Crónicas
Karra Elejalde, "algo berlanguiano pero más irreverente" con "Torapia"
4-VIII-04
El reciente éxito de "Isi & Disi" demuestra que hay lugar para la comedia de humor grueso en el cine español, y este mismo verano Karra Elejalde, por segunda vez director y actor a la vez, aspira a confirmarlo con "Torapia", una desmadrada farsa que se vende como "a-narkocomedia". Realmente, el vasco Elejalde no respeta ni a la llamada "Fiesta nacional", los toros, ni a la política ni a las instituciones sanitarias. "Nuestro humor es premeditadamente ideológico, y contiene momentos de mazazo. La película es irreverente y personal", ha dicho. "Torapia", escrita por él mismo junto a Carlos Zabala y José A. Ortega, se estrena este viernes.
"Lo único que pretendo es divertir al público. "Torapia" es una "a-narko-comedia" porque es irreverente con muchos aspectos de nuestra realidad, con los toros, con la situación política, con la sanidad, con la televisión...", afirmaba Elejalde, para quien sin embargo, no hay demasiada vulgaridad en su cinta: "La comedia española suele ser excesivamente gráfica y de trazo grueso, nosotros hemos intentado atemperarla cuidando al detalle las interpretaciones. Sabiendo que están de moda los friquis, hemos decidido tratarles de manera entrañable. Me da asco la pornografía televisiva".
"Torapia" es la historia de Basilio Hurtado (Karra Elejalde), un ladrón de poca monta y menos suerte que se hace ingresar institución mental, para recuperar un valioso collar de diamantes que no llegó por casualidad a sus manos. Allí, para sobrevivir, acepta someterse a la "Torapia", una técnica que nos conecta con la bestia que llevamos dentro. Basilio y su cuadrilla salen al ruedo dispuestos a lo que haga falta por curarse. Sólo que la plaza será el escenario donde tanta locura ácida y tanto enredo desenfrenado desemboquen en un nuevo peligro insospechado.
Coprotagonizan la película Karra Elejalde, Juan Diego, Gloria Muñoz, Javier Gurruchaga, Silvia Bel, Carlos Zabala y Pepo Oliva, entre otros muchos.
Opina Elejalde, que como actor ha intervenido en films como "Airbag", "Acción mutante", "La ardilla roja", "Kika", "Días contados", "Tierra", "Los sin nombre" y un largo etcétera, además de debutar tras la cámara hace cuatro años con "Año Mariano", su humor "es algo berlanguiano, sí, pero con más exabrupto e irreverencia. Y quizá me la juego. También tiene cosas buñuelescas en la dilación de los tiempos, en pequeñas licencias poéticas".
El reciente éxito de "Isi & Disi" demuestra que hay lugar para la comedia de humor grueso en el cine español, y este mismo verano Karra Elejalde, por segunda vez director y actor a la vez, aspira a confirmarlo con "Torapia", una desmadrada farsa que se vende como "a-narkocomedia". Realmente, el vasco Elejalde no respeta ni a la llamada "Fiesta nacional", los toros, ni a la política ni a las instituciones sanitarias. "Nuestro humor es premeditadamente ideológico, y contiene momentos de mazazo. La película es irreverente y personal", ha dicho. "Torapia", escrita por él mismo junto a Carlos Zabala y José A. Ortega, se estrena este viernes.
"Lo único que pretendo es divertir al público. "Torapia" es una "a-narko-comedia" porque es irreverente con muchos aspectos de nuestra realidad, con los toros, con la situación política, con la sanidad, con la televisión...", afirmaba Elejalde, para quien sin embargo, no hay demasiada vulgaridad en su cinta: "La comedia española suele ser excesivamente gráfica y de trazo grueso, nosotros hemos intentado atemperarla cuidando al detalle las interpretaciones. Sabiendo que están de moda los friquis, hemos decidido tratarles de manera entrañable. Me da asco la pornografía televisiva".
"Torapia" es la historia de Basilio Hurtado (Karra Elejalde), un ladrón de poca monta y menos suerte que se hace ingresar institución mental, para recuperar un valioso collar de diamantes que no llegó por casualidad a sus manos. Allí, para sobrevivir, acepta someterse a la "Torapia", una técnica que nos conecta con la bestia que llevamos dentro. Basilio y su cuadrilla salen al ruedo dispuestos a lo que haga falta por curarse. Sólo que la plaza será el escenario donde tanta locura ácida y tanto enredo desenfrenado desemboquen en un nuevo peligro insospechado.
