Crónicas
El suceso de "Rosario Tijeras" le otorga a Flora Martínez su primer protagónico en España
27-III-06
Nadie ha quedado indiferente ante la estupenda actuación de Flora Martínez en "Rosario Tijeras", que precisamente le acaba de valer la Biznaga de Plata de la sección Territorio Latinoamericano del Festival de Málaga. Pero semanas antes de este reconocimiento, la joven actriz colombo-canadiense comenzó a rodar su primer largometraje en España, "Todos amamos a Gloria Cole", segundo film del director Manuel Lombardero ("En brazos de la mujer madura"), que afronta su última semana de rodaje.
"Todos amamos a Gloria Cole" es un guión original de Manuel Lombardero e Ignacio del Moral ("Los lunes al sol"), que narra la historia de personas que buscan cumplir aunque sólo sea una pequeña parte de sus sueños. Es también la historia de un grupo de amigos muy distintos a los que reúne la música y les confronta a la vida, el sexo, el pasado que vuelve, el futuro incierto y a un crimen.
Además de Martínez, la película está interpretada por Rubén Ochandiano ("Tapas"), José Coronado, Nancho Novo, Andrés Gertrúdix y la cantante Caroline Henderson, entre otros. Rodada durante siete semanas en varias localizaciones de Barcelona, entre otras, la Carretera de les Aigües, Vallvidrera, Plaça Reial, Carrer dels Àngels, el barri del Carmel, Port de Barcelona, Unión Naval y Borne, encara ahora su última semana de filmación en Barcelona y con todos los actores, a excepción de Novo que ya ha finalizado su intervención.
Nadie ha quedado indiferente ante la estupenda actuación de Flora Martínez en "Rosario Tijeras", que precisamente le acaba de valer la Biznaga de Plata de la sección Territorio Latinoamericano del Festival de Málaga. Pero semanas antes de este reconocimiento, la joven actriz colombo-canadiense comenzó a rodar su primer largometraje en España, "Todos amamos a Gloria Cole", segundo film del director Manuel Lombardero ("En brazos de la mujer madura"), que afronta su última semana de rodaje.
"Todos amamos a Gloria Cole" es un guión original de Manuel Lombardero e Ignacio del Moral ("Los lunes al sol"), que narra la historia de personas que buscan cumplir aunque sólo sea una pequeña parte de sus sueños. Es también la historia de un grupo de amigos muy distintos a los que reúne la música y les confronta a la vida, el sexo, el pasado que vuelve, el futuro incierto y a un crimen.
Además de Martínez, la película está interpretada por Rubén Ochandiano ("Tapas"), José Coronado, Nancho Novo, Andrés Gertrúdix y la cantante Caroline Henderson, entre otros. Rodada durante siete semanas en varias localizaciones de Barcelona, entre otras, la Carretera de les Aigües, Vallvidrera, Plaça Reial, Carrer dels Àngels, el barri del Carmel, Port de Barcelona, Unión Naval y Borne, encara ahora su última semana de filmación en Barcelona y con todos los actores, a excepción de Novo que ya ha finalizado su intervención.
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Falleció el controvertido director Eloy de la Iglesia
24-III-06
El realizador español Eloy de la Iglesia, uno de los cineastas claves del cine de la Transición, falleció a los 62 años de edad como consecuencia de una grave enfermedad, dejando un legado de 22 títulos, donde se animó a retratar temas tan controversiales en los años 70 y 80 como la droga, la homosexualidad y la marginalidad.
Nacido en Zarautz el1 de enero de 1944, Eloy Germán de la Iglesia Dieguez, comenzó su andadura en el mundo del cine con "Fantasía 3", de 1964, tras la cual realizó "Algo amargo en la boca", de 1968, con la cual tuvo problemas con la censura dada su confesa militancia en el Partido Comunista.
Declarado homosexual y siempre dispuesto a la controversia, De la Iglesia alcanzó sus mayores sucesos en los años 80 con "Navajeros" (1981), "Colegas" (1982), "El pico" (1984/1985), "otra vuelta de tuerca" (1985) y "La estanquera de Vallecas" (1987).
