Crítica: "Bombay Goa Express", un largo viaje
- por © NOTICINE.com
Por Verónica Orea
El español Juan Estelrich Jr ("La vía lactea") regresa al cine con "Bombay Goa Express", una cinta que él mismo ha dirigido, producido y protagonizado. Además de esto, Estelrich se ha ocupado del guión, junto a Fernando Bellver, del diseño de la producción, ha dibujado los decorados y se ha ocupado del montaje de la misma. Como compañera de reparto cuenta con María Adamúz ("Entre amigos"), Mario Tardón y con la colaboración de Emma Cohen, que no se había puesto delante de la cámara en años.
"Bombay Goa Express" narra el encuentro fortuito entre un escritor de renombre, Julio Cardín (Chester), y una atractiva mujer, Lara Arenas (Adamúz), en un tren durante el trayecto Bombay–Goa y que, casualmente, ella lleva su último libro en el bolso. Durante el trayecto, sin que se dirijan la palabra, cada uno de ellos imagina cuál podría ser la vida desconocida del otro, lo que da lugar a un variado paseo por el amor y la seducción, en un viaje entre diversos lugares y géneros del cine, pasando del musical al "western"; de la comedia al drama; de África a Ibiza o de París a la Luna.
Estelrich, que ha confesado que sentía vergüenza al ver su nombre tantas veces en los créditos de la película por lo que decide adoptar el seudónimo de Julián Chester en su faceta de protagonista, ha elaborado una película en la que se entrelazan las historias reales que van contando los protagonistas en voz en off con imaginarias tanto del famoso escritor como de su compañera de viaje.
Es una película que comienza a buen ritmo y que resulta atractiva por su manera de narrar la historia, ya que los protagonistas no se dirigen la palabra sino que lo que el espectador escucha de los personajes son su las voces que resuenan en sus mentes. Pero la película va perdiendo fuelle según avanza la historia.
Cabe destacar esas escenas entre el escritor, a quien la joven reconoce desde el principio, y la viajera, que despierta en el escritor un gran interés. En esos momentos entre los personajes en el tren en los que cada uno va creando su propia imagen del otro según las apariencias, los intérpretes van regalando algunos de los momentos más divertidos del largometraje. Sin duda, una clara muestra de que no hay que juzgar antes de conocer y de que las apariencias engañan.
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El español Juan Estelrich Jr ("La vía lactea") regresa al cine con "Bombay Goa Express", una cinta que él mismo ha dirigido, producido y protagonizado. Además de esto, Estelrich se ha ocupado del guión, junto a Fernando Bellver, del diseño de la producción, ha dibujado los decorados y se ha ocupado del montaje de la misma. Como compañera de reparto cuenta con María Adamúz ("Entre amigos"), Mario Tardón y con la colaboración de Emma Cohen, que no se había puesto delante de la cámara en años.
"Bombay Goa Express" narra el encuentro fortuito entre un escritor de renombre, Julio Cardín (Chester), y una atractiva mujer, Lara Arenas (Adamúz), en un tren durante el trayecto Bombay–Goa y que, casualmente, ella lleva su último libro en el bolso. Durante el trayecto, sin que se dirijan la palabra, cada uno de ellos imagina cuál podría ser la vida desconocida del otro, lo que da lugar a un variado paseo por el amor y la seducción, en un viaje entre diversos lugares y géneros del cine, pasando del musical al "western"; de la comedia al drama; de África a Ibiza o de París a la Luna.
Estelrich, que ha confesado que sentía vergüenza al ver su nombre tantas veces en los créditos de la película por lo que decide adoptar el seudónimo de Julián Chester en su faceta de protagonista, ha elaborado una película en la que se entrelazan las historias reales que van contando los protagonistas en voz en off con imaginarias tanto del famoso escritor como de su compañera de viaje.
Es una película que comienza a buen ritmo y que resulta atractiva por su manera de narrar la historia, ya que los protagonistas no se dirigen la palabra sino que lo que el espectador escucha de los personajes son su las voces que resuenan en sus mentes. Pero la película va perdiendo fuelle según avanza la historia.
Cabe destacar esas escenas entre el escritor, a quien la joven reconoce desde el principio, y la viajera, que despierta en el escritor un gran interés. En esos momentos entre los personajes en el tren en los que cada uno va creando su propia imagen del otro según las apariencias, los intérpretes van regalando algunos de los momentos más divertidos del largometraje. Sin duda, una clara muestra de que no hay que juzgar antes de conocer y de que las apariencias engañan.
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