Cohn y Duprat hablan del estreno mundial y argentino de "El ciudadano ilustre"
- por © Jon Apaolaza-NOTICINE.com
Mariano Cohn y Gastón Duprat, los argentinos que generaron un notable ruido mediático con "El hombre de al lado", premiada en Sundance, tienen doble estreno estos días con "El ciudadano ilustre", que acaba de participar en la competencia de Venecia, cuyos resultados conoceremos el fin de semana, y este jueves llegará a los cines argentinos. El gran Oscar Martínez interpreta en ella a un escritor austral que ha vivido la mayor parte de su vida en Europa, y tras ganar el Nobel es requerido para un homenaje en el pueblo argentino en el que nació. NOTICINE.com dialogó con ellos al borde del Adriático.
- Nadie es profeta en su tierra, y a veces es mejor así...
Mariano Cohn: "El ciudadano ilustre" es una película que retrata la llegada de un Premio Nobel a su pueblo después de 40 años de vivir en el exterior. La historia tiene un componente de búsqueda que es retratar el culto al héroe que puede propiciar un pueblo argentino rural, chiquito, cuando vuelve una de sus máximas figuras.
Gastón Duprat: La idea de contar este regreso de una celebridad a su lugar natal daba pie para tratar otros temas como la idiosincrasia de un pueblo, el cosmopolitismo, la creación artística, cómo reacciona la gente a las celebridades, qué espera de ellas, el nacionalismo exacerbado, el chauvinismo… A través de la estructura inicial pudimos plasmar todo esto.
- Este ha sido un proyecto que les ha mantenido ocupados por años, difícil de montar, no se si por su sentido crítico, o autocrítico...
M.C.: Fue complicado montar y financiar la película porque tiene un presupuesto más elevado del que veníamos trabajando en proyectos anteriores. Tiene 2 horas de metraje y mucho trabajo de guion y al ser una coproducción, al final es la suma de muchas voluntades que tienen que coincidir en espacio y tiempo, y eso también fue complicado. Tardamos 5 años y medio hasta el momento del estreno montando la película. Tuvo 3 inicios de producción fallidos, simplemente porque no queríamos resignar nada en cuanto a los actores elegidos ni a la trama y lo teníamos muy claro. Todo este tiempo también fue a favor de los guionistas porque nos permitió desarrollar al detalle el guión y el rodaje fue muy cómodo y sin turbulencias. Es el cine y sabemos que tenemos que lidiar con eso.
- ¿Cómo están viviendo la experiencia de la Mostra de Venecia, el honor de concursar en uno de los festivales más importantes del mundo?
G.D.: Llegamos ayer y llevamos todo el día trabajando. Estamos con la cabeza puesta en el estreno y apenas tenemos tiempo para el turismo. Estamos muy contentos de que la película haya sido seleccionada, pero como es algo que no depende de nosotros, estamos bastante relajados. No tienes que cumplir unas expectativas que tienes en mente, como cuando estás en medio del proyecto, sino que es una decisión externa, y eso te permite desconectar un poco. No fue una sorpresa (que nos seleccionaran) porque más o menos veníamos con esa expectativa. Planeamos la producción incluso para que coincidiera con el Festival porque para nuestros adentros deseábamos estrenarla aquí. Al final se confirmó y estamos súper contentos porque está junto a otras películas buenísimas de directores que seguimos.
- Concursar implica la posibilidad de estar en el Palmarés. ¿Lo ven factible?
M.C.: No tengo idea de las posibilidades de premios pero claro que nos gustaría ganar alguno. Es imposible no pensar en ello, pero no podemos hacer nada con eso, todo lo que venía de nuestra mano ya lo hicimos con la película en todos estos años.
- Su película habla de la idiosincrasia del argentino pero en el fondo de todo el género humanao ¿Lo local es universal?
