Juan C. Tabío

Juan Carlos Tabío y Perugorría de estreno... sólo por internet

20-VI-05

Una vez más, el realizador cubano Juan Carlos Tabío y su compatriota Jorge Perugorría han colaborado en un proyecto fílmico. Sin embargo, a diferencia del pasado, esta vez se trata de un corto de menos de nueve minutos, por el momento sólo disponible a través de internet. "Molinos de viento" fue encargado por la española Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC), con motivo del 400 aniversario de la publicación del Quijote, y está disponible en www.ingenio400.com .

En el corto, "Pichi" -único personaje- es un empresario que declama su discurso frente a una cámara de vídeo, como ensayo de una comparencia parlamentaria en la que debe dar cuenta de su gestión. Todo va bien hasta que la imagen de sí mismo que le devuelve el monitor de TV deja de ser su réplica exacta y adquiere vida propia... como su conciencia.

Tabío y Perugorría iniciaron su colaboración en 1994 con "Fresa y chocolate", a la que siguió al año siguiente "Guantanamera", ambas codirigidas por Tomás Gutiérrez Alea. Posteriormente, en 2000, hicieron "Lista de espera". Amigos además de compañeros de trabajo, "Pichi" estuvo presente hace justamente un año en el ciclo homenaje que al cineasta cubano le dispensó el Festival Internacional de Comedia de Madrid-Móstoles, donde pudieron verse todos sus largometrajes: "Se permuta", "Plaff", "Fresa y chocolate", "El elefante y la bicicleta", "Guantanamera", "Lista de espera" y "Aunque estés lejos".

"El humor -dijo entonces Tabío- puede ser una herramienta para penetrar en la realidad, si lo utilizamos como una forma de mirarnos a nosotros con una sonrisa crítica, hemos logrado algo".
© Redacción-NOTICINE.com
Dagoberto Gama

Francisco Vargas nos brinda detalles de su largo "El Violín", presentado como corto en Cannes

17-VI-05

El mexicano Francisco Vargas dirigirá la película con el título tentativo de "El Violín", con la participación del violinista de 82 años Ángel Tavira. La idea de la película surgió cuando Vargas ser graduó en el CCC con el documental "Tierra Caliente" -exhibido en el Festival de Morelia y ahora en Acapulco- sobre el músico octogenario. Se trata de una historia de una familia de músicos que avanzan por el la sierra, en una combinación de documental y ficción enmarcado en circunstancias de guerrillas y conflictos sociales. En Cannes exhibió una primera versión en corto de "El Violín".

Aunque la historia está basada en la vida del músico guerrerense, se tratará que no sea tan regional, con circunstancias sociales que podrían ocurrir en cualquier parte del Latinoamérica. Es al mismo tiempo otro homenaje a la labor de Tavira, misma que no ha recibido el apoyo institucional para la difusión y rescate de la música regional guerrerense.

Don Angel Tavira se interpretará a si mismo, mientras que Dagoberto Gama será el antagónico, un capitán -que evitará el estereotipo- que enfrentará a Tavira. De acuerdo a Gama "la historia tiene que ver con el gusto del capitán por la música, el violín" que se encontrará con Don Ángel, quien finalmente le enseñará a tocar el instrumento. La historia tiene que ver También participan jóvenes de extracción teatral como Fermín Martínez y Octavio Castro.

El proyecto cuenta con el apoyo de FIDECINE, con la colaboración de Altavista y el CCC. El guión ya está terminado y comenzará a filmarse el 22 de Junio del presente año en Huixquilican, Estado de México.
© Víctor Uribe (Acapulco)-NOTICINE.com
Belén López

Luppi y Coronado, en el debut de Dorronsoro "La distancia"

16-VI-05

El próximo día 27 comenzará el rodaje de "La distancia", ópera prima del director vasco Iñaki Dorronsoro, basada en un guión propio y con José Coronado, Federico Luppi y los televisivos Miguel Angel Silvestre y Belén López (ambos de la serie "Motivos Personales") como protagonistas.

