Hablamos con Johanné Gómez Terrero, directora de "Caribbean Fantasy"
- por © José Romero Carrillo (Sto.Domingo)-NOTICINE.com
El pasado mes de diciembre tuve oportunidad de apreciar uno de los trabajos más sugerentes e inesperados el cine latinoamericano reciente: "Caribbean Fantasy", de la dominicana Johanné Gómez Terrero. Pocas veces me ha sucedido que dentro de la enorme programación de un festival surja una película me agrade tanto, sin haber tenido mayores referencias. Algo que podría describir como un feliz acontecimiento cinematográfico. Se trata de una mirada honesta, directa, sin ninguna pincelada preciosista o coqueteos con el miserabilismo for export son algunas de las virtudes del trabajo de la joven cineasta Gómez Terrero. Con ocasión de la décima edición del Festival de Cine Global Dominicana, logramos ubicarla y conversar con ella sobre esta historia de un amor extravagante en una de las zonas más despreciadas de una exótica y cosmopolita Republica Dominicana.
- En estos tiempos que el cine dominicano goza de buena salud, especialmente por los sucesos taquilleros de las comedias, ¿considera importante la existencia de un cine independiente en República Dominicana, al que todavía el gran público no tiene acceso, no demanda como las grandes producciones cómicas y escapistas que es lo predominante en materia cinematográfica de este país?
Por supuesto, es necesaria la presencia de un nuevo cine dominicano, no quitando lo que ya existe sino abriendo las pantallas a la diversidad, que podamos de una manera existir todos. Hay muchas nuevas propuestas y no es un completo relevo sino un compartir el espacio. La Republica Dominicana no es un chiste, pareciera que por el género de la comedia que tanto se consume acá, todo se viviera con mucha levedad y tomando en broma la vida. Definitivamente creo que hay que empezar a tener un cine que sea una herramienta social y que posea una mirada distinta, y sobre todo en el momento histórico que estamos viviendo en la que hay bastante desigualdad social.
- Su película refleja un entorno de su país, al que los mismos ciudadanos prefieres no mirar de frente, y nos muestras dos personas distintas y muy inesperadas para la gran audiencia ¿Cómo logró ubicarlos?
Fui olfateando como un perro, desde niña fui cruzando el puente que se observa en la película, el puente que conecta la zona occidental y oriental de Santo Domingo. Donde observas casitas a lo lejos y pareciera que están abandonadas; pero no, es una zona con mucha vida y gente. Fue así que me decidí acercarme a esta zona de mucho prejuicio, además de pobre en muchos sentidos. La pobreza económica trae consigo muchas otras carencias. Mi motivación inicial fue la contaminación del rio, ya que cada vez tiene las aguas más oscuras. Toda la ciudad envía basura a sus aguas. Como te darás cuenta, poseía una mirada ecológica pero luego descubrí que existía Rudy que es este tipo que rema y conecta las dos orillas, para mí era desconocida esta labor. Ello fue toda una sorpresa para mí. Él me llevó a conocer a Morena, que es su pareja, y ahí se dio una conexión que no estaba buscando. Cuando los conocí tuve la certeza que ellos tenían que ser los personajes. Fue una especie de enamoramiento.
- ¿Cómo lograr el grado de complicidad de los dos personajes con una cámara que los registra pero que jamás tiene una mirada que los juzgue?
En todo momento quedé quedarme como observadora. Lo que me permitió la confianza de ellos fue el tiempo y la honestidad. Esto mucho tiempo con ellos, antes de llevar la cámara. Les dije que quería estar con ellos y ver su cotidianeidad; y además que mis intenciones no iban más allá que entender.
- ¿Ellos tenían claro cuál era la razón de la película, de lo que iba a contar esta historia?
