El Personaje: Leonardo Sbaraglia, el triunfo a ambos lados
- por © Angel L. Esteban-NOTICINE.com
1-III-02
Buena parte del éxito internacional que está cosechando el cine argentino en los últimos tiempos se debe sin ninguna duda a talentos y rostros como los de Leonardo Sbaraglia, unos de los actores jóvenes del cine latinoamericano que más rápida y más contundentemente está ascendiendo al olimpo del celuloide. Este viernes ha estrenado uno de sus recientes trabajos, “En la ciudad sin límites”
Su reciente reconocimiento como mejor actor revelación en la última edición de los premios Goya, aunque no deja de ser paradójico por tratarse de un intérprete de larga y exitosa experiencia - que sin embargo debutó el año pasado en producciones netamente españolas -, es la confirmación del nacimiento de una estrella.
Con su acento argentino y una sonrisa descarada y contagiosa, es uno de esos actores jóvenes que construye su carrera de reto en reto, siempre buscando el más difícil todavía en papeles divergentes que sin embargo es capaz de llenar con gran profesionalidad, deleitándose en los matices, mostrando los dobleces de personajes aparentemente angelicales - como su cara - pero secretamente turbios y retorcidos. Sbaraglia recrea así en tres dimensiones, como poco, los seres que asume encarnar, con una riqueza de detalles que desdibujan cualquier asomo de técnica y que dan sobrada cuenta de la pasión de un intérprete entregado hasta los excesos.
Leonardo Sbaraglia, de 31 años, hizo sus primeros pinitos desde muy joven en la televisión y, sobre todo, el teatro antes de debutar en el cine con “La noche de los lápices” de Héctor Olivera. Ahí es donde le descubre el director Marcelo Piñeyro, quien enseguido le adoptó como actor fetiche en sus sucesivos largometrajes. Primero fue en “Tango feroz” y “Caballos salvajes”, donde desumbró tanto por su fuerza como por su físico, que le ha atraído grandes dosis de popularidad y de seguidores de todos ambos sexos.
Después vino ese dramático retrato de familia y corrupciones políticas que es “Cenizas del paraíso” y, sobre todo, “Plata quemada” en la que compartía con su “mellizo” Eduardo Noriega torridas escenas que dieron la vuelta al mundo. Este thriller basado en la novela de Ricardo Piglia fue su pasaporte de entrada en España, donde enseguida llamó la atención de importantes directores que le reclaman como cabeza de cartel de ambiciosos proyectos.
Así el primero ha sido el debutante canario Juan Carlos Fresnadillo, convirtiéndole en ese mago de la suerte de la inquietante “Intacto”, compartiendo pantalla con su compatriota Eusebio Poncela y con el gran Max Von Sydow. Este es el papel que le ha deparado su primer premio importante en España, que de seguir así seguramente no será el único ni el último.
Esta misma semana estrena, tras pasar por la sección Panorama del Festival de Berlín, la película “En la ciudad sin límites” de Antonio Hernández, el director que ya sorprendió con “Lisboa” y que ahora ha reunido un reparto estelar en el que figuran Adriana Ozores, Geraldine Chaplin, Ana Fernández, Roberto Álvarez y el genial Fernando Fernán Gómez, con un papel a la medida de su lucimiento. La historia se centra en la relación entre un hijo y su padre enfermo, al que la familia trata de manipular y dejar de lado. Esto le ha permitido a Sbaraglia compartir escenas con uno de los grandes, algo que no se cansa de agradecer y comentar siempre que tiene ocasión.
El futuro le depara al actor argentino nuevos y apetecibles retos. Primero llegará “Deseo” de Gerardo Vera, con la nueva “chica Almodóvar” Leonor Watling, Ernesto Alterio, Norma Aleandro, Rosa María Sardá y Cecilia Roth. Aquí ha tenido que meterse en el difícil papel de un oficial nazi completamente deshumanizado que vuelve a la vida gracias al amor por una mujer. Después le toca el turno a “Carmen”, el nuevo proyecto del director de “Juana la Loca” Vicente Aranda. En esta nueva adaptación de la legendaria historia de Mérimée, Sbaraglia compartirá amor y sangre con su compañera de Goya, la también premiada como actriz revelación Paz Vega.
Su intención, aunque en Argentina le sobra el trabajo y es donde viven sus padres, es pasar en España la mayor parte del año. Aquí se ha instalado dispuesto a arrasar y, quizás, trabajar con directores como Almodóvar, Trueba o Medem por quienes confiesa abiertamente su devoción. Leonardo Sbaraglia pide espacio para desarrollarse, para triunfar y para disfrutar de una popularidad con la que, por ahora, parece entenderse de maravilla.