En 1996 el Festival Internacional de Cine de San Sebastián le dedicó una retrospectiva que reavivió su carrera, que sufrió un paro de 16 años, en buena medida por su adicción a las drogas. Su retorno fue con una adaptación del "Calígula", de Albert Camus. En 2003 realizó su último largometraje, "Los novios búlgaros", historia de amor homosexual basada en la obra homónima de Eduardo Mendicutti.
El realizador español Eloy de la Iglesia, uno de los cineastas claves del cine de la Transición, falleció a los 62 años de edad como consecuencia de una grave enfermedad, dejando un legado de 22 títulos, donde se animó a retratar temas tan controversiales en los años 70 y 80 como la droga, la homosexualidad y la marginalidad.
Nacido en Zarautz el1 de enero de 1944, Eloy Germán de la Iglesia Dieguez, comenzó su andadura en el mundo del cine con "Fantasía 3", de 1964, tras la cual realizó "Algo amargo en la boca", de 1968, con la cual tuvo problemas con la censura dada su confesa militancia en el Partido Comunista.
Declarado homosexual y siempre dispuesto a la controversia, De la Iglesia alcanzó sus mayores sucesos en los años 80 con "Navajeros" (1981), "Colegas" (1982), "El pico" (1984/1985), "otra vuelta de tuerca" (1985) y "La estanquera de Vallecas" (1987).
En 1996 el Festival Internacional de Cine de San Sebastián le dedicó una retrospectiva que reavivió su carrera, que sufrió un paro de 16 años, en buena medida por su adicción a las drogas. Su retorno fue con una adaptación del "Calígula", de Albert Camus. En 2003 realizó su último largometraje, "Los novios búlgaros", historia de amor homosexual basada en la obra homónima de Eduardo Mendicutti.
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ESTRENO: "Los aires difíciles", relato de un náufrago
24-III-06
"Los aires difíciles" es la historia de un hombre que trata de recomponer los restos de un naufragio", explica Gerardo Herrero de forma simplista sobre su nuevo largometraje, "Los aires difíciles", que este viernes llegó a la cartelera española para proseguir con la prolífica carrera del director y productor.
Juan Olmedo, a sus cuarenta años, es el superviviente de un naufragio, del que sólo ha podido rescatar a su sobrina y a su hermano deficiente mental. Atrás ha dejado un pasado, en otra ciudad, dramático y caprichoso como los vientos que azotan la costa atlántica gaditana que ha elegido para huir de sus recuerdos. En este apartado rincón del mundo volverá a enfrentarse con estos recuerdos que le torturan y persiguen: un amor secreto e imposible con su cuñada, y el misterio de la muerte de su hermano más querido y más odiado a la vez: Damián.
"A su alrededor, y casi de una manera espontánea, se ha ido componiendo una peculiar familia formada por otros que, como él, buscan también una razón para vivir. Entre ellos está Sara, su vecina, una mujer solitaria que también ha dejado atrás un pasado que quiere olvidar. Ambos, sin quererlo, están abocados a una convivencia de "náufragos", en la que compartirán confidencias y camaraderías, gracias a la inesperada complicidad de Maribel, la asistenta de ambos y el catalizador de su nueva vida", detalla Herrero sobre las criaturas de este pequeño mundo interpretadas por Cuca Escribano, Roberto Enríquez, Alberto Jiménez, Carme Elias, Andrés Gertrudix, Pilar Castro, José Luis García Pérez .
Como indica Herrero, este es un film sobre un hombre que sobrevive a un naugrafio, es decir, a un superviviente al que el destino le ofrece una segunda oportunidad, que le permita redimirse de su pasado.
"Los aires difíciles" es la historia de un hombre que trata de recomponer los restos de un naufragio", explica Gerardo Herrero de forma simplista sobre su nuevo largometraje, "Los aires difíciles", que este viernes llegó a la cartelera española para proseguir con la prolífica carrera del director y productor.
