-Mario Bernad y Pierre Trividic.

No se está del todo a gusto este año en la Mostra de Venecia. No es que haya habido cambios espectaculares en el apartado oficial, aunque sí se ha notado una mayor presencia italiana, sino que a un nivel cinematográfico discutible en las pantallas se ha sumado la sequía estelar, en un certamen que en la pasada edición y en las anteriores había sido constante desfile de famosos. Algunos dirán que esto es secundario siempre que haya buen cine en el concurso por los leones, pero el problema es que tampoco lo hay. La última cinta del turco-italiano Ferzan Özpetek, "Un giorno perfetto", por desgracia no ha mejorado esa imagen.

Como los toreros, Guillermo Arriaga ha recibido este viernes en Venecia su alternativa en tanto que realizador, después de casi una década de ver cómo eran otros los que ponían en imágenes sus historias. La acogida ha sido buena para su debut tras la cámara, "The burning plain" (La llanura ardiente), que ha sido calificado por el mexicano como "el momento más feliz de mi vida laboral". La otra cinta que le acompañó en la carrera por el León de Oro, la francesa "Inju, la bête dans l’ombre", un "thriller" con escritores firmado por el veterano cineasta suizo-francés Barbet Schroeder, sólo fue apreciada por algunos críticos galos. El resto, silbó.