Sangsoo con su actriz Jiwon Uhm, y la cinta

Wenders se suma a la lista de favoritos en Cannes con "Don't come knocking"

19-V-05

Aunque no hubo unanimidad en la crítica, "Don't come knocking", la nueva cinta de Wim Wenders, una "road-movie" crepuscular por Montana (EEUU) que recuerda mucho a "París, Texas" (comparten guionista, Sam Shepard, ahora también actor), ya está en las quinielas de premio. Mas difícil es que en ese palmarés que conoceremos el próximo sábado estén las otras dos contendientes del jueves por la Palma de Oro, la israelí "Free Zone", de Amos Gitai, una metáfora en femenino sobre el necesario entendimiento de culturas y religiones en Oriente Medio, y la cinéfila "Keuk jang jeon", del coreano Hong Sangsoo.

Han pasado más de 20 años desde que ambos colaboraron en "Paris, Texas", Palma de Oro en este mismo festival, Wim Wenders propuso a Sam Shepard, autor de aquel guión, volver a trabajar juntos. Le llevó un guión escrito por él mismo, pero cuando el actor, dramaturgo y guionista norteamericano le propuso otra historia diferente, el alemán de inmediato cambió de planes. Así nacía "Don't come knocking" (No vengas a tocar a mi puerta), acabada a toda prisa para estar en el festival francés y -si nos fiamos de la impresión de muchos críticos- no irse con las manos vacías.

Wenders forma parte de esa saga de maestros fieles a este y los otros dos grandes certámenes europeos, Berlin y Venecia, que dan prestigio a cualquier selección. De hecho, son ya ocho las veces que el reconocido cineasta germano compite en Cannes, de las cuales tres se llevó un recuerdo del palmarés. Además, en 1989 presidió un jurado como el que ahora encabeza otro director europeo que bien podría sintonizar con su nueva historia, Emir Kusturica.

Howard Spence (Sam Shepard) es un actor que ha conocido mejores tiempos. En la cincuentena, ya no le dan más que papeles secundarios en westerns de serie "B", a él, que fue astro del género en décadas pasadas. Reparte sus muchas horas de ocio entre el alcohol, las mujeres y algo de droga. Sin embargo, la vida le va a cambiar cuando tras desertar de un rodaje y visitar a su madre (Eva Marie Saint), ésta le avisa de que tiene un hijo de 19 años por alguna parte, de cuya existencia nunca ha sabido. Esta revelación le hace abrigar una esperanza de la que carecía: su vida tal vez no sea tan vacía e inutil como cree. Parte por ello en busca de su "ex" Doreen (Jessica Lange) y del muchacho, que no parece tener ninguna necesidad de padre...

"El tema de mi película -ha contado Wenders en rueda de prensa- es la desintegración de la familia. En nuestros días, el mundo entero está influído por la disolución de la célula familiar y por la falta de amor que trae como consecuencia". Paternidad y familia son temas que abundan este año en Cannes, como lo vimos en la cinta de Jim Jarmush "Broken flowers", por sólo citar un título.

Por su parte, Shepard ha explicado su modo de enfrentarse a la escritura del guión: "Cuando me siento ante el papel no pienso en el tema central de la historia. No es esa una pregunta que me plantee. Prefiero concentrarme en los personajes, preocupar que sean creibles. Es algo táctil, no abstracto". Wenders reivindicaba así su participación en el libreto, aunque en la documentación el norteamericano aparezca como único autor: "Lo hicimos juntos. Empezamos con los personajes, y enseguida Sam escribió la primera escena. Entonces, empezamos a discutir sobre la siguiente. Lo que es maravilloso con Sam es que los personajes ya están asentados en el papel cuando llegas a los lugares del rodaje. A partir de ahí, lo más complicado del trabajo ya está hecho. Los personajes no hacen la historia. Son la historia".

El israelí Amos Gitai es uno de esos cineastas mimados por los festivales, y en concreto por éste, que sigue en la brecha película tras película, sin que ninguna logre un mínimo éxito comercial que justifique tanta insistencia. Ya son cuatro las veces que gracias a la coproducción mayoritaria de Francia concursa en Cannes, a pesar de que a muchos su cine, lleno de buenas intenciones y de ese sentido de lo "politicamente correcto" parezca merecedor por sí mismo de tanta atención.