Este es el resumen de su guión:

Daniel es un boxeador mediocre en el crepúsculo de su carrera. Su estilo de pelea, defensivo y poco arriesgado, no ayuda a superar a su eterno rival en una de sus últimas oportunidades por conseguir el título nacional. Tras la derrota comete un robo y es encarcelado. Guillermo, un policía autodestructivo y atormentado por su homosexualidad latente, que intenta exorcizar sus demonios por medio de la violencia, chantajea a Daniel para que cometa un asesinato dentro del presidio. Daniel recobra su libertad después de haber ejecutado el encargo e intenta volver a lo único que ha sabido hacer, boxear, pero el peso de la culpa por el asesinato cometido hace que su actitud en el cuadrilátero se modifique radicalmente. La búsqueda del dolor para paliar su sentimiento de culpa convierte su estilo conservador y distante en otro agresivo y cercano al contrario. La mirada desconfiada de su entrenador, tras su paso por la cárcel, aumenta al contemplar su cambio. Los roces se suceden y el entrenador le pide que se vaya después de un último combate.

Daniel, no satisfecho con la calma que el boxeo le produce, recuerda la última conversación con el hombre al que asesinó, en la que le hablaba de su mujer, una puta más dentro del club que él regentaba. Raquel, una prostituta brusca, dulce y despechada, entabla una relación con Daniel y, a pesar del rechazo inicial al acercamiento con cualquier cliente, termina dando entrada a la única persona que se preocupa por ella. El equilibrio parece volver a la vida del boxeador, pero la peligrosa relación entre el asesino y la mujer de su víctima no pasa desapercibida ante los ojos del hombre que lo encargó. Guillermo y Daniel vuelven a encontrarse. El policía le encañona, intenta matarle a sangre fría, pero no puede. Amenaza a Daniel con la muerte si no deja la ciudad y olvida a la prostituta. Su violencia es patente, pero la incapacidad para llevar a cabo la ejecución, algo de lo que el boxeador sí fue capaz, le coloca en desventaja. La agresividad del policía parece tener fisuras y no las hay en el monstruo que ha creado. Daniel no tiene ninguna intención de prescindir de las dos cosas que le liberan de su pecado, el boxeo y su combate final y la relación con Raquel.

Una sensación de temor recorre el cuerpo de Daniel al entrar de nuevo en un ring. Su primera reacción es la de apartarse de su oponente y volver a su antiguo estilo de pelea, pero a medida que avanza el combate acorta la distancia y noquea a su oponente en una lucha cuerpo a cuerpo. El público le vitorea, Guillermo le observa, incapaz de cumplir su amenaza y Raquel le mira como al hombre del que está enamorada. La paradoja surge, buscando la redención ha conseguido el triunfo. Su entrenador también le aplaude, no quiere que se vaya. Le propone volver a intentar lograr el título nacional. Su vida empieza de nuevo, como si nada hubiera ocurrido. Sólo dos rémoras le apartan de su sueño de olvido, Guillermo, un hombre al que no sabe si debe temer y Raquel, una mujer a la que no sabe si quiere amar.
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Najwa Nimri

Daniel Giménez Cacho: Cine en España, teatro en México

15-VI-05

El actor hispano-mexicano Daniel Giménez Cacho está por filmar con Najwa Nimri y a las órdenes de Antonio Chavarrías, "Las vidas de Celia" en la que interpreta a un obrero barcelonés, mientras en julio reestrenará como productor y director la obra "¿Estás ahí?", de Javier Dualte, en el mexicano Foro Shakespeare, con Bruno Bichir de protagonista.

En los últimos tiempos, a Giménez Cacho le llueven los papeles de asesino o sospechoso... Lo hizo en "Crónicas", de Sebastián Cordero, antes en "Asesino en serio" y "Aro Tolbukin"... y ahora repite con Chavarrías, que fue el productor de este último film.

"Las vidas de Celia" tiene como principal personaje a una mujer se intenta suicidar, pero no lo consigue. Quiere que la atropelle un tren, pero el tren pasa por otra vía. Y aquella misma noche, en otro lugar cerca, asesinan a una adolescente. El principal sospechoso de ese asesinato es Agustín, un obrero catalán, que será interpretado por Daniel Giménez Cacho, según explica Chavarrías en El Universal.

"Conocí a Antonio a raíz de "Aro Tolbukin", y ahora me invitó a participar en esta historia donde la investigación sirve para revelar toda la vida de esta comunidad proletaria, la incomunicación que existe y algunas otras mentiras que se esconden", dice por su parte el actor, que tiene actualmente en la cartelera española "Perder es cuestión de método".

Najwa Nimri cuenta por su parte que Celia "es alguien que tiene un desdoblamiento de personalidad, una mujer a la que la vida la puede".

