Escenas y rodaje de Cachimba

Hablamos de cine y sexo con Mariana Loyola, estrella de "Cachimba"

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La actriz chilena Mariana Loyola no alcanzó a bajar de peso después del embarazo de su primer hijo, cuando tuvo que ponerse a dieta nuevamente. Pero, al contrario de muchas mujeres, tuvo que hacer una dieta para engordar. Ese era el requerimiento de su personaje protagónico en "Cachimba", la nueva película del realizador Silvio Caiozzi ("Julio comienza en Julio", "La Luna en el espejo", "Coronación"). Cual Robert De Niro en versión femenina y chilena, tuvo que subir de peso por contrato y así podemos verla en las pantallas chilenas desde hace pocos días.

Mariana, se hizo ampliamente popular en Chile gracias a su personaje de Soraya, una sensual empleada doméstica de la casa de la familia Mercader en la teleserie "Machos", todo un fenómeno de rating en este país. Además de trabajar en otras telenovelas ("Amores de Mercado" de TVN y la actual "Tentación" de Canal 13 TV), ha trabajado en diversas obras de teatro y en el cine, con papeles en cintas como "Monos con navajas", de Stanley; "Negocios Redondo", de Ricardo Carrasco; "La Fiebre del loco", de Andrés Wood y "Subterra", de Marcelo Ferrari.

Según nos cuenta la propia protagonista del largometraje de Caiozzi, Hildita, su personaje, "tiene un conflicto muy profundo con su cuerpo, con sus kilos de más, y tiene mucha vergüenza de eso. El principal problema es que no puede tener relaciones sexuales con su "pololo", porque le da mucha vergüenza mostrar su cuerpo".

Esa es una de la líneas argumentales importantes de "Cachimba", de Silvio Caiozzi, un nuevo estreno del cine nacional que está en las salas locales desde el 30 de septiembre y después de abrir el Festival de Cine de Valdivia. En la película, basada en la última novela del destacado escritor José Donoso, "Naturaleza Muerta con cachimba", actúan además de Loyola, Pablo Schwarz, Julio Jung, Patricio Contreras, Paulina García y Tomás Vidiella.

"Cachimba" ha sido presentada por Caiozzi como una comedia, donde según palabras de la actriz, "esta mujer gorda, gorda, además está junto al Pablito Schwarz que es un palo de delgado, y tenemos varias escenas de sexo y que son tratadas de un punto de vista bien negro, y eso hace que la película sea súper entretenida". Además, ella está segura que los conflictos de su personaje, Hildita, van a provocar identificación, "ya que el sexo en Chile de la clase media normal, aún es tabú. Todavía es algo reprimido".

La actriz define a su personaje como una mujer de 30 años, hija única, "muy dulce y medio tonta. De muy buenas intenciones y súper poco preocupada de su ropa". En conflicto con su cuerpo, y que no sabe como responder al deseo de su "pololo" que muere por ella. "Eso la deprime, y cuando cae en estas depresiones come compulsivamente".

"Es bien entretenido el cuento que le pasa con el sexo", dice sobre su personaje, "porque podría haber sido que la película mostrara que ella era virgen por ejemplo, porque tiene todo el perfil de una mujer casi evangélica. Pero el filme plante de una manera como de comedia todo ese cuento: que ella no quiere que ál la vea con luz de día. ‘Que sí, tiremos, pero con la luz apagada’ y el quiere todo lo contrario, quiere ver su cuerpo voluptuoso, llevársela a la playa y ojalá hacer el amor sobre la arena y a la luz del día".

"Yo creo -añade Loyola- que representa a gran parte de la clase media, trabajadora, poco "fashion", a la gente normal del centro, a la oficinista. Ella encarna todas estas trancas de mostrar el cuerpo, que yo creo que tienen más las mujeres que los hombres, de meterse con un tipo y qué plancha que otro te vea desnuda, de asumir el cuerpo como elemento sexual. Acá esta muy bien mostrado y creo que es muy real en Chile. Que ojalá sea levantar la falda no más, y tener la relación. Que no te vean, y que no haya un manejo como animal del cuerpo, ni muy sensual".