Ahora, con "Free Zone", aspira a mayores audiencias de la mano nada menos que de una israelí de nacimiento -Natalie Portman- que ha triunfado en Hollywood y pocos días atrás estuvo aquí para defender su "Episodio III". De paso, o quizás como consecuencia de esta primera presencia estelar en su carrera, Gitai ha logrado coproducción paneuropea (Bélgica y España, además de la omnipresente Francia), y así encontramos como sorprendente secundaria en la película a Carmen Maura.

Rebecca (Natalie Portman), una joven americana que lleva algunos meses viviendo en Jerusalem, acaba de romper con su novio y tras una discusión con la madre de éste (Carmen Maura), huye en un taxi conducido por una israelí (Hanna Laslo), la cual a su vez se dirige hacia la "Free Zone", en Jordania, para recuperar un dinero que un norteamericano debe a su marido. Cuando ambas llegan allí, una mujer palestina (Hiam Abbass) les dice que tanto ese hombre como el dinero, han desaparecido.

Ha explicado el realizador israelí este jueves en rueda de prensa -a la que no acudió Portman- que su popular compatriota fue la que le contactó, y no a la inversa: "Natalie me escribió cartas y mails, comentándome que estaba interesada en profundizar en sus raíces, su identidad. Ella nació en Jerusalem de un padre hebreo y una madre norteamericana. Creo que siempre deseó conocer el país de su padre, donde nació. Por tanto, quiso participar en este proyecto. Después de reflexionar, de comunicarnos durante seis meses y de vernos personalmente, con mi coguionista fuimos integrando algunos detalles autobiográficos de Natalie en el guión. Como su personaje, ella ha estudiado un poco de hebreo y un poco de árabe".

Bienintencionada, pero poco creible, "Free Zone" apunta a causas económicas para el conflicto del Oriente Próximo, lo cual no deja de ser como poco una simplificación atrevida, y se escuda en el elogio de lo femenino. Incluso, Gitai ha comentado a los periodistas que después de 50 años de guerra en la región, cuyos líderes han sido hombres, "propongo ceder el poder a las mujeres y puede que las cosas vayan mejor". Se olvida de Golda Meier y de politicas tan "benefactoras" para el género humano como las más contemporáneas de Margaret Thatcher o Condoleezza Rice, muy capaces de rivalizar con los hombres...

La jornada se cerró con un film coreano de Hong Sangsoo "Keuk jang jeon" (Un cuento de cine), una experimentación que ha dejado fría a la mayoría. En Seul, las vidas de dos hombres y una mujer van a aproximarse y separarse en un juego de espejos cuyo pivote es el cine. Un estudiante con tendencias suicidas ha encontrado una chica dispuesta a acompañarle en ese último viaje. A la salida de un cine un veterano director cree reconocer entre una bella mujer a la actriz del film que acaba de ver. Luego resulta que ambas parejas son la misma... misterios de la creatividad.
© E.E. (Cannes)-NOTICINE.com/Fotos: Reuters-AP
Sergi López y una escena del film

Cannes: Silencio con "Sin City" e indiferencia ante la francesa "Peindre ou faire l'amour"

18-V-05

"Sin City" y "Peindre ou faire l'amour", dos formas casi opuestas de entender el cine, coincidieron este miércoles en no lograr la unanimidad de la crítica. La primera, dirigida por el chicano Robert Rodríguez y con dos latinos más en el reparto, Jessica Alba y Benicio del Toro, directamente dejó mudos a los miembros de la prensa especializada, aunque fuera de la sala los comentarios iban en general hacia el elogio de la parte técnica y un cierto rechazo al contenido. Por su parte, la cinta francesa de los hermanos Arnaud y Jean-Marie Larrieu, entre cuyos protagonistas está el catalán Sergi López apuesta justo por lo contrario, la preponderancia de la parte dramática, con buenas interpretaciones pero un resultado un tanto "demodé".

Muchos se sorprendieron cuando Rodríguez y la organización de Cannes estuvieron de acuerdo en incluir a "Sin City" en el apartado a concurso. Se trata de su primera cinta presente en un apartado oficial y se aleja de cierto cine de autor frecuente en la tradición "cannoise". Sin embargo, no cabe duda que la experimentación visual que Rodríguez ha llevado a cabo para reproducir con sorprendente fidelidad el estilo de los comics homónimos de Frank Miller, a quien convirtió en co-director de su film (lo que le costó las protestas de sus colegas y su voluntaria dimisión de la asociación de realizadores), merece de por sí el interés de cualquier certamen.

