Entrevista en Huelva: Fernando Guzzoni acompaña a "Blanquita" mientras prepara película y serie
- por © Jon Apaolaza (Huelva)-NOTICINE.com
El chileno Fernando Guzzoni está en Huelva (sin su maleta, que se perdió por el camino) para concursar por el Colón de Oro con "Blanquita", la película que le valió el premio al mejor guión en la sección Orizzonti de la última Mostra de Venecia. Mientras acompaña a su último film que aún tiene festivales pendientes, Guzzoni compartió con NOTICINE.com sus nuevos proyectos.
- ¿Está todavía muy centrado en "Blanquita" o en lo que vendrá después?
No, la verdad es que vengo trabajando estos dos años en una película nueva que si todo sale bien la voy a filmar a fines del próximo año, y también ahora voy a dirigir una serie para Netflix en el primer semestre de este 2023, así que estoy con otros proyectos en proceso de escritura, trabajando de forma paralela hace un tiempo.
- ¿Le costó decidirse por el proyecto de serie, cuál fue su proceso?
Yo la verdad creo que no tengo una relación conservadora con cómo la industria se va diversificando. Los servicios de streaming entraron y hay que adaptarse, y también hay que mantener un sentido crítico sobre ello, no tener una mirado complaciente. A mi lo que me interesa es filmar y dirigir, y me parece que las series también son una posibilidad de llegar a audiencias con otros métodos, con otras lógicas, pero donde también se pueden construir proyectos que cuelen discusiones, contingencias políticas. Así que no tengo ningún problema con eso, más bien me parece una oportunidad para seguir filmando y para vivir, porque también yo no soy un purista y tengo que vivir y el trabajo es siempre bienvenido. Así que no, no tengo ningún rechazo a las plataformas, independiente de que si considere de que uno se tiene que seguir resistiendo en hacer películas con vocación autoral y no sucumbir a homologarse en un formato que si considero que a veces trabajo sobre una tecla todo el tiempo.
- ¿Cree que va a disponer de libertad creativa?
Mira, los proyectos de serie en general, y este en particular, no ha sido creado por mí. Yo tengo otros proyectos de serie en los que sí, soy creador y escritor, y en eso hay ahí una negociación permanente con la plataforma. Pero en este caso es un encargo. No obstante, "Blanquita" va a Netflix y es una película en la que tuve libertad absoluta. Hay de todo, a veces la plataforma interviene más, otras menos. Yo pienso que las películas, en general, son financiadas con 2 públicos, con producciones que son un gran esfuerzo y que a veces hace que los procesos sean muy lentos, y las plataformas a veces son un actor económico que nos posibilita rodajes, así que yo no las satanizo, pero tampoco las santifico, me parece que comparten ese escenario.
- ¿Se debería contemplar la posibilidad de crear algún tipo de alternativa más nuestra, más iberoamericana, en las plataformas?
Si, yo creo que todos los esfuerzos por establecer puentes entre las cinematografías son importantes, creo que los fondos públicos como Ibermedia, o los acuerdos bilaterales entre países siempre son positivos, pero claro cualquier iniciativa de esa naturaleza me parece que irían en beneficio del cine, así que ojalá existan esas instancias
- ¿Cuándo se podrá ver "Blanquita" es los cines chilenos?
Va a tener un preestreno este mismo noviembre y luego en marzo iremos con varias copias a salas.
- El premio en Venecia imagino que ayudará...
Bueno, nos brindó mucha atención mediática, mucha prensa, porque como el caso está además basado en una historia real que fue muy mediática, hay mucha expectación respecto al abordaje del tema.
- Parece que algunos discuten el cambio cronológico que usted hizo respecto del caso real de abusos de menores
Lo que te diría que genera más interésel hecho de que es este caso tan difundido, y haya sido interrogado a través del cine. Tengo un caso de mucha sensibilidad social, y que tiene el amor también, y que la verdad judicial y la verdad oficial no han logrado capturar la complejidad real del caso. Entonces más bien la atención y la expectación tiene que ver con volver a revisitar un hecho tan doloroso, tan complejo, tan enmarañado como fue este caso.
- ¿Por qué lo situó en un tiempo más próximo al nuestro?