Considera la actriz que en buena medida la sexualidad de las chilenas sigue esas líneas: "Si tu ves las películas hechas en Chile hasta ahora, no hay ninguna escena de sexo como ‘Bajos Instintos’, con la mina guapa cabalgando arriba del gallo. Siempre son como trancadas, como rápidas o muy conversadas, o ‘nos van a pillar’ o en un motel. Como que no hay una instancia como para tener sexo desde una sensualidad neta. Los dos en pelotas y con los cuerpos perfectos, eso no existe. Sobre todo en este país en que el sexo es un tema que recién está empezando a ser un poco más conversado".

Para Mariana Loyola, incluso para los actores "es un gran tema tener una escena de sexo en una película". Ella dice que debiera ser más difícil hacer una escena con emociones fuertes que un desnudo: "eso es un trabajo físico no más, como salir a trotar. Pero hay todo un tema del pudor también. Es que hay un equipo que esta ahí y uno tiene sus propios rollos personales con tu cuerpo: ‘que la guata, que el poto. que la estría, que no se me vaya a ver’ o no se que".

Aunque ella asegura no tener trancas al respecto: "En Cachimba tengo 20 kilos de más y salgo en pelotas con el rollo todo el rato. Claro que ahora me da plancha verlo ahí en pantalla gigante, pero yo no soy pudorosa en ese sentido. Creo que en todos los aspectos de la actuación, cuando te metes al set y dicen ‘acción’, hay que dejar todos los pudores detrás".

Claro que igual admite que no es fácil hacer escenas de sexo en el cine. "Por suerte a mi no me ha tocado todavía ser la guapa que cabalga enyegüecidamente, porque me muero de la plancha (risas), te lo digo de verdad. Porque ahí tienes que hacer el juego de la mina, y entonces si estás parada una empieza ‘que ay, la pechuga, se me ve la guata’ es distinto hacer un personaje como la Hilda que es esta gordita que está todo el rato tirando encogida y el gallo la destapa, es más teatral. Uno agarra al personaje, te vas por ahí y es más fácil porque estás ‘cubierta’ por un rol. Ahora si me toca ser la mina, me muero...pero lo haría igual, si me gusta la historia y el director".
© Daniel Olave (Corresponsal)-NOTICINE.com
Escenas del film

Escribe Carlos Sorín sobre "Bombón-El Perro"

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Por Carlos Sorín

Esta película es una continuidad de mi film anterior "Historias Mínimas", porque aquí vuelvo a trabajar con personajes simples, narrados en forma minimalista e interpretados por no-actores. Quizá hablar de personajes simples sea en sí mismo una simplificación. En realidad no hay personajes simples: el universo interior del más humilde campesino ecuatoriano es tan insondable como el de un profesor de filosofía. La diferencia está en que este último reflexiona y comunica mayormente a través de la palabra; y aquel, más elemental, a través de gestos y silencios.

En cine siempre he preferido lo gestual a lo textual. Una mirada, un silencio, un pequeñísimo rictus adivinado en un primer plano, comunica con mayor contundencia que la retórica de la palabra. Y eso es lo que pasa con los personajes "simples": hay que leerlos en los ojos. Pienso que es ahí donde el cine asume el gran legado de la pintura. La mirada abatida de Felipe IV en los últimos retratos realizados por Velázquez nos dice más de la tragedia de ese rey, que todos los volúmenes que pudieron haberse escrito sobre el tema.

En "Bombón - El Perro" vuelvo a trabajar con no-actores. Esto proviene de algunas experiencias filmando gente real, que tuve en mi carrera como director de cine publicitario. También, de la influencia que he recibido de varias películas del cine independiente actual, que trabajan en el difuso límite entre la ficción y el documental. En general me atrae más el documental que la ficción, así como las biografías más que las novelas. Es que trabajando con gente real, lugares reales y luz real, pienso se atenúa la manipulación y el engaño que inevitablemente lleva implícitos el cine.