Buena parte del éxito internacional que está cosechando el cine argentino en los últimos tiempos se debe sin ninguna duda a talentos y rostros como los de Leonardo Sbaraglia, unos de los actores jóvenes del cine latinoamericano que más rápida y más contundentemente está ascendiendo al olimpo del celuloide. Este viernes ha estrenado uno de sus recientes trabajos, “En la ciudad sin límites”
Su reciente reconocimiento como mejor actor revelación en la última edición de los premios Goya, aunque no deja de ser paradójico por tratarse de un intérprete de larga y exitosa experiencia - que sin embargo debutó el año pasado en producciones netamente españolas -, es la confirmación del nacimiento de una estrella.
Con su acento argentino y una sonrisa descarada y contagiosa, es uno de esos actores jóvenes que construye su carrera de reto en reto, siempre buscando el más difícil todavía en papeles divergentes que sin embargo es capaz de llenar con gran profesionalidad, deleitándose en los matices, mostrando los dobleces de personajes aparentemente angelicales - como su cara - pero secretamente turbios y retorcidos. Sbaraglia recrea así en tres dimensiones, como poco, los seres que asume encarnar, con una riqueza de detalles que desdibujan cualquier asomo de técnica y que dan sobrada cuenta de la pasión de un intérprete entregado hasta los excesos.
Leonardo Sbaraglia, de 31 años, hizo sus primeros pinitos desde muy joven en la televisión y, sobre todo, el teatro antes de debutar en el cine con “La noche de los lápices” de Héctor Olivera. Ahí es donde le descubre el director Marcelo Piñeyro, quien enseguido le adoptó como actor fetiche en sus sucesivos largometrajes. Primero fue en “Tango feroz” y “Caballos salvajes”, donde desumbró tanto por su fuerza como por su físico, que le ha atraído grandes dosis de popularidad y de seguidores de todos ambos sexos.
Después vino ese dramático retrato de familia y corrupciones políticas que es “Cenizas del paraíso” y, sobre todo, “Plata quemada” en la que compartía con su “mellizo” Eduardo Noriega torridas escenas que dieron la vuelta al mundo. Este thriller basado en la novela de Ricardo Piglia fue su pasaporte de entrada en España, donde enseguida llamó la atención de importantes directores que le reclaman como cabeza de cartel de ambiciosos proyectos.
Así el primero ha sido el debutante canario Juan Carlos Fresnadillo, convirtiéndole en ese mago de la suerte de la inquietante “Intacto”, compartiendo pantalla con su compatriota Eusebio Poncela y con el gran Max Von Sydow. Este es el papel que le ha deparado su primer premio importante en España, que de seguir así seguramente no será el único ni el último.
Esta misma semana estrena, tras pasar por la sección Panorama del Festival de Berlín, la película “En la ciudad sin límites” de Antonio Hernández, el director que ya sorprendió con “Lisboa” y que ahora ha reunido un reparto estelar en el que figuran Adriana Ozores, Geraldine Chaplin, Ana Fernández, Roberto Álvarez y el genial Fernando Fernán Gómez, con un papel a la medida de su lucimiento. La historia se centra en la relación entre un hijo y su padre enfermo, al que la familia trata de manipular y dejar de lado. Esto le ha permitido a Sbaraglia compartir escenas con uno de los grandes, algo que no se cansa de agradecer y comentar siempre que tiene ocasión.
El futuro le depara al actor argentino nuevos y apetecibles retos. Primero llegará “Deseo” de Gerardo Vera, con la nueva “chica Almodóvar” Leonor Watling, Ernesto Alterio, Norma Aleandro, Rosa María Sardá y Cecilia Roth. Aquí ha tenido que meterse en el difícil papel de un oficial nazi completamente deshumanizado que vuelve a la vida gracias al amor por una mujer. Después le toca el turno a “Carmen”, el nuevo proyecto del director de “Juana la Loca” Vicente Aranda. En esta nueva adaptación de la legendaria historia de Mérimée, Sbaraglia compartirá amor y sangre con su compañera de Goya, la también premiada como actriz revelación Paz Vega.
Su intención, aunque en Argentina le sobra el trabajo y es donde viven sus padres, es pasar en España la mayor parte del año. Aquí se ha instalado dispuesto a arrasar y, quizás, trabajar con directores como Almodóvar, Trueba o Medem por quienes confiesa abiertamente su devoción. Leonardo Sbaraglia pide espacio para desarrollarse, para triunfar y para disfrutar de una popularidad con la que, por ahora, parece entenderse de maravilla.