Realmente no lo tenían claro. Para Morena lo que motivo se decidiera a estar en la película fue cuando hablamos de películas, ella sentía que iba a ser otra cosa. No tenía bien en claro el termino de documental y se veía, solo, como la protagonista de una película que iba a estar en la gran pantalla. Aquella ilusión fue la que la convenció de estar en la película. Y a Rudy porque creamos amistad y él sabía que yo lo iba a cuidar.
- ¿Cómo hacer que el espectador no reciba un discurso, un mensaje directo sobre un par de personajes marginales y que al mismo tiempo, rompen los esquemas de la pareja tradicional de nuestros pueblos? Morena tiene dos parejas, una la que le da lo económico para subsistir y otro, Rudy el que le brinda los afectos...
Yo creo que la información se transforma en cada uno de los espectadores. Cada uno de ellos tiene una interpretación distinta, dependiendo de las circunstancias. En particular con ella intenté no juzgarla, yo creo que ella es el producto de esas circunstancias. Fuera de ese contexto ninguno de ellos podrían ser entendidos. Son portadores de lo marginal, desde su vida cotidiana todo esta permeado por ello. Lo que hacen ellos es reflejar su entorno a partir de su relación; y yo no creo que habría que juzgarla a ella como no habría que juzgar la a nadie. Cada uno responde al momento que le toca vivir y a las circunstancias. Ella dice claramente que tener esas dos parejas es una cuestión de supervivencia.
- Es consciente de que le ofrece al espectador un esquema distinto, un entorno social y geográfico de la Republica Dominicana, que no es lo que ve ni lo que le gusta ver en la gran pantalla.
Por eso exactamente se llama "Caribbean Fantasy" porque tiene el imaginario del Caribe que está construido desde fuera. Otras personas han imaginado el Caribe y no nosotros los que lo somos. Así el corazón del Caribe que es ese, lo que escondemos detrás de las imágenes de postal. También mirar esa historia es intentar mirarnos pues hay mucha doble moral. Por ejemplo a Morena no le aceptamos esta doble vida pero mucha gente realmente la tiene; la ética nos juzga dependiendo de la persona a la que nos referimos. Al final, los pobres son los que más cargan, la moral también se aplica primero en ellos. En cambio a la gente que si puede ocultarlo todo con el dinero, se lava de otra manera. El Caribe es otra cosa, no la fantasía que nos están vendiendo. Hay otro Caribe que debemos construirlo a partir de nosotros.
- Finalmente, ¿Cómo describiría en uno o dos frases su película?
"Caribbean Fantasy" es una exploración de la marginalidad dominicana; y es un poco el reflejo de lo que no se ve, de lo que se quiere ocultar.
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- En estos tiempos que el cine dominicano goza de buena salud, especialmente por los sucesos taquilleros de las comedias, ¿considera importante la existencia de un cine independiente en República Dominicana, al que todavía el gran público no tiene acceso, no demanda como las grandes producciones cómicas y escapistas que es lo predominante en materia cinematográfica de este país?
Por supuesto, es necesaria la presencia de un nuevo cine dominicano, no quitando lo que ya existe sino abriendo las pantallas a la diversidad, que podamos de una manera existir todos. Hay muchas nuevas propuestas y no es un completo relevo sino un compartir el espacio. La Republica Dominicana no es un chiste, pareciera que por el género de la comedia que tanto se consume acá, todo se viviera con mucha levedad y tomando en broma la vida. Definitivamente creo que hay que empezar a tener un cine que sea una herramienta social y que posea una mirada distinta, y sobre todo en el momento histórico que estamos viviendo en la que hay bastante desigualdad social.
- Su película refleja un entorno de su país, al que los mismos ciudadanos prefieres no mirar de frente, y nos muestras dos personas distintas y muy inesperadas para la gran audiencia ¿Cómo logró ubicarlos?