El afán del autor de "Desperado" por ser fiel al original le ha llevado a grabar su cinta en formato electrónico, recrear los fondos digitalmente, jugar con el blanco y negro y puntuales colores potentes... y también conservar el esquematismo dramático del género en general y de Miller en particular: personajes extremos y sin matices, cierta misoginia, clara diferenciación entre los buenos y los malos, violencia casi constante, erotismo muy al gusto masculino...

Obviamente, los más críticos con "Sin City" se quejan de todo eso, de su falta de realismo o de objetividad (lo que por cierto no siempre exigen a otros de sus "santones"), sin pararse a pensar que todo eso simplemente sería alejarse de la voluntad de Rodríguez y por supuesto de la de Miller, que aparte de ser codirector es también el aparente guionista único. Ni a todo el mundo le gustan los comics ni a todos puede interesar esta cinta.

Sin embargo, muchos amantes del cine encontrarán atractivo no sólo ese virtuosismo estético, sino el espectacular reparto: Bruce Willis, Benicio Del Toro, Elijah Wood, Michael Madsen, Mickey Rourke, Clive Owen, Jessica Alba, Brittany Murphy, Rosario Dawson, Josh Harnett, Carla Gugino, Rutger Hauer..., así como la participación en una secuencia, tras la cámara, del amigo Quentin Tarantino, cómplice de pasadas batallas.

"Leyendo los libros de Frank -ha dicho Robert Rodríguez- encontré imágenes fantásticas. Me gustó que los diálogos no sonaban a diálogos de película y que la parte visual tampoco se pareciera a lo visto en cine. Quise llevar la visión de Miller tal y como era en el papel. No se trataba de hacer la "Sin City" de Robert Rodríguez, sino la de Frank Miller. Y sabía que con la actual tecnología digital ya era posible".

En la rueda de prensa, el cineasta, siempre ataviado con su característico sombrero texano, ha contado también que Francis Ford Coppola le visitó en su estudio y quedó enamorado de su mesa de mezclas y le dijo: "Siempre he querido tener un sitio como este en el que cineastas y actores pudieran hacer un cine experimental". Ante esta opinión, Rodríguez pensó en sugerir a Tarantino que se les uniera.

Por su parte, Frank Miller comentaba sobre la violencia del film: "No aconsejo a nadie que use la violencia. Dicho esto, no pienso que el espectador deba reproducir lo que ve en pantalla. Mis historias son y serán siempre extremas. Además, cuando se considera que los japoneses son los que hacen el cine y los comics más violentos del mundo y que sin embargo poseen en su país las tasas de criminalidad más bajas...".

Además de su guionista y codirector, Robert disfrutó en la alfombra roja de la compañía de un buen puñado de sus estrellas: Benicio del Toro, Jessica Alba, Mickey Rourke, Clive Owen, Brittany Murphy y Michael Madsen. Todo un disfrute para "fans" y fotógrafos.

Cambiamos de película y tema. Algún entusiasta (fueron los menos) ha llegado a comparar "Peindre ou faire l'amour" (Pintar o hacer el amor) con una mezcla de Renoir y Rohmer. Optimistas... Esta comedia suave y campestre, con el catalán lanzado en Francia Sergi López en el papel de ciego compartiendo cartel con los astros locales Daniel Auteuil y Sabine Azéma, tiene efectivamente un regusto antiguo, que no quiere en este caso decir "clásico".

Arnaud y Jean-Marie Larrieu, por primera vez presentes en Cannes tras otras dos cintas en su curriculum, han explicado que "Peindre ou faire l'Amour" es "una propuesta irónica destinada a nuestros dos personajes proncipales. La idea era preguntarse: ¿Qué queda cuando la vida social se termina? Queríamos también mostrar que pueden ocurrir cosas extraordinarias a personas normales. Esos personajes, que se ven confrontados a grandes cuestiones como el amor, el deseo, el sexo o el arte, no son héroes. Son pequeño-burgueses de provincias, pero atraviesan momentos fuertes y poderosos".