M.C.: Puede ser, nosotros confiamos mucho en hacer ese tipo de películas. Tampoco creo mucho en cintas híbridas con actores de varias nacionalidades, escenarios mezclados, con situaciones impostadas o que no son cómodas a la cosmovisión de un director. Nosotros nos sentimos más cómodos con esto que hacemos. Además, el tema del culto al héroe es universal aunque pase en un pueblito de Argentina o en España o Estados Unidos y ahí reside el gancho de la película.
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- Nadie es profeta en su tierra, y a veces es mejor así...
Mariano Cohn: "El ciudadano ilustre" es una película que retrata la llegada de un Premio Nobel a su pueblo después de 40 años de vivir en el exterior. La historia tiene un componente de búsqueda que es retratar el culto al héroe que puede propiciar un pueblo argentino rural, chiquito, cuando vuelve una de sus máximas figuras.
Gastón Duprat: La idea de contar este regreso de una celebridad a su lugar natal daba pie para tratar otros temas como la idiosincrasia de un pueblo, el cosmopolitismo, la creación artística, cómo reacciona la gente a las celebridades, qué espera de ellas, el nacionalismo exacerbado, el chauvinismo… A través de la estructura inicial pudimos plasmar todo esto.
- Este ha sido un proyecto que les ha mantenido ocupados por años, difícil de montar, no se si por su sentido crítico, o autocrítico...
M.C.: Fue complicado montar y financiar la película porque tiene un presupuesto más elevado del que veníamos trabajando en proyectos anteriores. Tiene 2 horas de metraje y mucho trabajo de guion y al ser una coproducción, al final es la suma de muchas voluntades que tienen que coincidir en espacio y tiempo, y eso también fue complicado. Tardamos 5 años y medio hasta el momento del estreno montando la película. Tuvo 3 inicios de producción fallidos, simplemente porque no queríamos resignar nada en cuanto a los actores elegidos ni a la trama y lo teníamos muy claro. Todo este tiempo también fue a favor de los guionistas porque nos permitió desarrollar al detalle el guión y el rodaje fue muy cómodo y sin turbulencias. Es el cine y sabemos que tenemos que lidiar con eso.
- ¿Cómo están viviendo la experiencia de la Mostra de Venecia, el honor de concursar en uno de los festivales más importantes del mundo?
G.D.: Llegamos ayer y llevamos todo el día trabajando. Estamos con la cabeza puesta en el estreno y apenas tenemos tiempo para el turismo. Estamos muy contentos de que la película haya sido seleccionada, pero como es algo que no depende de nosotros, estamos bastante relajados. No tienes que cumplir unas expectativas que tienes en mente, como cuando estás en medio del proyecto, sino que es una decisión externa, y eso te permite desconectar un poco. No fue una sorpresa (que nos seleccionaran) porque más o menos veníamos con esa expectativa. Planeamos la producción incluso para que coincidiera con el Festival porque para nuestros adentros deseábamos estrenarla aquí. Al final se confirmó y estamos súper contentos porque está junto a otras películas buenísimas de directores que seguimos.
- Concursar implica la posibilidad de estar en el Palmarés. ¿Lo ven factible?
M.C.: No tengo idea de las posibilidades de premios pero claro que nos gustaría ganar alguno. Es imposible no pensar en ello, pero no podemos hacer nada con eso, todo lo que venía de nuestra mano ya lo hicimos con la película en todos estos años.
- Su película habla de la idiosincrasia del argentino pero en el fondo de todo el género humanao ¿Lo local es universal?
M.C.: Puede ser, nosotros confiamos mucho en hacer ese tipo de películas. Tampoco creo mucho en cintas híbridas con actores de varias nacionalidades, escenarios mezclados, con situaciones impostadas o que no son cómodas a la cosmovisión de un director. Nosotros nos sentimos más cómodos con esto que hacemos. Además, el tema del culto al héroe es universal aunque pase en un pueblito de Argentina o en España o Estados Unidos y ahí reside el gancho de la película.
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