Juan Olmedo, a sus cuarenta años, es el superviviente de un naufragio, del que sólo ha podido rescatar a su sobrina y a su hermano deficiente mental. Atrás ha dejado un pasado, en otra ciudad, dramático y caprichoso como los vientos que azotan la costa atlántica gaditana que ha elegido para huir de sus recuerdos. En este apartado rincón del mundo volverá a enfrentarse con estos recuerdos que le torturan y persiguen: un amor secreto e imposible con su cuñada, y el misterio de la muerte de su hermano más querido y más odiado a la vez: Damián.
"A su alrededor, y casi de una manera espontánea, se ha ido componiendo una peculiar familia formada por otros que, como él, buscan también una razón para vivir. Entre ellos está Sara, su vecina, una mujer solitaria que también ha dejado atrás un pasado que quiere olvidar. Ambos, sin quererlo, están abocados a una convivencia de "náufragos", en la que compartirán confidencias y camaraderías, gracias a la inesperada complicidad de Maribel, la asistenta de ambos y el catalizador de su nueva vida", detalla Herrero sobre las criaturas de este pequeño mundo interpretadas por Cuca Escribano, Roberto Enríquez, Alberto Jiménez, Carme Elias, Andrés Gertrudix, Pilar Castro, José Luis García Pérez .
Como indica Herrero, este es un film sobre un hombre que sobrevive a un naugrafio, es decir, a un superviviente al que el destino le ofrece una segunda oportunidad, que le permita redimirse de su pasado.
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ESTRENO: "Derecho de familia", Burman busca conquistar al gran público
23-III-06
Precedida por una exitosa respuesta en el 21 Festival Internacional de Cine de Mar del Plata -fue premiada con el Astor de Plata a la mejor película iberoamericana y el premio del público, entre otros-, "Derecho de familia", de Daniel Burman, llega a las pantallas argentinas este jueves 23 con el objetivo de ampliar el espectro comercial para su director, quien entrega su cinta más accesible pero sin renunciar a su estilo.
"Derecho de familia" sigue la vida de Ariel Perelman, un joven que ha seguido la misma carrera de su padre, derecho, aunque mantiene con él una relación distante y ha formado una familia con Sandra (Julieta Díaz), una profesora de Pilates con la que tiene un hijo de dos años (Eloy Burman). Por cuestiones inesperadas, Perelman se verá por cerca de un mes sin su trabajo regular en Tribunales -el edificio debe someterse a reformas- y allí asumirá con más responsabilidad su rol de padre, a la vez que su propio padre inicia un acercamiento mayor.
Además de contar con el mismo protagonista, Daniel Hendler, "Derecho de familia" guarda similitudes con "El abrazo partido" en el tema central de la relación padre e hijo, además de detalles que para el realizador son una muestra de responder a los mismos intereses y manías: "Me parece lo más natural. Hay ciertas cuestiones que las filmás desde un punto de vista parecido, lo que no implica que sean iguales. Hay cosas que remiten a películas que he hecho, pero que tienen que ver con una coherencia".
Para Burman, quien asegura no haberse vinculado al cine por amor a las películas, sino de una forma absolutamente instrumental para contar una historia, el rodaje de "Derecho de familia" resultó el más arduo de su carrera: "Duró nueve semanas, que es un montón de tiempo para estar filmando. Fue un esfuerzo físico del equipo, de los actores y mío también porque eran muchas locaciones, filmar en una calle en Buenos Aires no es fácil porque siempre pasan cosas más importantes que una filmación".
Uno de los grandes hallazgos de esta película es ese roba escenas que es Eloy Burman, hijo del director, que cumple aquella vieja máxima de los actores de que no debes trabajar con niños o animales si quieres destacarte. Contrariamente a lo que se puede pensar, el dirigir a un niño de dos años y medio fue una tarea más que sencilla: "Trabajé más como padre que como director, por suerte. Daniel y Julieta estuvieron tres meses viniendo a casa para tener una relación con él. Fue un trabajo muy fácil, era jugar. Había una especie de orden en el equipo de que no saludarlo, no agarrarle el cachete, no mimarlo. Cuando me dicen que buen actor que es, yo digo que el mérito es nuestro". Para aquellos que esperaban ver con asiduidad a este pequeño descubrimiento, el padre tiene malas noticias: "Él jugó un rato con el padre y con los amigos del padre y se corta acá, no quiero que vaya al programa de Susana Giménez a contar chistes. Fue compartir con él algo que yo quiero tanto que es hacer cine y ya está".