Hubo alguna que otra protesta al final y deserciones en la sala. Esta historia de parejas, en tono bucólico y sin sexo visual (a pesar de que ese es uno de sus temas principales), a la moda de los 70, no debería dejar huella, cuanto menos en el palmarés. Pero es francesa, no lo olvidemos...
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Wang Xiaoshuai con su actriz Gao Yuanyuan

Cannes: Minimalismo para saborear con calma el peso de los sentimientos

17-V-05

Historias pausadas de emoción y escasa acción. Este ha sido el denominador común de este martes en la competición de Cannes, con la presencia de reconocidos "autores": el norteamericano Jim Jarmush, referencia del cine independiente que sin embargo ha contado con estrellas de la talla de Bill Murray, Sharon Stone o Jessica Lange para "Broken flowers"; los belgas Luc y Jean-Pierre Dardenne, con el drama juvenil "L'enfant", y el chino Wang Xiaoshuai, que como los anteriores desde una historia familiar es capaz de elaborar toda una moraleja social en "Shanghai dreams". Todos ellos tuvieron experiencias previas en Cannes.

Comedia entrañable, con un Murray en un registro que nos remite inevitablemente a "Lost in translation", "Broken flowers" representa una brisa fresca en una selección como de costumbre frecuentemente dura y sombría, llena de problemáticas. Jarmush reconoce su minimalismo, pero al menos en esta ocasión el público disfruta del espectáculo a pesar de la escasez de acción e incluso de diálogos. El reparto impresiona: Bill Murray, Sharon Stone, Jessica Lange, Tilda Swinton y Julie Delpy, todas ellas antiguas amantes del veterano conquistador.

Solterón empedernido y ahora cincuentón, Don Johnston (Bill Murray), acaba de ser abandonado por su última novia, Sherry. Es entonces cuando resignado a pasar otra temporada solo, recibe una carta de una supuesta ex amante que sin identificarse le comunica que tuvo con ella un hijo hoy de 19 años, que podría estar buscándole. Lleno de curiosidad y espoleado por su amigo Winston, detective amateur, el veterano Don Juan va a visitar sin avisar a cuatro de sus antiguos amores, en busca de un pasado que hoy por hoy no le trae tantas alegrías.

"Muchos críticos -explicaba Jarmush en rueda de prensa- coinciden en decir que no le concedo demasiada importancia a la trama en mis películas. "Broken flowers" va en ese sentido. Es una historia simple que se concentra en los personajes más que en un guión. Así, no creo que se le pueda poner facilmente la etiqueta de un género determinado. En cualquier caso creo que es fiel a mi estilo: regodearse en los detalles y los matices en lugar de concentrarse en la acción".

Luc y Jean-Pierre Dardenne, ganadores de la Palma de Oro hace seis años con "Rosetta", trajeron no una comedia, sino un drama más bien duro, aunque el tono sea el general en esta jornada en la que el festival cruza su ecuador: cierto minimalismo cotidiano. Lo hermanos belgas narran la historia de una pareja muy joven: él, Bruno (Jérémie Rénier), con apenas 20 años, vive de pequeños robos con su banda de muchachos. Ella, Sonia (Déborah François), recibe, con 18, recibe una ayuda social. Ambos comparten la paternidad de un bebé que no parece existir al principio para su padre, quizás incapaz de asumir esa responsabilidad.

"No hemos intentado copiar la realidad -ha dicho Luc Dardenne-. El abandono de niños, por ejemplo, es una práctica de toda la vida. La venta "salvaje" puede quizás ser más reciente. Pero lo que nos interesaba en la película era ver si Bruno sería o no capaz de crear unos lazos con ese niño. Al principio, ni lo ve, literalmente. La pregunta que nos hacíamos era pues: ¿El amor que sentía por Sonia, que era enorme, sería suficiente para hacerle tener conciencia de la presencia de ese bebé?".

En los años 60, por presiones o directamente órdenes de las autoridades, numerosas familias chinas se vieron obligadas a abandonar las ciudades con destino a zonas rurales, supuestamente para apoyar el desarrollo económico de esas zonas pobres y formar un tercer frente de resistencia a una posible invasión rusa. La protagonista de "Shanghai dreams" tiene 19 años y es descendiente de una de esas familias que se asentaron en la provincia de Guizhou. Vive con sus padres y hermano. Aunque ella tiene allí amigos y hasta un novio, su padre está convencido de que su futuro será más facil yendo a Shanghai, lo cual conduce al enfrentamiento entre ambos.

