Julio Medem escribe sobre "Ma ma"

por © EOne-NOTICINE.com
Julio Medem y Penélope Cruz
Por Julio Medem *

La esencia de "Ma ma" es el sentimiento con el que Magda se enfrenta a la tragedia de su vida, que le aparece, se le pone de frente en dos momentos; tras superar el primero, llega el segundo. Uno le avisa que está al borde de la muerte, el otro no tiene escapatoria. Son dos cánceres; el de su mama derecha es curable, el de la izquierda incurable.

"Ma ma" contiene así dos partes bien diferenciadas. La primera “ma” es una historia de superación, en su tragedia los cangrejos que asoman por la arena vienen trayendo mucho miedo pero finalmente regresan al mar. La segunda “ma” es una tragedia incontestable, los cangrejos no se detienen, aunque Natasha con sus blancas manos de niña los coja y los tire con fuerza al mar. No es así la realidad, pero importa el gesto, la vida prometida que es Natasha, lo que Magda va a dejar a los demás después de que se la lleven los cangrejos.

Cada una de las partes de "Ma ma" tiene su propia estructura interna dotada de introducción, desarrollo, clímax y desenlace, pero entre las dos partes hay establecida una relación de simetría. Ambas comienzan con la noticia negra, trágica, que es el diagnóstico del cáncer hecho por el ginecólogo, Julián. Durante el desarrollo y desenlace de ambas partes los personajes que rodean a Magda pierden y ganan, más bien, empiezan perdiendo mucho y terminan ganando, ¿cuánto?... Aquí no es tan importante la cantidad de lo que se gana como la calidad, eso es precisamente lo que deja esta historia, la herencia de Magda, su emocionado tesoro que contiene una vida nueva que sale in extremis de la suya. Dar a luz y morir.

La historia de "Ma ma" ocurre durante un largo año con dos veranos, del 2012 al 2013. Magda no ha cumplido los cuarenta y es maestra, pero el día uno de la historia, a finales de junio, cuando acude a su ginecólogo porque se ha notado un bulto en el pecho ya sabe que el próximo curso va a estar en paro, se lo dijeron hace tres meses. Esa tarde, en la peluquería, su marido, el padre de su hijo Dani, la deja por WhatsApp. Y más tarde su ginecólogo le diagnostica dos carcinomas en la mama derecha, mientras su hijo está jugando su último partido de la temporada; es buenísimo metiendo goles.

A partir de este día uno la vida de Magda sufre una fuerte sacudida que altera su entorno. Mantiene en el centro a su hijo, pero por los lados aparecen dos hombres al mismo tiempo, en este dichoso día uno, es decir, son dos desconocidos; Julián el ginecólogo y Arturo, que viene con un abismal sufrimiento. El primero es quien descubre la enfermedad, quien la trata con química, quien le canta frases de sus canciones favoritas, quien se lleva su mama derecha, quien la cura y la deja veraneando en un pueblo de la costa mediterránea con una peluca y un nuevo hombre, para ella y para su hijo.

Arturo es un ojeador del Real Madrid que al ver jugar a Dani le dice a su madre que tiene un gran futuro. Tras esta esperanzadora declaración ella asiste al peor momento de la vida de Arturo, cuando éste se entera de que su hija ha muerto atropellada y su mujer está en coma. Magda se dedica a consolar a Arturo; ayudar a alguien que está peor, que ha perdido mucho más, hace que ella pueda llevar mejor sus semanas de terapia solitaria. La mujer de Arturo muere y tras la operación de Magda, con toda naturalidad ambos se unen, mejor dicho, siguen unidos por la tragedia compartida, y ya no se separan más.

Ya desde el inesperado trance vital de la primera “ma”, a Magda le crece la personalidad, se le afina su vitalidad y su sentido del humor llegando por momentos a estados de delicada felicidad, que adquieren toda su dimensión cuando los comparte. En este triángulo de intimidad en el que Magda ocupa el vértice alto, tiene en el medio al niño y a los lados a Arturo y Julián, aparece en la segunda “ma” una criatura que está creciendo en sus entrañas; Natasha, así la quiere llamar su madre, como la niña siberiana que finalmente no la trajo en adopción Julián, su ginecólogo. Magda atrae para sí a esta posibilidad de vida, desde su propia Siberia, desde su frío miedo a morir, desde aquel azul helado en el que sopla la ventisca hasta el rojo caliente de su útero. Así la madre enferma, al quedar embarazada de su Natasha, consigue desafiar a su destino; sólo le quedan seis meses de vida. Vida contra muerte, metiendo una en la otra.

