Entrevista con Pilar López de Ayala: "Nadie piensa en las adopciones de "gays" hasta que tiene el problema cerca"
- por © Golem-NOTICINE.com
Pilar López de Ayala, recientemente en los cines españoles con la fracasada "Sólo quiero caminar", de Agustín Díez Yanes, vuelve este próximo viernes a las salas de su país con un film francés, que rodó en París, "Como los demás", comedia donde se aborda un tema tan actual como la paternidad de los homosexuales (el mismo de la producción chilena "Muñeca"). La actriz madrileña comparte protagonismo con el astro galo Lambert Wilson y su compatriota Pascal Elbé, bajo la dirección de Vincent Garenq.
En el film, visto en Francia por más de medio millón de personas, Wilson es Manu, un homosexual que vive con otro (Elbé) y desea tener un hijo, algo que resulta complejo si no fuera porque en su camino se cruza Fina (López de Ayala), una joven española que será la solución que busca para su necesidad aunque las cosas se complicarán más de lo esperado.
Así habla Pilar López de Ayala sobre "Como los demás":
- Digame su definición de la historia...
Es una película para el gran público que trata de los padres gays. Se habla mucho del papel de la familia hoy en día, pero parece que en algunos países, solo un hombre y una mujer legalmente casados pueden considerarse como una verdadera familia.
- ¿Qué opina acerca de que una pareja "gay" tenga hijos?
Nadie piensa en eso hasta que tiene el problema cerca. En España, desde que Zapatero llegó al poder, los homosexuales no solo pueden casarse, también tienen la posibilidad de adoptar. No es fácil. Es un procedimiento largo, pero al menos tienen ese derecho. En la mayoría de los países no es posible. Cuando leí el guión, me gustó que tratara de estos temas.
- Háblenos de su personaje, de Fina.
Fina es una chica que vive en un país extranjero, con todas las dificultades que eso implica. Se enamora de un homosexual y le cuesta aceptar que lo es, por eso quiere hacerle cambiar.
- ¿Qué relación tienen Manu y Fina en la película?
Su relación no se basa en un intercambio. Fina cree que Emmanuel la ayuda de forma desinteresada y que es el único con el que puede contar. Poco a poco se enamora de él y decide devolverle el favor. Sus problemas desaparecen ante el amor, lo que despierta en ella las ganas de tener un hijo. No sabe muy bien si lo hace por él o por ella misma.
- ¿Cómo fue la colaboración con el realizador?
Empezamos escribiéndonos correos electrónicos. Vincent estaba en París y yo, en Madrid. Le hacía preguntas acerca del personaje para asegurarme de que íbamos en la misma dirección. Solo empezamos a trabajar juntos estando en París. Es muy accesible, respeta a los actores. Facilita mucho el trabajo.
- ¿Qué piensa de la escena del parto?
Recuerdo que enseguida hablé de eso con Vincent. Mi principal temor era que pareciera exagerado. Creo que el miedo a dar a luz de algunas mujeres se debe a lo que han visto en el cine. Pero es una comedia, y Vincent prefería que se exagerasen los sentimientos. Es el momento más intenso de la película. Siempre me pasa algo cuando ruedo una escena con un recién nacido. En la película anterior, cada vez que me daban al niño, se me hacía pipí encima.
- ¿Cómo fue trabajar con Lambert Wilson y Pascal Elbé?
Los tres nos implicamos mucho. Enseguida entendí que tenían una gran experiencia, sabían adónde iban y sentían mucha curiosidad por todo. Intenté crear cierta química con Lambert, dado que es mi interlocutor principal en la película. Pascal fue un muy buen compañero. Las pocas secuencias que tuve con él me permitieron descubrir a un hombre muy gracioso, que se divierte trabajando.
- ¿Qué secuencia le costó más rodar?
Quizá la comida familiar en el jardín de la casa de Suzanne. Al leer el guión, pensé: “Genial, una agradable comida primaveral en un jardín”. Pero olvidé que había niños que se pondrían a llorar y que en otoño te congelas temprano por la mañana. Me parece que eso es lo más difícil: fingir estar comiendo a mediodía cuando son las 7 de la mañana y hace un frío horrible.
- ¿Y la escena de amor?