"Shanghai dreams" es un film que confirma que las autoridades chinas poco a poco relajan su censura, aunque sea habitualmente respecto del pasado mucho más que del presente. Wang Xiaoshuai, uno de los cineastas con más sentido crítico y experiencias poco afortunadas respecto de la actitud gubernamental (en 1996 no le dejaron salir del país para presentar aquí en Cannes "So close to paradise", que además sufrió cortes en su estreno comercial chino), reflexiona en este nuevo trabajo sobre el autoritarismo y sus manipulaciones, esa alienación que puede trascender de lo social a lo personal, afectando a un padre que fue víctima él mismo de arbitrariedades y ahora sufre accesos de ira al comprobar los deseos de su hija de tener ideas y comportamientos independientes.

No estamos, desde luego ante un film al alcance de cualquier público, por su ritmo pausado sólo roto por esas acaloradas discusiones, pero sí de lo que uno puede esperar en la selección de Cannes, un cine profundo y que invita a la reflexión, aunque uno pueda plantearse si esto mismo no podría contarse con un poco más de ritmo y no en dos horas que a ratos se hacen más bien pesadas.

Xiaoshuai ha contado detalles este martes sobre el proceso creativo de su cinta y la reacción oficial: "La Oficina del Cine se reunió para discutir sobre el proyecto. Tras un debate, aceptaron autorizar el rodaje. Algunos días después, recibí oficialmente la autorización para filmar, que enseguida colgué en la pared como si fuera un título honorífico. Hacía diez años que la historia me rondaba... Ocurre que con los cambios que se suceden en nuestra sociedad, en la industria del cine chino -en cuanto a autorizaciones-, mi guión fue aprobado relativamente pronto, y estoy muy agradecido".
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Lauren Bush

Cannes: Cronenberg sorprende con "History of violence" y Von Trier se repite en "Manderlay"

16-V-05

Tras la guerra galáctica llegó la guerra autoral a la Croisette. Dos "niños bonitos" del circuito festivalero y de la crítica, el canadiense David Cronenberg y el danés Lars Von Trier, competían este lunes por la Palma de Oro, un premio que el segundo obtuvo no hace tanto con "Bailando en la oscuridad". Sin embargo, esta vez parece que ha sido Cronenberg el que se ha llevado el gato al agua, a tenor de los comentarios de la prensa especializada. Al menos, mientras Von Trier da más de lo mismo, al tratarse "Manderlay" de una secuela de "Dogville", protagonizada por el mismo personaje (aunque ya no interpretado por Nicole Kidman), "History of violence" sí representa algo novedoso en la carrera del oscuro e inquietante Cronenberg, por su sorprendente humor. Ambos coinciden en algo: estudiar el rostro menos "glamouroso" de la sociedad estadounidense, el primero el racismo y el segundo la violencia.

Con un reparto que encabezan Viggo Mortensen, María Bello, William Hurt (en su segundo film programado este año en Cannes) y Ed Harris, "History of violence" nos presenta la historia de un hombre que lleva una vida familiar de lo más integrada, hasta que salta del anonimato a la fama nacional gracias a su heroico comportamiento cuando unos criminales quieren robar su "dinner", y en defensa propia y de su clientela los mata. Sin embargo, esa notoriedad va a traerle problemas con un pasado en el que el hoy ciudadano modelo no lo era tanto.

Si La cinta representa un cambio sustancial en la morbosa negrura que habitualmente ha usado Cronenberg puede ser porque se trata en realidad de un "encargo". El canadiense escribió los guiones de sus emblemáticas "Naked lunch", "Crash" o "Videodrome", todas ellas visiones más bien enfermizas o alucinadas, no para estómagos muy delicados. En cambio, esta "History of violence" parte de un comic de John Wagner y Vince Locke, convertido en libreto por Josh Olson, que le fue ofrecido por los productores a Cronenberg en el 2003.

"Detrás del tema principal del robo que acaba en heroica defensa, hay cosas inquietantes. Es un "thriller" interesante porque tiene mucho de atípico. Admite diferentes lecturas, y la trama principal es sólo una de ellas", ha dicho el director de "La mosca", que ha querido escapar un poco de los comentarios victimistas de cierta prensa norteamericana que ve en los seleccionadores de Cannes un grupo de "antiamericanos" que cada año eligen films muy críticos sobre su sociedad, siempre relacionados con drogas, violencia y sexo desviado. Cronenberg, que durante la rueda de prensa y el previo "photo call" se ha dedicado a inmortalizar a sus actores y a los periodistas con una cámara de fotos profesional, cree que su película podría desarrollarse en cualquier parte.