La verdad es que el único elemento, la única licencia de ficción grande que tiene el caso, responde a modificar la temporalidad, porque el caso fue hace 15 años y yo lo situé en un contexto más contemporáneo. Precisamente porque me parece que las cosas no han cambiado, es decir, todavía hay ahí una asimetría estructural en la forma en que las personas pueden acceder a la justicia, los derechos humanos, en un país como Chile. Tenía que ver con eso, como decía. Lamentablemente las cosas no han cambiado a pesar de los fenómenos de los movimientos contraculturales de antes, de las discusiones feministas, siguen siendo los mismos de siempre, los mismos cuerpos históricamente disciplinados, racializados y oprimidos.
- "Blanquita" es también la precandidata chilena al Oscar ¿Se ve sinceramente con alguna opción de ser seleccionado para el Oscar?
No tengo ni la menor idea la verdad, ni la menor idea... Creo que el Oscar siempre es un proceso mediado por campañas de muchos recursos, y hay películas que son promovidas con ese fin, algo que esta película no tiene. Nunca fue pensada con ese objetivo, así es que la verdad que no me quita el sueño para nada. Vamos a hacer una campaña en Estados Unidos, donde la película se estrena el 9 de diciembre, en Los Ángeles y Nueva York, pero lo que me interesa es que labra espacios y tenga la mayor cantidad de gente posible, se sociabilice su mensaje, pero la verdad no tengo ninguna obsesión con el Oscar, ni mucho menos.
- Cuando le entrevistamos en Venecia, creo que fue el mismo día del referéndum de la Constitución, que se perdió ¿Cuál es su lectura de esa derrota?
Bueno, yo pienso que cuando hay casos de esa envergadura política, nunca las causas son unívocas, siempre son multicausales y evidentemente yo tengo mi propio diagnóstico sobre porque fue rechazado tan ampliamente ese referéndum. Por supuesto solo es una teoría que no tiene ni un asidero. Por un lado, pienso que hay un elemento muy determinante en como ha sido construido el neoliberalismo cultural en Chile. El nuestro es un país con la aceleración capitalista más grande de los últimos años, 25 o 30 años y vivió un proceso de despolitización y de desideologización durante casi 40 años, donde quedaron proscritos los partidos políticos, se despolitizaron los colegios profesionales, las universidades, los sindicatos... Se entró en una lógica economicista en la sociedad chilena. Creo que en Chile todavía no hay madurez con respecto a la idea de que hay ciertos derechos básicos que si son legítimos y creo que eso afectó la manera en que la gente se aproximó a el proceso constitucional. Por otro lado, creo que hubo una campaña muy fuerte de desprestigio y de "fake news", que fue real. Todos los medios de comunicación en Chile hegemónicos son parte de la derecha. Por tanto, hay un elemento sin duda muy determinante en el fracaso del referéndum. Por último, ha habido muchos errores del progresismo a concluir también un discurso muy esencialista, muy identitario, poco universalista, que sin duda también generó anticuerpos. Por todo ello opino que hay que hacer un mea culpa de parte del progresismo, que es donde yo al menos me incluyo política y culturalmente, pero también no hay que ser ingenuo y constatar que hay todo un aparato mediático llevado a cabo por los mismos poderes hegemónicos de siempre, que frenan de toda manera el proceso.
- ¿Qué considera que debería de permanecer innegociable en el nuevo proyecto de Constitución a partir de ahora?
Hay que ganar el terreno de los derechos sociales básicos, que me parece que son códigos civilizadores mínimos, que en Chile parecen como si fueran proyectos socialistas, cuando en el mundo entero son el mínimo común. Tienen que ver con pensiones dignas, con un acceso a la salud y a la educación mínimo, con una educación pública de calidad, con un respeto a los pueblos originarios. Me parece que son temas que en Chile son utilizados por los grupos conservadores como si fueran propios de un régimen comunista totalitario y uno puede ver que en cualquier estado de bienestar básico en Europa son terrenos que ya están consolidados y son difíciles de desmontar, y en Chile estamos a años luz de eso. Entonces me parece que, en mi país, la gente después de trabajar más de 40 o 50 años tiene pensiones cercanas a los 100 o 150 dólares. Yo me pregunto quién vive con ese dinero. Es un elemento que ha hecho que la promesa neoliberal que se construyó en Chile sea un espejismo, y yo creo que es algo que simplemente no tiene que ver con los gobiernos, ni los colores políticos de turno, sino que son conquistas sociales básicas.