El cine es un engaño desde lo más básico. Ese hombre corriendo no está corriendo. Son imágenes fijas, proyectadas con intervalos de oscuridad. Sólo una deficiencia fisiológica -la persistencia retiniana- me hace verlas en continuidad como un hombre corriendo. Si el sistema nervioso fuese perfecto, el cine no sería posible. Y es así como el cine nace de una incapacidad. A partir de ahí todo sigue siendo un engaño. Los barcos de esa batalla naval no son barcos, el príncipe no es príncipe y los enamorados que se besan, en realidad no están enamorados (al menos no entre ellos...). Por otro lado, lo que siempre me atrajo del documental -y especialmente de las imágenes dramáticas de los documentales de guerra- es que nada ni nadie pretende ser lo que no es. Tiene la contundencia de estar cerca de lo verdadero.

Me preguntaba si era posible contar una historia de ficción que, como las viejas mantas que hacía la abuela con trozos de distintas telas, sea contada con trozos de realidad, de verdad. Donde los que aparecen, en buena parte "son" y no "pretenden ser". De ahí surge lo de trabajar con gente real pero bajo una condición: ellos no hacen de actores -porque en todo caso, mayormente serían malos actores- sino de sí mismos. Quienes interpretan los personajes de "Bombón-El Perro" son exactamente iguales a los personajes. No en lo anecdótico -porque tienen otros oficios y viven en otros lugares- pero sí en lo esencial, en el alma. La idea es que de esa superposición surjan momentos, trozos verdaderos. Un ejemplo: el rostro fascinado de Juan Villegas-personaje cuando cuatrocientas personas lo aplauden por haber ganado un trofeo en la exposición canina, después de haber vivido veinte años en la soledad de una estación de servicio de una ruta perdida, es intenso y verdadero. Porque es el mismo rostro de fascinación de Juan Villegas -persona- a quien, en el mismo momento, aplauden cuatrocientos extras, después de haber vivido sus últimos veinte años estacionando autos en la soledad de un garaje.

La situación es distinta, pero el sentimiento es el mismo. Si la cámara puede captarlo es que estamos ante un trozo de documental, un trozo de verdad. Al final de los títulos, van a ver la conocida frase que dice: "Los hechos y personajes de esta película son ficticios. Cualquier semejanza con hechos y personas reales es mera coincidencia". No lo crean del todo: en esta película ni los personajes y situaciones son enteramente ficticias, ni las semejanzas fueron una mera coincidencia.
© Wanda-NOTICINE.com
Tommy Lee Jones

Vanessa Bauche protagoniza film de Tommy Lee Jones

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La actriz mexicana Vanessa Bauche comenzó a rodar "La muerte de Melquíades", segundo largometraje como director de Tommy Lee Jones, según informó el propio guionista de la cinta, Guillermo Arriaga, autor de las historias de "Amores perros" y "21 gramos".

Arriaga señaló que hace dos semanas se inició el rodaje del film en la frontera de México y Estados Unidos, teniendo en su elenco a catorce actores mexicanos. La historia "se desarrolla entre México y Texas, y la historia gira en torno a la relación entre un vaquero tejano y uno mexicano", explicó el guionista.

"Como siempre, esta historia responde a mis obsesiones más profundas y a mis preocupaciones, pues para variar hay un muerto, que son los que pesan en la vida de los vivos", agregó Arriaga, quien se manifestó feliz con la elección de Bauche como protagonista, ya que la considera "una de las grandes actrices del cine mexicano".

El escritor solo lamenta que esta producción no pueda ser rodada en México, como estaba planeado. "La filmación comenzó el 17 de septiembre y se supone que aquí se iban a hacer cosas, pero la financiación llegó muy rápido y tuvieron que acelerar la filmación. No pudimos hacer procesos para filmar en el país, pero ésta se llevará a cabo justo en la frontera de Estados Unidos con México", puntualizó Arriaga, quien actualmente trabaja en el guión de la que será su tercera colaboración con Alejandro González Iñárritu.
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Deuda...