Coprotagonizan la película Karra Elejalde, Juan Diego, Gloria Muñoz, Javier Gurruchaga, Silvia Bel, Carlos Zabala y Pepo Oliva, entre otros muchos.
Opina Elejalde, que como actor ha intervenido en films como "Airbag", "Acción mutante", "La ardilla roja", "Kika", "Días contados", "Tierra", "Los sin nombre" y un largo etcétera, además de debutar tras la cámara hace cuatro años con "Año Mariano", su humor "es algo berlanguiano, sí, pero con más exabrupto e irreverencia. Y quizá me la juego. También tiene cosas buñuelescas en la dilación de los tiempos, en pequeñas licencias poéticas".
- © Redacción-NOTICINE.com
Sexo, sí, por favor, somos chilenos
4-VIII-04
El sexo está de moda en el cine chileno, como ya ocurrió antes en países que recuperaron libertades tras etapas de censura, oscurantismo y dictadura. Algunos de sus éxitos más sonados de los últimos años, como "El chacotero sentimental" o "Sexo con amor" tenían mucho que ver con la represión sexual o la recuperación del tiempo perdido en este asunto. Ahora, el realizador Alfredo Silva y el periodista Daniel Olave, como productor, se unen para hacer un documental que repasa el erotismo visto desde la óptica de los cineastas chilenos.
Este trabajo no será sólo una recopilación de escenas, sino también de entrevistas con actores y directores implicados en las mismas. "Pretendemos dar una mirada que vaya más allá de la cosa anecdótica. Cosas como si hacía frío o si usaron protectores las hemos dejado de lado´. Queremos ver lo que sale de la experiencia de cada director y actor al plantearse las escenas", afirma Silva en declaraciones a El Mercurio.
El y Olave esperan tener el documental -aún sin título oficial- para enero del año próximo, y en su preparación han visto cerca de 40 películas. La conclusión no es demasiado optimista en cuanto al placer que encuentran los chilenos en la sexualidad. "Nos hemos dado cuenta de que la gran mayoría de las escenas de sexo muestran un erotismo apagado, negativo, frustrado, inconcluso, hasta traumático. Si el cine es el reflejo de la realidad o expresa cosas del ser nacional, es llamativo pensar el problema que puede haber allí", comenta Daniel Olave al diario, que añade que sólo una escena erótica implica disfrute, "La de "Ardiente paciencia" (de Antonio Skármeta), porque es la única donde el sexo se toma como una celebración".
Entre los más recientes títulos del cine nacional, también encontraremos en sexo en "Promedio rojo", "En la cama" y en "Mujeres infieles", y probablemente lo haya en la secuela de "El chacotero..." y en lo nuevo de Boris Quercia, autor de la exitosa comedia erótica "Sexo con amor".
El sexo está de moda en el cine chileno, como ya ocurrió antes en países que recuperaron libertades tras etapas de censura, oscurantismo y dictadura. Algunos de sus éxitos más sonados de los últimos años, como "El chacotero sentimental" o "Sexo con amor" tenían mucho que ver con la represión sexual o la recuperación del tiempo perdido en este asunto. Ahora, el realizador Alfredo Silva y el periodista Daniel Olave, como productor, se unen para hacer un documental que repasa el erotismo visto desde la óptica de los cineastas chilenos.
Este trabajo no será sólo una recopilación de escenas, sino también de entrevistas con actores y directores implicados en las mismas. "Pretendemos dar una mirada que vaya más allá de la cosa anecdótica. Cosas como si hacía frío o si usaron protectores las hemos dejado de lado´. Queremos ver lo que sale de la experiencia de cada director y actor al plantearse las escenas", afirma Silva en declaraciones a El Mercurio.
El y Olave esperan tener el documental -aún sin título oficial- para enero del año próximo, y en su preparación han visto cerca de 40 películas. La conclusión no es demasiado optimista en cuanto al placer que encuentran los chilenos en la sexualidad. "Nos hemos dado cuenta de que la gran mayoría de las escenas de sexo muestran un erotismo apagado, negativo, frustrado, inconcluso, hasta traumático. Si el cine es el reflejo de la realidad o expresa cosas del ser nacional, es llamativo pensar el problema que puede haber allí", comenta Daniel Olave al diario, que añade que sólo una escena erótica implica disfrute, "La de "Ardiente paciencia" (de Antonio Skármeta), porque es la única donde el sexo se toma como una celebración".