Transcripción: Jesús Sánchez
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- ¿Está todavía muy centrado en "Blanquita" o en lo que vendrá después?
No, la verdad es que vengo trabajando estos dos años en una película nueva que si todo sale bien la voy a filmar a fines del próximo año, y también ahora voy a dirigir una serie para Netflix en el primer semestre de este 2023, así que estoy con otros proyectos en proceso de escritura, trabajando de forma paralela hace un tiempo.
- ¿Le costó decidirse por el proyecto de serie, cuál fue su proceso?
Yo la verdad creo que no tengo una relación conservadora con cómo la industria se va diversificando. Los servicios de streaming entraron y hay que adaptarse, y también hay que mantener un sentido crítico sobre ello, no tener una mirado complaciente. A mi lo que me interesa es filmar y dirigir, y me parece que las series también son una posibilidad de llegar a audiencias con otros métodos, con otras lógicas, pero donde también se pueden construir proyectos que cuelen discusiones, contingencias políticas. Así que no tengo ningún problema con eso, más bien me parece una oportunidad para seguir filmando y para vivir, porque también yo no soy un purista y tengo que vivir y el trabajo es siempre bienvenido. Así que no, no tengo ningún rechazo a las plataformas, independiente de que si considere de que uno se tiene que seguir resistiendo en hacer películas con vocación autoral y no sucumbir a homologarse en un formato que si considero que a veces trabajo sobre una tecla todo el tiempo.
- ¿Cree que va a disponer de libertad creativa?
Mira, los proyectos de serie en general, y este en particular, no ha sido creado por mí. Yo tengo otros proyectos de serie en los que sí, soy creador y escritor, y en eso hay ahí una negociación permanente con la plataforma. Pero en este caso es un encargo. No obstante, "Blanquita" va a Netflix y es una película en la que tuve libertad absoluta. Hay de todo, a veces la plataforma interviene más, otras menos. Yo pienso que las películas, en general, son financiadas con 2 públicos, con producciones que son un gran esfuerzo y que a veces hace que los procesos sean muy lentos, y las plataformas a veces son un actor económico que nos posibilita rodajes, así que yo no las satanizo, pero tampoco las santifico, me parece que comparten ese escenario.
- ¿Se debería contemplar la posibilidad de crear algún tipo de alternativa más nuestra, más iberoamericana, en las plataformas?
Si, yo creo que todos los esfuerzos por establecer puentes entre las cinematografías son importantes, creo que los fondos públicos como Ibermedia, o los acuerdos bilaterales entre países siempre son positivos, pero claro cualquier iniciativa de esa naturaleza me parece que irían en beneficio del cine, así que ojalá existan esas instancias
- ¿Cuándo se podrá ver "Blanquita" es los cines chilenos?
Va a tener un preestreno este mismo noviembre y luego en marzo iremos con varias copias a salas.
- El premio en Venecia imagino que ayudará...
Bueno, nos brindó mucha atención mediática, mucha prensa, porque como el caso está además basado en una historia real que fue muy mediática, hay mucha expectación respecto al abordaje del tema.
- Parece que algunos discuten el cambio cronológico que usted hizo respecto del caso real de abusos de menores
Lo que te diría que genera más interésel hecho de que es este caso tan difundido, y haya sido interrogado a través del cine. Tengo un caso de mucha sensibilidad social, y que tiene el amor también, y que la verdad judicial y la verdad oficial no han logrado capturar la complejidad real del caso. Entonces más bien la atención y la expectación tiene que ver con volver a revisitar un hecho tan doloroso, tan complejo, tan enmarañado como fue este caso.
- ¿Por qué lo situó en un tiempo más próximo al nuestro?
