Niños españoles en Rusia

Carlos Iglesias retratará a los niños de la guerra en su próximo film

15-V-07

El actor, realizador y guionista Carlos Iglesias ha desvelado su segundo proyecto detrás de cámara, luego de la exitosa "Un franco, 14 pesetas". Se trata de un film, aún sin título, que reflejará la historia de los niños que fueron enviados a la Unión Soviética durante la guerra civil, de acuerdo a las declaraciones efectuadas en el marco del Festival de Cine Europeo que tiene lugar en Rumanía, al cual asiste como invitado.

"Cuando me enteré de que presentaría esta película ("Un franco, 14 pesetas") en Bucarest, me pareció una buena idea, dado que en España viven 600.000 de sus compatriotas", dijo Iglesias a los asistentes a la proyección de su ópera prima, adelantándoles que su próxima cinta será rodada precisamente en esas tierras. La idea del actor y director es que Rumanía se imite a Moscú y la zona de las Urales, ya que su proyecto desarrolla su trama en esos lugares.

La historia de su cinta retratará el tema de los llamados "niños de la guerra", esos 3.000 españoles de entre 3 y 14 años, que fueron enviados a la ex Unión Soviética durante la guerra civil, entre los años 1936 y 1939. La Unión Soviética luego no facilitó la repatriación de los menores, ya que no mantenía relaciones diplomáticas con el gobierno de Franco. Así, los jóvenes vivieron el azaroso destino del país. Habiendo sufrido la Segunda Guerra Mundial, muchos retornaron en los años 50, pero no lograron adaptarse al estilo de vida de la sociedad española y retornaron a la URSS. Desde los 60 regresaron individualmente y tras la caída del muro de Berlín volvió un número cuantioso, ya en edad de jubilación.
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Natalia Oreiro

Darío Grandinetti y Natalia Oreiro rodarán en Chile lo nuevo de Alberto Lecchi

14-V-07

“El frasco” se llama la nueva película del realizador argentino Alberto Lecchi (“Nueces para el amor”, “Una estrella y dos cafés”), que en su calidad de coproducción con Chile, será parcialmente rodada en el país, repitiendo asía la experiencia de “El juego de Arcibel”. El film cuenta como protagonistas con su compatriota Darío Grandinetti (“Hable con ella”) y la actriz y cantante uruguaya Natalia Oreiro (“Un argentino en Nueva York”), quienes recientemente lanzaron en la Argentina "La peli".

Además de localizaciones en la ciudad sureña de Valdivia, la película tendrá en su elenco algunos actores chilenos que serán elegidos en un casting. Esta road movie cuenta la historia de una maestra rural, que le pide al chofer de un colectivo que le lleve a Reconquista un frasco de orina para su análisis. En el camino, el frasco se rompe y el chofer, sin saber bien qué hacer, llena otro frasco con su propia orina. El resultado del análisis da diabetes, por lo que la maestra cree que está enferma.

En una entrevista otorgada por Lecchi a la revista chilena “Plagio”, dijo sobre su próxima película: “Es un proyecto que me divierte mucho porque nunca hice una película que transcurra de pueblo en pueblo (...) Estoy contento, es una linda historia, de dos seres marginales, con muchos problemas de comunicación. Una historia muy agradable”.

La película es además una coproducción con España y tiene un costo de 1.400.000 euros. El rodaje comenzará a mediados de año y durará siete semanas, teniendo previsto su estreno para el segundo semestre de este año. La cinta está escrita por Pablo Solarz (“Historias mínimas” ).
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Nuria Gago en su debut argentino

Crítica: "Ciudad en celo", el Café Gijón de Gaffet

11-V-07

¿Es posible concebir Argentina sin la política? ¿Y sin el fútbol? Ésta podría ser una de las reflexiones que al final de la proyección de “Ciudad en celo” nos podríamos hacer.

Pero, el tema es otro. El realizador Hernán Gaffet ha querido dejar a un lado en su primer largometraje de ficción (sus dos trabajos anteriores fueron documentales, uno de ellos aún en postproducción) el verdadero “sentir” de su país. O mejor dicho, las dos verdaderas pasiones de su Buenos Aires natal: la política y el fútbol...

Gaffet, además de director es guionista, poeta y teórico cinematográfico, ha convertido en un “largo” lo que en principio fue concebido como un “corto”. Y en Garllington encontramos el punto de partido; uno de los numerosos y marchitos cafés de la capital argentina se convierte en el santo y seña de Gaffet.