Entre los más recientes títulos del cine nacional, también encontraremos en sexo en "Promedio rojo", "En la cama" y en "Mujeres infieles", y probablemente lo haya en la secuela de "El chacotero..." y en lo nuevo de Boris Quercia, autor de la exitosa comedia erótica "Sexo con amor".
- © Corresponsal-NOTICINE.com
Mario Camus cree que los actores "son seres intocables"
4-VIII-04
El realizador cántabro Mario Camus regresó a su tierra natal para dar este miércoles una conferencia en el marco de los Cursos de Verano de la Universidad de Cantabria en Castro Urdiales, donde hizo un elogioso canto a los actores, que para él "son seres intocables". El autor de "La colmena", "Sombras en una batalla", "La ciudad de los prodigios", "La playa de los galgos" y "Los santos inocentes", se refirió especialmente a esta última, que le valió a sus dos protagonistas, Alfredo Landa y Paco Rabal, el premio de interpretación ex-aequo en Cannes.
También habló de "La colmena": "El rodaje duró seis semanas pero hubiera querido que durara más", dijo Camus, añadiendo: "Había 46 actores y estaban todas las grandes figuras del teatro: Mary Carrillo, José Luis López Vázquez, Agustín González, Rabal... Todos aquellos actores estaban llenos de gracia e ingenio".
En su conferencia, titulada "Mis recuerdos de la generación cinematográfica de los sesenta", el director se refirió también a su relación con escritores como Camilo José Cela o Delibes, el autor de la novela "Los santos inocentes": "Fue un señor absolutamente educado y sin un gesto de más. Se quedó perplejo cuando le dijimos que queríamos adaptar su novela, porque pensaba que en ella no había una película, pero finalmente el guión le pareció bien".
Camus justificó las muchas adaptaciones de obras literarias que ha hecho tanto en cine como en TV ("Fortunata y Jacinta") por el deseo de los productores: "Estos prefieren hacer adaptaciones de libros que historias originales" y comentó que "las películas no tienen que ser iguales a los libros. Muchas veces, para ser fiel a una obra hay que variar cosas, porque el estilo narrativo es muy diferente. Todo se puede llevar al cine, aunque a veces es muy difícil".
El realizador cántabro Mario Camus regresó a su tierra natal para dar este miércoles una conferencia en el marco de los Cursos de Verano de la Universidad de Cantabria en Castro Urdiales, donde hizo un elogioso canto a los actores, que para él "son seres intocables". El autor de "La colmena", "Sombras en una batalla", "La ciudad de los prodigios", "La playa de los galgos" y "Los santos inocentes", se refirió especialmente a esta última, que le valió a sus dos protagonistas, Alfredo Landa y Paco Rabal, el premio de interpretación ex-aequo en Cannes.
También habló de "La colmena": "El rodaje duró seis semanas pero hubiera querido que durara más", dijo Camus, añadiendo: "Había 46 actores y estaban todas las grandes figuras del teatro: Mary Carrillo, José Luis López Vázquez, Agustín González, Rabal... Todos aquellos actores estaban llenos de gracia e ingenio".
En su conferencia, titulada "Mis recuerdos de la generación cinematográfica de los sesenta", el director se refirió también a su relación con escritores como Camilo José Cela o Delibes, el autor de la novela "Los santos inocentes": "Fue un señor absolutamente educado y sin un gesto de más. Se quedó perplejo cuando le dijimos que queríamos adaptar su novela, porque pensaba que en ella no había una película, pero finalmente el guión le pareció bien".
Camus justificó las muchas adaptaciones de obras literarias que ha hecho tanto en cine como en TV ("Fortunata y Jacinta") por el deseo de los productores: "Estos prefieren hacer adaptaciones de libros que historias originales" y comentó que "las películas no tienen que ser iguales a los libros. Muchas veces, para ser fiel a una obra hay que variar cosas, porque el estilo narrativo es muy diferente. Todo se puede llevar al cine, aunque a veces es muy difícil".