Giménez Cacho afirma que para él hacer cine es imprescindible si quiere mantener a flote su carrera teatral: "En teatro se gana muy poco dinero en México. Hacer cine en España me da la oportunidad de sobrevivir mejor y hacer el teatro que me gusta".
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Mi blanco y yo

Safari fílmico en la Habana

15-VI-05

La muestra itinerante "Africa se filma" (ficción y documentales de 2000 a 2003) que desde hace varios días tiene lugar en la sala Chaplin de la Cinemateca de Cuba, ha arrojado desiguales resultados. Tras la exitosa premiére ("Nha Fala", de Guinea Bissau), ya comentada en nuestro primer artículo, lo único verdaderamente impecable, o al menos contundente, ha sido "Madame Brouette", del senagalés Moussa-Sene Absa con un bien otorgado Oso de Plata en Berlín.

La historia de una esposa acusada de asesinar al marido, pone sobre el tapete aspectos cardinales de la sociedad contemporánea en el negro continente: el machismo, la corrupción policial, la situación difícil de la mujer, sobre todo divorciada, atada y condenada por leyes ancestrales e injustas, se abordan mediante un bien conducido flash back dentro de un sustancioso policíaco que reconstruye la historia inversamente. Nada nuevo, ya se sabe, pero el director Moussa-Sene Absa se las ingenia para armar un trayecto compacto, excelentemente editado, ambientado y actuado.

Sin embargo, ésta no es la suerte que corren dos títulos que se esperaban con cierta expectativa: "Abouna (Nuestro padre)", (propuesto por su país de origen, Chad, al Oscar extranjero), la historia de dos niños en busca del progenitor que abandona la casa; el periodista Mahamat-Salet Haroun lo dirigió, y acaso por ello, recuerda a veces un reportaje, pero que no logra cristalizar como producto fílmico. Interesante y bien plasmado resulta, por ejemplo, el reformatorio coránico (y pudiéramos rimar: tiránico) al que van a parar los adolescentes, y se tropieza uno con más de un momento cálido y sensible (el desenlace, con el sobreviviente cantando junto a una madre que al parecer, recupera la razón) pero la irregularidad signa la pieza.

Defecto que también aqueja "En espera de la felicidad", la cual nos deja esperando la "punta" hasta el final: varios son, a propósito, los que asoman, en vano, dentro de esta reflexión sobre el exilio (esa obsesión africana) de un jovencito, desde su natal Mauritania a Europa.

Realizada por Abderrahmane Sissako, la cinta deja ver una elaborada fotografía que se basa en la penumbra y ciertos contrastes entre interiores y espacios abiertos, así como una música (a lo Enya) que logra aplicar un toque de misterio a la historia; lamentablemente, estos elementos (y, digamos, unos desempeños acertados) no son suficientes para dar consistencia a una obra dispersa y desigual.

Mejor, sin dudas, resulta "Tasuma, el fuego", de Daniel Sanou Kollo, procedente de Burkina Faso, y que narra las peripecias de un excombatiente que realiza una inversión a favor de su aldea (un molino que mejora notablemente las condiciones de vida allí) pero al que, pese a múltiples esfuerzos e intentos, no llega la pensión que le corresponde. El director resuelve la diégesis fílmica entre el humor y la gravedad, a veces el absurdo, que muy bien va a la situación realmente kafkiana que describe la anécdota; es cierto que el final es harto previsible, y que el desenlace se extiende más de lo debido, pero la cinta logra interesar, en su acusación al conformismo, la burocracia y las relaciones desiguales con Francia, mientras estimula la solidaridad y el amor.

"Mi blanco y yo", de Pierre Yameogo, Premio del Público en el Festival FESPACO 2003, sigue la amistad entre dos jóvenes: un estudiante de leyes de Burkina Fasso y un francés, que se conocen trabajando en la vigilancia del garaje en un importante edificio en París donde descubren tráfico de drogas, algo que de algún modo, los involucra. Poco después de graduado el burkinés, ambos viajan juntos al país de Este.

Cinta que, de nuevo, focaliza las relaciones entre Europa y África a nivel de relaciones personales, recuerda aquel dicho: "El que mucho abarca, poco aprieta"; cierto que detenta un ritmo (sobre todo en la primera parte) de película de aventuras y suspense made in Hollywood, y que revela más de un aspecto interesante, que los personajes están bien trabajados y la historia corre con fluidez. No obstante, son demasiados los aspectos abordados y, por tanto, no se profundiza en ninguno. Un grupo de documentales sobre diversas realidades y pinceladas históricas de varias regiones africanas, completan este ciclo que ha mantenido, pese a sus altibajos, el interés del público por conocer ese mundo exótico (costumbres, música, modas, lugares...) y sin dudas, apasionante.
© Frank Padrón (Cuba)-NOTICINE.com