Es aquí, como si del fresco de “La colmena”, de Cela, se tratase, donde este joven realizador ha decidido fijar su mirada. ¿Y por qué no? Las historias que se entremezclan, no faltas de matices, están ahí… ¿y dónde sino? Y es que “Ciudad en celo” no sólo pretende hacernos reflexionar acerca del sentido de la vida y las pasiones que seres anónimos desatan entre sí; también existe una mirada más profunda y latente: la vida (ahora, aquí, ya, en este suspiro, en este abrir y cerrar de ojos, etc.), que palpita en cada rincón, en cada uno de los pasos que damos... El quiosquero que cada mañana vende la prensa en su barrio, la dependienta que abre el cerrojo de su comercio, el chico del Este que nos deleita con su batiburrillo de melodías en el metro… Todo y cada uno de nosotros ama, respira, sufre y desfallece. Y la mesa del café del Garllington quiere hacernos llegar ese “sentir”. Porque el Garllington vive conversaciones trascendentales, y también se habla del futuro; de lo que preocupa; de lo que nos amarga: simetría, salvando las distancias, de ese madrileño Café Gijón donde se gestó durante varios decenios el pensamiento literario y el ideario filosófico de decenos de intelectuales españoles.

El Garllington huelga decir que sea el Gijón; pero Gaffet ha querido trasladar a su “bar de encuentros” unas preocupaciones (las de sentirse y querer ser amado ante la llegada de un crepúsculo ineludible: la vejez) que poco distan, en lo más profundo de esta vida, de lo filosófico y lo literario.

Permítanme una apreciación más: ¿alguien sabe a qué dos personajes nos puede retraer el Garllington?
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Keanu Reeves

Martha Higareda ingresa a Hollywood de la mano de Keanu Reeves con "Night Watch"

11-V-07

Este parece ser el año de la mexicana Martha Higareda, de mucha actualidad por estos días con estrenos y rodajes, que se dispone a dar el paso más importante de su carrera: Una superpoducción hollywoodiense junto a Keanu Reeves, que marcará su debut en la meca del cine.

Tiempo atrás, cuando se conoció que el encuentro entre Higareda y Reeves no fue por cuestiones románticas, sino laborales, se intuyó que debería estar relacionado al nuevo proyecto de la estrella estadounidense, "Night Watch", una película que se ha pospuesto durante años y que finalmente entrará en producción el próximo mes. Pues tal suposición fue acertada, ya que el director de fotografía Gabriel Beristain aseguró a El Universal que la mexicana de 23 años será la protagonista femenina de dicha cinta.

"Ella es nuestra protagonista, ya va a estar una mexicana frente a las cámaras, que es donde los necesitamos más. Detrás de ella ya estamos muchos, con Oscares y toda la cosa, ahora los queremos enfrente", dijo al matutino Beristain, quien se encargará del aspecto visual del film, que está ideado como una suerte de homenaje a la ciudad de Los Ángels, donde confluyan la cultura anglosajona y la mexicana.

El rodaje de esta cinta se iniciará el 4 de junio bajo la dirección de David Ayer, quien tomó un lugar originalmente previsto para Spike Lee. Basada en una historia original de James Ellroy ("La dalia negra"), la trama sigue a un policía que descubre un caso de corrupción dentro de su mismo departamento, iniciando una misión para desenmascararlo, donde terminará redimiéndose. El reparto incluye al ganador del Oscar Forest Withaker, Chris Evans ("Sunshine") y Hugh Laurie (de la serie "House M.D.".

Higareda, reconocida por "Amar te duele", estrenó este año "Niñas mal" y próximamente lanzará "Hasta el viento tiene miedo". Actualmente participa en "All Inclusive", del chileno Rodrigo Ortúzar.
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“Un perro al que le gustaban los trenes”

Cine serbio: de la explosión al marasmo

11-V-07

Aunque la Jornada de la Cultura Serbia en Cuba continúa (aguardan, por ejemplo, varios desfiles de su peculiar y exuberante moda), los días específicamente fílmicos en dos salas del Multicine Infanta, llegaron a su fin con un número bastante reducido de espectadores, para disgusto sobre todo de la embajadora de esa república en Cuba, presente en no pocas de las funciones, como algunos ciudadanos de ese país residentes en Cuba. La indiferencia de muchos espectadores, incluso cinéfilos que persiguen las novedades entre nosotros, se explica no precisamente con una insuficiente promoción, que en el caso no fue excesiva pero tampoco menor respecto a otras muestras semejantes. Es que, simplemente, debe reconocerse que no estamos ante una cinematografía exactamente atractiva, por los muchos problemas de todo tipo que se encuentran en la misma, cuando se hace un repaso por esta representativa panorámica que abarca desde los años 60 hasta la actualidad.