- © Redacción-NOTICINE.com
Laura Elena Harring, al lado de Gael García Bernal en "The King"
3-VIII-04
La actriz mexicana Laura Harring, revelada internacionalmente en "Mulholland Drive" por David Lynch, no sólo puede salir airosa de la confrontación actoral con una rubia como Naomi Watts, sino incluso quedarse con el papel de otra... En efecto, la sinaloense sustituirá a Daryl Hannah en la cinta de James Marsh "The king". Ello le permitirá compartir reparto con su compatriora Gael Garcia Bernal, Sam Shepard y Paul Dano. Hannah tuvo que renunciar al personaje por problemas de agenda laboral, al retrasarse esta filmación respecto de las fechas inicialmente previstas.
"The King" se filmará en Corpus Christi (Texas), y narrará la historia de Elvis (Gael), un joven de 21 años algo problemático, que tras ser licenciado de la marina americana va en busca de su padre, un pastor baptista residente en esa ciudad con su nueva familia, y que no quiere saber nada del pasado y de su primer hijo. Se trata de una producción independiente que dirigirá James Marsh ("Wisconsin death trip"), a partir de un guión escrito por él mismo junto al coautor de "Monster's Ball", Milo Addica.
Laura Elena Harring interpretará a la nueva esposa del pastor (Shepard). Desde que trabajara en el film de Lynch, hace más de tres años, la actriz mexicana ha trabajado en nueve películas, entre ellas "Jon Q", "Sin control", "Willard", "Rabbits" y "The punisher".
La vida de esta sinaloense, nacida hace 40 años en Los Mochis, no ha podido estar más repleta de aventuras, viajes y sorprendentes giros. Baste citar unos pocos elementos de su biografía: Desde 1987 posee el título de condesa, merced a su matrimonio con el conde Carl-Eduard von Bismarck-Schönhausen, que acabó en rápido divorcio; fue a los 21 años la primera latina coronada como Miss USA; ha viajado y residido en medio mundo, antes de instalarse en Los Angeles, y entre sus muchas ocupaciones figuran la de modelo, gemóloga, bailarina de tango y asistente social en La India.
La actriz mexicana Laura Harring, revelada internacionalmente en "Mulholland Drive" por David Lynch, no sólo puede salir airosa de la confrontación actoral con una rubia como Naomi Watts, sino incluso quedarse con el papel de otra... En efecto, la sinaloense sustituirá a Daryl Hannah en la cinta de James Marsh "The king". Ello le permitirá compartir reparto con su compatriora Gael Garcia Bernal, Sam Shepard y Paul Dano. Hannah tuvo que renunciar al personaje por problemas de agenda laboral, al retrasarse esta filmación respecto de las fechas inicialmente previstas.
"The King" se filmará en Corpus Christi (Texas), y narrará la historia de Elvis (Gael), un joven de 21 años algo problemático, que tras ser licenciado de la marina americana va en busca de su padre, un pastor baptista residente en esa ciudad con su nueva familia, y que no quiere saber nada del pasado y de su primer hijo. Se trata de una producción independiente que dirigirá James Marsh ("Wisconsin death trip"), a partir de un guión escrito por él mismo junto al coautor de "Monster's Ball", Milo Addica.
Laura Elena Harring interpretará a la nueva esposa del pastor (Shepard). Desde que trabajara en el film de Lynch, hace más de tres años, la actriz mexicana ha trabajado en nueve películas, entre ellas "Jon Q", "Sin control", "Willard", "Rabbits" y "The punisher".
La vida de esta sinaloense, nacida hace 40 años en Los Mochis, no ha podido estar más repleta de aventuras, viajes y sorprendentes giros. Baste citar unos pocos elementos de su biografía: Desde 1987 posee el título de condesa, merced a su matrimonio con el conde Carl-Eduard von Bismarck-Schönhausen, que acabó en rápido divorcio; fue a los 21 años la primera latina coronada como Miss USA; ha viajado y residido en medio mundo, antes de instalarse en Los Angeles, y entre sus muchas ocupaciones figuran la de modelo, gemóloga, bailarina de tango y asistente social en La India.
- © Redacción (México)-NOTICINE.com
Escribe Andrés Wood: "Machuca", con melancolía y entusiasmo
3-VIII-04
Por Andrés Wood (*)
El 11 de septiembre de 1973 yo tenía 8 años y, de cuarenta compañeros de curso, al menos quince vivían en los poblados chabolistas de la ribera del río Mapocho, a la salida de mi colegio. Estos niños habían entrado en el establecimiento educacional por la iniciativa del director, un sacerdote norteamericano de ideas progresistas. Fue una experiencia enriquecedora, a veces tormentosa y cruel pero también maravillosa; llena de contradicciones, como las que se vivían en el país. Fue un corto período de tiempo que nos marcó profundamente a todos (alumnos integrados y no integrados), ya que reunió a dos mundos que estuvieron y han estado completamente separados en la historia de Chile.