Magda no cree en la trascendencia del alma, ni en un Dios creador, sino en la vida de aquí, que es lo único que sabemos que tenemos, y con voz de maestra le dice a su hijo Dani que lo que debemos hacer en vida es ser todo lo felices que podamos, primero nosotros, y luego animando a los que nos rodean. Este sencillo consejo forma parte del espíritu vitalista de "Ma ma".

Fuera de esta intimidad de Magda y a sus espaldas queda el resto del mundo, del que sólo asoma por pequeñas rendijas la paradójica situación de España en el verano de 2012; en el peor año de la crisis económica, cuando al gobierno le presionan desde el exterior para que pida el rescate financiero, la selección española de fútbol se convierte de forma brillante en la campeona de Europa, dejando ya claro que es la mejor del mundo. Conviven en los informativos la excelencia española en un deporte con las cotas más bajas de autoestima nacional debida a los efectos devastadores de la crisis, como el paro o los recortes en sanidad, de los que Magda es víctima. Su enfermedad, sin ella enterarse, se vuelve metáfora de la española, y su espíritu vitalista en una buena receta para la
superación emocional.

En el segundo verano, el del 2013, Julián se sube al escenario de un chiringuito del paseo marítimo y le dedica la canción “Vivir”, de Nino Bravo; “Va por ti Magda, por tu preciosa locura, por todo lo que nos has dado y por todo lo que nos vas a dejar”. Pues sí, es esta locura de Magda la que le ha llevado a buscar una hermana para su hijo, y una hija para el padre que perdió a la suya al comienzo de la historia. Magda está convencida de que Arturo será un buen padre para Dani y Natasha. “Tus hijos son mis hijos”, le dice él. “Y tú eres mi único Dios”, le responde ella.

Quedan así reunidos los cuatro, en forma casi familiar, y será fácil imaginarlos yendo a veranear al mismo pueblo de la costa mediterránea. ¿Cuántas veces Natasha, Dani, Arturo y Julián cantarán “llorar, luchar, reír… caminar siempre adelante aunque tengas que sufrir, eso es vivir, vivir, vivir…”, invocando el espíritu de Magda?

Me he dejado para el final el pilar número uno de "Ma ma", el trabajo de interpretación, que está en el centro absoluto y esencial de la medida. Penélope Cruz es definitivamente la que da sentido a todo y a todos. La trasformación desde la inspiración de un recuerdo a la materia viva en imágenes de "Ma ma", ha sido la experiencia más asombrosa que me ha ocurrido en mis veinticuatro años de vida
como director.

La interpretación de Penélope está a tal altura que ni siquiera podía concebirla cuando reactivé mi escritura para ella, cuando soñé la mejor búsqueda y el mejor descubrimiento… Al rodarla cada día, porque está en todas las secuencias, no podía creerme lo que veían mis ojos, estaba pasmado ante el espectáculo de su talento. Su creatividad, su intuición, su facilidad, convicción.., ocurren en ella con absoluta naturalidad. Si antes decía que "Ma ma" no sólo es Magda, es de Magda, ahora sólo me queda decir que "Ma ma" no sólo es Pe, es de Pe, está hecha de ella, de su materia. Así, su canto a la vida es también un canto a la belleza. La interpretación de Pe es en sí misma una obra de arte de incalculable valor. Fue ella misma la que aportó al guión ideas precisas, consejos tan claros como sólidos, terrenales, que elevaron la comprensión y expresividad del personaje, y por extensión de la historia que le pertenece. "Ma ma" no sólo es Magda, es de Magda, es suya.

¡Gracias mi querida Pe, en nombre de todos los que hemos estado contigo!

(*): El cineasta donostiarra Julio Medem, autor de "Vacas", "Los amantes del círculo polar", "Lucía y el sexo", "La pelota vasca" o "Room in Rome", entre otras muchas películas, espera recuperar el favor del público -perdido en sus últimas cintas- con este melodrama que se estrena esta semana en España y se lanzará internacionalmente en Toronto.

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