Dos estrenos retratan las consecuencias de la crisis argentina

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El cine argentino continúa vital y acumulando estrenos en la cartelera local; si la semana pasada se estrenaban "Familia rodante", de Pablo Trapero, y "Un mundo menos peor", de Alejandro Agresti, este jueves 7 son otras dos cintas argentinas las que toman la posta, pero esta vez se prueban dos directores debutantes, que coinciden en retratar las consecuencias que trajo la crisis.

"Próxima salida" es el título de la opera prima de Nicolás Tuozzo, quien sin embargo no es un novato en el mundo del cine. Hijo de la actriz Leonor Benedetto, Tuozzo fue ayudante de dirección en "Un lugar en el mundo", de Adolfo Aristarain, y trabajó en diferentes áreas en otros nueve largometrajes. Para su debut en cine eligió tocar el tema de la crisis económica argentina, centrándose en las vidas de un grupo de ex-empleados de un ferrocarril, que deben buscar su forma de sobrevivir luego de que cierran la empresa.

Tuozzo, de 34 años, se desmarca de sus colegas de la misma generación, abordando la problemática de la clase media, en lugar de la clase baja, y eligiendo un elenco compacto con actores consagrados como Darío Grandinetti y Mercedes Morán, en vez de la tendencia de utilizar actores no profesionales. Tuozzo también aborda la historia con excesiva sobriedad, tanto en la estética como en la narrativa.

El caso de Jorge Lanata es completamente distinto. Lanata es reconocido en la Argentina como el periodista más independiente y con mayor credibilidad. La propuesta de hacer "Deuda-Quien le debe a quien", su film debut que co-dirige con Andrés Schaer, le llegó de parte de la productora Patagonik, que se sintió atraída por su programa "Por qué", donde el periodista en primera persona se preguntaba, investigaba y mostraba las secuelas del desempeño corrupto e inescrupuloso de la clase política argentina.

"Deuda" se inicia con el caso de Bárbara Flores, una niña desnutrida de Tucumán que apareció en su programa llorando de hambre. Este testimonio desgarrador es el puntapié inicial para que Lanata, considerado por muchos el Michael Moore argentino por su actitud provocativa y f1sico contundente, comienza a relatar el modo en que la Argentina aumentó estrepitosamente su deuda externa y lo que ello provocó en la forma de vida del pueblo.
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Manuela Sáenz

Salma Hayek recibirá 21 millones por biopic de Manuela Sáenz

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La mexicana Salma Hayek recibirá 21 millones de dólares para protagonizar, co-dirigir y co-producir el film histórico "La más bella", biopic sobre la coronela Manuela Sáenz que contará con un presupuesto de 70 millones de dólares, según dio a conocer el co-director y co-productor del proyecto, Rubén Rodríguez.

"Necesito en todos los aspectos de mi film, siendo un tema de mujeres heroicas, mostrar una sensibilidad femenina, también tras las cámaras y desde la dirección", explicó Rodríguez sobre la selección de Hayek como co-realizadora, quien cuenta con el telefilm "The Maldonado Miracle" como experiencia en el campo de la dirección. Rodríguez especificó que Hayek también contribuirá al proyecto desde la producción, atrayendo a figuras como Antonio Banderas, Penélope Cruz, Gael García Bernal y Diego Luna.

La película se rodará en Venezuela, Perú, Colombia, Cuba y México; y será hablada en español. "Tenemos un gran filme...en mi caso, ligado plena y felizmente con la verdadera historia de nuestra América", dijo Rodríguez y agregó: "Mi película va para 500 millones de latinos y para las mujeres del mundo...en homenaje y defensa de la mujer latinoamericana".

Manuela Sáenz (1797-1856) fue la amante de Simón Bolívar, reconocida por él mismo como "Libertadora del Libertador". Compartió los ideales independentistas de su madre, mientras su padre permaneció fiel a la Corona española. Desde muy pequeña participó en las charlas revolucionarias y también muy joven se casó con un rico comerciante inglés. Al mudarse a Perú comienza a interesarse por las ideas de Bolívar, a quien conoce en Quito, una vez ya separada de su marido. A partir de allí, ella se transformará en su principal apoyo en la lucha independentista.
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