Me parecía que hacer esta película era algo absolutamente necesario, por un lado, porque nadie ha tocado la pérdida de la democracia en Chile bajo esta perspectiva. Aquí son los niños quienes miran, no juzgan ni emiten juicios. Son testigos de los hechos que sucedieron. Eso le da mucha libertad y verdad al relato. Y en ese sentido, la narración no está centrada en la filiación política y ni siquiera social. Son todos seres humanos, con sus grandezas y sus miserias. Por otro lado, es la primera película acerca de ese período hecha por un director que vivió la dictadura en Chile y, además, el primer director chileno de esta generación (entre treinta y cuarenta años) que tocaría este tema. Esto no tiene en sí mismo mayor valor, pero creo que abre la posibilidad de una nueva mirada a esos intensos años.
En "Machuca" he retomado ese período desde la melancolía, pero no lánguida sino llena de entusiasmo, como el de dos niños de once años que descubren mundos externos e internos en los que por fin pueden sentirse a sus anchas. Todo se vive literalmente desde sus ojos. A través de ellos recibimos la información fragmentada del experimento educacional, de sus familias y del país.
Indudablemente, era un proyecto ambicioso, pero no por todo lo que quería abordar sino porque tenía que tener muy claros los límites de esta historia: el peor pecado hubiera sido intentar decirlo todo. Por eso, en "Machuca", nos hemos limitado a lo que los niños han querido mostrarnos.
(*): Andrés Wood, director chileno, había dirigido previamente dos películas, "Historias de fútbol" y "La fiebre del loco", así como la mini-serie de TV "El desquite". Escribió el guión de "Machuca", coproducción chileno-española, al lado de Roberto Brodsky y Mamoun Hassan. El film se estrena esta semana en Chile.
Por Andrés Wood (*)
El 11 de septiembre de 1973 yo tenía 8 años y, de cuarenta compañeros de curso, al menos quince vivían en los poblados chabolistas de la ribera del río Mapocho, a la salida de mi colegio. Estos niños habían entrado en el establecimiento educacional por la iniciativa del director, un sacerdote norteamericano de ideas progresistas. Fue una experiencia enriquecedora, a veces tormentosa y cruel pero también maravillosa; llena de contradicciones, como las que se vivían en el país. Fue un corto período de tiempo que nos marcó profundamente a todos (alumnos integrados y no integrados), ya que reunió a dos mundos que estuvieron y han estado completamente separados en la historia de Chile.
Me parecía que hacer esta película era algo absolutamente necesario, por un lado, porque nadie ha tocado la pérdida de la democracia en Chile bajo esta perspectiva. Aquí son los niños quienes miran, no juzgan ni emiten juicios. Son testigos de los hechos que sucedieron. Eso le da mucha libertad y verdad al relato. Y en ese sentido, la narración no está centrada en la filiación política y ni siquiera social. Son todos seres humanos, con sus grandezas y sus miserias. Por otro lado, es la primera película acerca de ese período hecha por un director que vivió la dictadura en Chile y, además, el primer director chileno de esta generación (entre treinta y cuarenta años) que tocaría este tema. Esto no tiene en sí mismo mayor valor, pero creo que abre la posibilidad de una nueva mirada a esos intensos años.
En "Machuca" he retomado ese período desde la melancolía, pero no lánguida sino llena de entusiasmo, como el de dos niños de once años que descubren mundos externos e internos en los que por fin pueden sentirse a sus anchas. Todo se vive literalmente desde sus ojos. A través de ellos recibimos la información fragmentada del experimento educacional, de sus familias y del país.
Indudablemente, era un proyecto ambicioso, pero no por todo lo que quería abordar sino porque tenía que tener muy claros los límites de esta historia: el peor pecado hubiera sido intentar decirlo todo. Por eso, en "Machuca", nos hemos limitado a lo que los niños han querido mostrarnos.
(*): Andrés Wood, director chileno, había dirigido previamente dos películas, "Historias de fútbol" y "La fiebre del loco", así como la mini-serie de TV "El desquite". Escribió el guión de "Machuca", coproducción chileno-española, al lado de Roberto Brodsky y Mamoun Hassan. El film se estrena esta semana en Chile.
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