Ya nos habíamos referido a la cinta que inauguró la retro: “Zona, hija de Zamfir” (2002), de Zdravko Sotra (también la más popular allí en los últimos años), como una típica historia de amor interclasista a finales del siglo XIX que, comedia al fin, se resuelve felizmente, lo cual no ocurre lamentablemente con el desarrollo del film, repleto de reiteraciones y un sentido del humor poco cercano al nuestro, a pesar de lo cual la exquisitez en la dirección de arte, la hermosa música (que, sin perder la esencia, se adereza con modernos y muy bien sonantes arreglos) y la expresiva fotografía, la hacen relativamente tolerable.

Tomemos, por ejemplo, la amplia zona dedicada a la guerra (o sus memorias repercutiendo en la actualidad, o el reflejo más o menos contemporáneo de las contiendas), algo entendible por demás ante los largos períodos que esa nación ha sufrido bajo las bombas.

Muchos tropiezos en el montaje, la narración y la dramaturgia se encuentran en títulos de diversos momentos: por ejemplo, en “Bellas villas, bellas llamas” (1995), de Srdjan Dragojevic, sobre dos amigos de la infancia, un musulmán y un serbio, que se reencuentran en la guerra de Bosnia aunque esta vez están en lados opuestos; poco ayuda el indudable realismo de las batallas: lo innecesariamente largas de las secuencias a ellas consagradas, la lentitud en la plasmación de las relaciones entre los soldados, convierten el trayecto en una fatigosa experiencia. Así, más o menos, ocurre con otros títulos del mismo corte y diferentes épocas (“El anzuelo celestial”, 2000; “El momento”, 1978; “La marcha al Drina”, 1964...)

Muy importante es para los cineastas serbios el deporte, trasunto del interés que el mismo, en sus diversos tipos, despierta en la población allí, de modo que varios títulos mezclan a los conflictos personales, subtramas o motivos deportivos. Entre ellos, “Cuando sea mayor seré canguro” (2004), de Radivoje Andric: tres cuentos ubicados en el Municipio Vozdova Belgrado, la capital serbia, con personajes que intentan llevar cambios a sus vidas, pero lo hacen de manera errónea; como mismo le ocurre al director, que, pese a conseguidos momentos aislados (por ejemplo, el final) no logra insertar las historias con felicidad. Válido el “monólogo interior” de algún personaje, la simpatía de otra de las historias, pero al resultado le falta el pulimento que hubiera generado una notable comedia.

Dentro de este género, valga resaltar, además de la ya conocida “Gato negro, gato blanco”, de Emir Kusturica (siempre una fiesta de música, imaginación y “joie de vivre” su cine), “Quien canta allí” (1980), de Slobodan Sijan, una original road movie sobre la relación de varios pasajeros de diversos estratos y procedencias en un azaroso viaje en vísperas del ataque nazi a Yugoslavia, durante la II Guerra Mundial, quienes emprenden un viaje a Belgrado en un autobús desbaratado y durante las 24 horas que dura entran en confrontaciones, lo cual genera una divertida y bien armada comedia.

Otros estilos pudieron apreciarse, en títulos como “Cosas del corazón” (1996), que revela el artista plástico que se esconde en su director Miroslav Mika: la composición de la imagen, el concepto fotográfico, los movimientos de cámara, entregan un trabajo preciosista, lamentablemente en función de una lánguida historia de (des)amor, la que tiene lugar entre un soldado que, al regresar retrasado de la guerra, descubre que su novia lo engañó, al menos ese día, a partir de lo cual la somete a una tortura psicológica que la desquicia. Los innecesarios y reiterados flashback, la anemia que padece la narración y la impericia dramatúrgica, no reñida con esa aludida condición de cuidado en el tratamiento formal, dan al traste con la consecución del film.

Dentro de una cuerda más social-contemporánea, “Un perro al que le gustaban los trenes” (1977), de Goran Paskaljevic, nos entrega una historia mejor contada sobre una joven fugitiva que hace todo lo posible por llegar a París: anécdota, personajes, ritmo, la manera de captar la dureza de ciertos ambientes urbanos y las actuaciones, redondean este largometraje como uno de los mejores.

Al menos, la muestra de cine serbio nos puso en contacto con una cinematografía prácticamente desconocida entre nosotros; esperemos que nuevas experiencias (digamos, con más films contemporáneos) nos traigan mejores resultados.
© Frank Padrón (Cuba)-NOTICINE.com