A pesar de esta narrada con precisión, su compacto elenco y el humor que acompaña todo el metraje, donde no faltan momentos emotivos sinceros sin golpes bajos, los detractores de esta película indican que la misma carece de conflicto, pero allí reside la clave del cine de Burman, en que el conflicto se de en la sumatoria de pequeñas cosas y no en la gradilocuencia de un hecho: "Los grandes conflictos, las escenas esenciales no se dan con un tipo golpeando una puerta e insultando a la madre o al padre, sino que se dan en un montón de pequeños detalles. Cuando juntás un montón de detalles de la vida cotidiana ves los grandes temas de tu vida".
Precedida por una exitosa respuesta en el 21 Festival Internacional de Cine de Mar del Plata -fue premiada con el Astor de Plata a la mejor película iberoamericana y el premio del público, entre otros-, "Derecho de familia", de Daniel Burman, llega a las pantallas argentinas este jueves 23 con el objetivo de ampliar el espectro comercial para su director, quien entrega su cinta más accesible pero sin renunciar a su estilo.
"Derecho de familia" sigue la vida de Ariel Perelman, un joven que ha seguido la misma carrera de su padre, derecho, aunque mantiene con él una relación distante y ha formado una familia con Sandra (Julieta Díaz), una profesora de Pilates con la que tiene un hijo de dos años (Eloy Burman). Por cuestiones inesperadas, Perelman se verá por cerca de un mes sin su trabajo regular en Tribunales -el edificio debe someterse a reformas- y allí asumirá con más responsabilidad su rol de padre, a la vez que su propio padre inicia un acercamiento mayor.
Además de contar con el mismo protagonista, Daniel Hendler, "Derecho de familia" guarda similitudes con "El abrazo partido" en el tema central de la relación padre e hijo, además de detalles que para el realizador son una muestra de responder a los mismos intereses y manías: "Me parece lo más natural. Hay ciertas cuestiones que las filmás desde un punto de vista parecido, lo que no implica que sean iguales. Hay cosas que remiten a películas que he hecho, pero que tienen que ver con una coherencia".
Para Burman, quien asegura no haberse vinculado al cine por amor a las películas, sino de una forma absolutamente instrumental para contar una historia, el rodaje de "Derecho de familia" resultó el más arduo de su carrera: "Duró nueve semanas, que es un montón de tiempo para estar filmando. Fue un esfuerzo físico del equipo, de los actores y mío también porque eran muchas locaciones, filmar en una calle en Buenos Aires no es fácil porque siempre pasan cosas más importantes que una filmación".
Uno de los grandes hallazgos de esta película es ese roba escenas que es Eloy Burman, hijo del director, que cumple aquella vieja máxima de los actores de que no debes trabajar con niños o animales si quieres destacarte. Contrariamente a lo que se puede pensar, el dirigir a un niño de dos años y medio fue una tarea más que sencilla: "Trabajé más como padre que como director, por suerte. Daniel y Julieta estuvieron tres meses viniendo a casa para tener una relación con él. Fue un trabajo muy fácil, era jugar. Había una especie de orden en el equipo de que no saludarlo, no agarrarle el cachete, no mimarlo. Cuando me dicen que buen actor que es, yo digo que el mérito es nuestro". Para aquellos que esperaban ver con asiduidad a este pequeño descubrimiento, el padre tiene malas noticias: "Él jugó un rato con el padre y con los amigos del padre y se corta acá, no quiero que vaya al programa de Susana Giménez a contar chistes. Fue compartir con él algo que yo quiero tanto que es hacer cine y ya está".