Se aleja de los lugares comunes. La escena previsible habría sido entre los dos hombres, pero no tendría nada de sorprendente. Es una escena de amor con una chica. Lo que le interesaba a Vincent, más que una escena puramente sexual, era mostrar la ternura que puede surgir entre dos personas opuestas. Es obvio que Fina y Manu no viven ese momento del mismo modo. Para Manu es un momento de extravío, pero Fina cree que siente lo mismo que ella y que acabará por hacerle cambiar.
En el film, visto en Francia por más de medio millón de personas, Wilson es Manu, un homosexual que vive con otro (Elbé) y desea tener un hijo, algo que resulta complejo si no fuera porque en su camino se cruza Fina (López de Ayala), una joven española que será la solución que busca para su necesidad aunque las cosas se complicarán más de lo esperado.
Así habla Pilar López de Ayala sobre "Como los demás":
- Digame su definición de la historia...
Es una película para el gran público que trata de los padres gays. Se habla mucho del papel de la familia hoy en día, pero parece que en algunos países, solo un hombre y una mujer legalmente casados pueden considerarse como una verdadera familia.
- ¿Qué opina acerca de que una pareja "gay" tenga hijos?
Nadie piensa en eso hasta que tiene el problema cerca. En España, desde que Zapatero llegó al poder, los homosexuales no solo pueden casarse, también tienen la posibilidad de adoptar. No es fácil. Es un procedimiento largo, pero al menos tienen ese derecho. En la mayoría de los países no es posible. Cuando leí el guión, me gustó que tratara de estos temas.
- Háblenos de su personaje, de Fina.
Fina es una chica que vive en un país extranjero, con todas las dificultades que eso implica. Se enamora de un homosexual y le cuesta aceptar que lo es, por eso quiere hacerle cambiar.
- ¿Qué relación tienen Manu y Fina en la película?
Su relación no se basa en un intercambio. Fina cree que Emmanuel la ayuda de forma desinteresada y que es el único con el que puede contar. Poco a poco se enamora de él y decide devolverle el favor. Sus problemas desaparecen ante el amor, lo que despierta en ella las ganas de tener un hijo. No sabe muy bien si lo hace por él o por ella misma.
- ¿Cómo fue la colaboración con el realizador?
Empezamos escribiéndonos correos electrónicos. Vincent estaba en París y yo, en Madrid. Le hacía preguntas acerca del personaje para asegurarme de que íbamos en la misma dirección. Solo empezamos a trabajar juntos estando en París. Es muy accesible, respeta a los actores. Facilita mucho el trabajo.
- ¿Qué piensa de la escena del parto?
Recuerdo que enseguida hablé de eso con Vincent. Mi principal temor era que pareciera exagerado. Creo que el miedo a dar a luz de algunas mujeres se debe a lo que han visto en el cine. Pero es una comedia, y Vincent prefería que se exagerasen los sentimientos. Es el momento más intenso de la película. Siempre me pasa algo cuando ruedo una escena con un recién nacido. En la película anterior, cada vez que me daban al niño, se me hacía pipí encima.
- ¿Cómo fue trabajar con Lambert Wilson y Pascal Elbé?
Los tres nos implicamos mucho. Enseguida entendí que tenían una gran experiencia, sabían adónde iban y sentían mucha curiosidad por todo. Intenté crear cierta química con Lambert, dado que es mi interlocutor principal en la película. Pascal fue un muy buen compañero. Las pocas secuencias que tuve con él me permitieron descubrir a un hombre muy gracioso, que se divierte trabajando.
- ¿Qué secuencia le costó más rodar?
Quizá la comida familiar en el jardín de la casa de Suzanne. Al leer el guión, pensé: “Genial, una agradable comida primaveral en un jardín”. Pero olvidé que había niños que se pondrían a llorar y que en otoño te congelas temprano por la mañana. Me parece que eso es lo más difícil: fingir estar comiendo a mediodía cuando son las 7 de la mañana y hace un frío horrible.
- ¿Y la escena de amor?
Se aleja de los lugares comunes. La escena previsible habría sido entre los dos hombres, pero no tendría nada de sorprendente. Es una escena de amor con una chica. Lo que le interesaba a Vincent, más que una escena puramente sexual, era mostrar la ternura que puede surgir entre dos personas opuestas. Es obvio que Fina y Manu no viven ese momento del mismo modo. Para Manu es un momento de extravío, pero Fina cree que siente lo mismo que ella y que acabará por hacerle cambiar.