La verdad es que el único elemento, la única licencia de ficción grande que tiene el caso, responde a modificar la temporalidad, porque el caso fue hace 15 años y yo lo situé en un contexto más contemporáneo. Precisamente porque me parece que las cosas no han cambiado, es decir, todavía hay ahí una asimetría estructural en la forma en que las personas pueden acceder a la justicia, los derechos humanos, en un país como Chile. Tenía que ver con eso, como decía. Lamentablemente las cosas no han cambiado a pesar de los fenómenos de los movimientos contraculturales de antes, de las discusiones feministas, siguen siendo los mismos de siempre, los mismos cuerpos históricamente disciplinados, racializados y oprimidos.
- "Blanquita" es también la precandidata chilena al Oscar ¿Se ve sinceramente con alguna opción de ser seleccionado para el Oscar?
No tengo ni la menor idea la verdad, ni la menor idea... Creo que el Oscar siempre es un proceso mediado por campañas de muchos recursos, y hay películas que son promovidas con ese fin, algo que esta película no tiene. Nunca fue pensada con ese objetivo, así es que la verdad que no me quita el sueño para nada. Vamos a hacer una campaña en Estados Unidos, donde la película se estrena el 9 de diciembre, en Los Ángeles y Nueva York, pero lo que me interesa es que labra espacios y tenga la mayor cantidad de gente posible, se sociabilice su mensaje, pero la verdad no tengo ninguna obsesión con el Oscar, ni mucho menos.
- Cuando le entrevistamos en Venecia, creo que fue el mismo día del referéndum de la Constitución, que se perdió ¿Cuál es su lectura de esa derrota?
Bueno, yo pienso que cuando hay casos de esa envergadura política, nunca las causas son unívocas, siempre son multicausales y evidentemente yo tengo mi propio diagnóstico sobre porque fue rechazado tan ampliamente ese referéndum. Por supuesto solo es una teoría que no tiene ni un asidero. Por un lado, pienso que hay un elemento muy determinante en como ha sido construido el neoliberalismo cultural en Chile. El nuestro es un país con la aceleración capitalista más grande de los últimos años, 25 o 30 años y vivió un proceso de despolitización y de desideologización durante casi 40 años, donde quedaron proscritos los partidos políticos, se despolitizaron los colegios profesionales, las universidades, los sindicatos... Se entró en una lógica economicista en la sociedad chilena. Creo que en Chile todavía no hay madurez con respecto a la idea de que hay ciertos derechos básicos que si son legítimos y creo que eso afectó la manera en que la gente se aproximó a el proceso constitucional. Por otro lado, creo que hubo una campaña muy fuerte de desprestigio y de "fake news", que fue real. Todos los medios de comunicación en Chile hegemónicos son parte de la derecha. Por tanto, hay un elemento sin duda muy determinante en el fracaso del referéndum. Por último, ha habido muchos errores del progresismo a concluir también un discurso muy esencialista, muy identitario, poco universalista, que sin duda también generó anticuerpos. Por todo ello opino que hay que hacer un mea culpa de parte del progresismo, que es donde yo al menos me incluyo política y culturalmente, pero también no hay que ser ingenuo y constatar que hay todo un aparato mediático llevado a cabo por los mismos poderes hegemónicos de siempre, que frenan de toda manera el proceso.
- ¿Qué considera que debería de permanecer innegociable en el nuevo proyecto de Constitución a partir de ahora?
Hay que ganar el terreno de los derechos sociales básicos, que me parece que son códigos civilizadores mínimos, que en Chile parecen como si fueran proyectos socialistas, cuando en el mundo entero son el mínimo común. Tienen que ver con pensiones dignas, con un acceso a la salud y a la educación mínimo, con una educación pública de calidad, con un respeto a los pueblos originarios. Me parece que son temas que en Chile son utilizados por los grupos conservadores como si fueran propios de un régimen comunista totalitario y uno puede ver que en cualquier estado de bienestar básico en Europa son terrenos que ya están consolidados y son difíciles de desmontar, y en Chile estamos a años luz de eso. Entonces me parece que, en mi país, la gente después de trabajar más de 40 o 50 años tiene pensiones cercanas a los 100 o 150 dólares. Yo me pregunto quién vive con ese dinero. Es un elemento que ha hecho que la promesa neoliberal que se construyó en Chile sea un espejismo, y yo creo que es algo que simplemente no tiene que ver con los gobiernos, ni los colores políticos de turno, sino que son conquistas sociales básicas.
Transcripción: Jesús Sánchez
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