A pesar de esta narrada con precisión, su compacto elenco y el humor que acompaña todo el metraje, donde no faltan momentos emotivos sinceros sin golpes bajos, los detractores de esta película indican que la misma carece de conflicto, pero allí reside la clave del cine de Burman, en que el conflicto se de en la sumatoria de pequeñas cosas y no en la gradilocuencia de un hecho: "Los grandes conflictos, las escenas esenciales no se dan con un tipo golpeando una puerta e insultando a la madre o al padre, sino que se dan en un montón de pequeños detalles. Cuando juntás un montón de detalles de la vida cotidiana ves los grandes temas de tu vida".
- © Cynthia M. García (Argentina)-NOTICINE.com

Manuel Iborra escribe sobre su adaptación de "La dama boba"
23-III-06
por Manuel Iborra *
Entre esos descubrimientos que uno hace a los quince o dieciséis años y que son lo único en lo que acaba creyendo, el más trascendental para mí, fue el amor.
El amor era lo que me hacía sentirme más listo, más divertido, más valiente, más osado y claro, más feliz. El amor era lo que me hacía que viera más claro cuál era la respuesta a todas las preguntas. El amor era el único consuelo al dolor. El amor era el que me daba las ganas de vivir.
Cuarenta años después creo que el amor es lo único que de verdad ha gobernado toda mi vida. Así pues, para mí, hacer "La Dama Boba" ha sido muy fácil y la razón es bien sencilla.
Lope de Vega en cada una de las páginas de su comedia nos habla del amor y sólo de amor, cómo sólo puede hacerlo alguien que lo disfrutó y lo sufrió a manos llenas.
"La Dama Boba" es, por tanto, una de las películas más placenteras que me ha tocado rodar en mi carrera, sólo he tenido que hablar de amor.
* Desde sus inicios Manuel Iborra ha estado vinculado al mundo del teatro tras estudiar en el TEI (Teatro Español Independiente) y focalizar sus intereses en la dirección de actores y el estudio de dramaturgos como Lope de Vega, de quien ahora adapta para el cine "La dama boba", comedia clásica del siglo de oro centrada en dos hermanas que se evaden de la sociedad machista de la época de dos formas muy distintas: una, a través de los libros, y la otra, haciéndose la tonta. Anteriormente, Iborra dirigió “Orquestra Club Virginia”, “El tiempo de la felicidad”, “Pepe Guindo” y “Clara y Elena”.
por Manuel Iborra *
Entre esos descubrimientos que uno hace a los quince o dieciséis años y que son lo único en lo que acaba creyendo, el más trascendental para mí, fue el amor.
El amor era lo que me hacía sentirme más listo, más divertido, más valiente, más osado y claro, más feliz. El amor era lo que me hacía que viera más claro cuál era la respuesta a todas las preguntas. El amor era el único consuelo al dolor. El amor era el que me daba las ganas de vivir.
Cuarenta años después creo que el amor es lo único que de verdad ha gobernado toda mi vida. Así pues, para mí, hacer "La Dama Boba" ha sido muy fácil y la razón es bien sencilla.
Lope de Vega en cada una de las páginas de su comedia nos habla del amor y sólo de amor, cómo sólo puede hacerlo alguien que lo disfrutó y lo sufrió a manos llenas.
"La Dama Boba" es, por tanto, una de las películas más placenteras que me ha tocado rodar en mi carrera, sólo he tenido que hablar de amor.
* Desde sus inicios Manuel Iborra ha estado vinculado al mundo del teatro tras estudiar en el TEI (Teatro Español Independiente) y focalizar sus intereses en la dirección de actores y el estudio de dramaturgos como Lope de Vega, de quien ahora adapta para el cine "La dama boba", comedia clásica del siglo de oro centrada en dos hermanas que se evaden de la sociedad machista de la época de dos formas muy distintas: una, a través de los libros, y la otra, haciéndose la tonta. Anteriormente, Iborra dirigió “Orquestra Club Virginia”, “El tiempo de la felicidad”, “Pepe Guindo” y “Clara y Elena”.
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