Fui olfateando como un perro, desde niña fui cruzando el puente que se observa en la película, el puente que conecta la zona occidental y oriental de Santo Domingo. Donde observas casitas a lo lejos y pareciera que están abandonadas; pero no, es una zona con mucha vida y gente. Fue así que me decidí acercarme a esta zona de mucho prejuicio, además de pobre en muchos sentidos. La pobreza económica trae consigo muchas otras carencias. Mi motivación inicial fue la contaminación del rio, ya que cada vez tiene las aguas más oscuras. Toda la ciudad envía basura a sus aguas. Como te darás cuenta, poseía una mirada ecológica pero luego descubrí que existía Rudy que es este tipo que rema y conecta las dos orillas, para mí era desconocida esta labor. Ello fue toda una sorpresa para mí. Él me llevó a conocer a Morena, que es su pareja, y ahí se dio una conexión que no estaba buscando. Cuando los conocí tuve la certeza que ellos tenían que ser los personajes. Fue una especie de enamoramiento.
- ¿Cómo lograr el grado de complicidad de los dos personajes con una cámara que los registra pero que jamás tiene una mirada que los juzgue?
En todo momento quedé quedarme como observadora. Lo que me permitió la confianza de ellos fue el tiempo y la honestidad. Esto mucho tiempo con ellos, antes de llevar la cámara. Les dije que quería estar con ellos y ver su cotidianeidad; y además que mis intenciones no iban más allá que entender.
- ¿Ellos tenían claro cuál era la razón de la película, de lo que iba a contar esta historia?
Realmente no lo tenían claro. Para Morena lo que motivo se decidiera a estar en la película fue cuando hablamos de películas, ella sentía que iba a ser otra cosa. No tenía bien en claro el termino de documental y se veía, solo, como la protagonista de una película que iba a estar en la gran pantalla. Aquella ilusión fue la que la convenció de estar en la película. Y a Rudy porque creamos amistad y él sabía que yo lo iba a cuidar.
- ¿Cómo hacer que el espectador no reciba un discurso, un mensaje directo sobre un par de personajes marginales y que al mismo tiempo, rompen los esquemas de la pareja tradicional de nuestros pueblos? Morena tiene dos parejas, una la que le da lo económico para subsistir y otro, Rudy el que le brinda los afectos...
Yo creo que la información se transforma en cada uno de los espectadores. Cada uno de ellos tiene una interpretación distinta, dependiendo de las circunstancias. En particular con ella intenté no juzgarla, yo creo que ella es el producto de esas circunstancias. Fuera de ese contexto ninguno de ellos podrían ser entendidos. Son portadores de lo marginal, desde su vida cotidiana todo esta permeado por ello. Lo que hacen ellos es reflejar su entorno a partir de su relación; y yo no creo que habría que juzgarla a ella como no habría que juzgar la a nadie. Cada uno responde al momento que le toca vivir y a las circunstancias. Ella dice claramente que tener esas dos parejas es una cuestión de supervivencia.
- Es consciente de que le ofrece al espectador un esquema distinto, un entorno social y geográfico de la Republica Dominicana, que no es lo que ve ni lo que le gusta ver en la gran pantalla.
Por eso exactamente se llama "Caribbean Fantasy" porque tiene el imaginario del Caribe que está construido desde fuera. Otras personas han imaginado el Caribe y no nosotros los que lo somos. Así el corazón del Caribe que es ese, lo que escondemos detrás de las imágenes de postal. También mirar esa historia es intentar mirarnos pues hay mucha doble moral. Por ejemplo a Morena no le aceptamos esta doble vida pero mucha gente realmente la tiene; la ética nos juzga dependiendo de la persona a la que nos referimos. Al final, los pobres son los que más cargan, la moral también se aplica primero en ellos. En cambio a la gente que si puede ocultarlo todo con el dinero, se lava de otra manera. El Caribe es otra cosa, no la fantasía que nos están vendiendo. Hay otro Caribe que debemos construirlo a partir de nosotros.
- Finalmente, ¿Cómo describiría en uno o dos frases su película?
"Caribbean Fantasy" es una exploración de la marginalidad dominicana; y es un poco el reflejo de lo que no se ve, de lo que se quiere ocultar.
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