No piensa lo mismo Lars Von Trier, que sí es abiertamente beligerante. Tras dibujar una imagen de la "América profunda" en su teatralizada parábola "Dogville", continúa su historia en un tono similar (ambientes oscuros, minima decoración, rodaje en estudio con los suelos dibujados, cámara en mano...), esta vez hablando del racismo y la esclavitud, que denuncia como vigente en los años 30, cuando transcurre su film. Nicole Kidman quedó exhausta tras la experiencia y ahora en esta secuela, "Manderlay", su personaje se lo ha atribuido el danés a Bryce Dallas Howard, la guapa hija del cineasta Ron Howard rebelada por "El bosque", sin preocuparle que sea bastante más joven que la "ex" de Tom Cruise.

Von Trier ha rechazado las críticas de los norteamericanos, alegando que él mismo es -sin quererlo- un ciudadano norteamericano más, "porque desde que nací al menos el 60 por ciento de lo que me rodea tiene su origen en EEUU, y sin embargo yo no puedo votar en ese país. Mi país está como muchos otros bajo la influencia norteamericana, una muy mala influencia. Por eso hago películas sobre ese país y me creo con pleno derecho a hacerlas. No me parece raro", y sin pelos en la lengua, añadía: "Bush es un gilipollas que está haciendo un montón de cosas absolutamente idiotas".

Crítica política aparte, "Manderlay", protagonizada también por el francés Isaach De Bankolé, Willem Dafoe, Danny Glover y Lauren Bacall, no aporta demasiadas novedades respecto de "Dogville", lo cual dejó un cierto sabor de "deja vu", por mucho que los incondicionales del director de "Los idiotas" o "Rompiendo las olas" la hayan apreciado a lo largo de sus más de dos horas de metraje.

Por cierto, las críticas de Von Trier contra Bush no parecen haber molestado a toda la familia. Muchos sonrieron al ver a una elegantísima Lauren Bush, modelo de profesión, hija del derechista gobernador de Florida y sobrina del presidente invasor de Irak, subiendo este lunes en la tarde las escaleras del Palais para ver precisamente "Manderlay".

Y terminamos con una mala noticia para el mexicano Guillermo Arriaga, guionista del film de Tommy Lee Jones "The three burials of Melquiades Estrada", que entrará en competición por la Palma de Oro el próximo día 20. La organización ha decidido eliminar este título de la paralela competencia por la Cámara de Oro, galardón a mejor opera prima, ya que ha constatado que Jones ya había dirigido antes... aunque para televisión, lo cual le invalida según las normas. Lo mismo ha pasado con otras dos supuestas primeras películas, cuyos directores también lo fueron en la pequeña pantalla. Una de ellas es "The king", ya exhibida en Un Certain Regard, cuyos protagonistas son los también mexicanos Gael García Bernal y Laura Elena Harring. Al menos la obra de Arriaga sí puede optar a las palmas, por estar en Sección Oficial.
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Galacticos en la Croisette

Cannes: Esplendor mexicano frente al peso del poder galáctico

15-V-05

Salma Hayek, miembro del jurado de este festival de Cannes 2005 es una mujer de carácter, a la que poco le ha preocupado lo que digan o murmuren los demás. Por eso, ni corta ni perezosa, no dudó este domingo en unirse al equipo de la cinta mexicana "Batalla en el cielo", de Carlos Reygadas, única cinta latina presente (gracias a su coproducción francesa) en la competición del certamen. El escote de la veracruzana compitió con el de otra compatriota, Laura Elena Harring, protagonista al lado de Gael García Bernal de "The King", cinta norteamericana presentada en Un Certain Regard. Sin embargo, para todos, el enemigo imbatible fue George Lucas y su equipo del "Episodio III: La venganza de los sith", sobre quienes recayó la mayor atención del día.

La crítica ha apreciado en general -aunque hubo cierta polémica e incluso aislados pitidos- el nuevo trabajo de Reygadas, algo más accesible que su "Japón", presentado aquí hace tres años en la Quincena de los Realizadores. "Batalla en el cielo" es la historia del chófer de un general, que en connivencia con su mujer secuestra a un niño para pedir rescate, pero accidentalmente éste muere y presa del arrepentimiento acaba confesando su crimen a la hija de su patrón, una joven que se prostituye por placer. Entre ambos surge una extraña relación y la chica le aconseja que se entregue a la policía.

"Quería de nuevo hacer una película sobre el conflicto interno de un hombre, pero esta vez en una ciudad, en un contexto más social. Los lugares donde rodé pueden parecer muy "de postal", pero como decía Hitchcock, para filmar bien Holanda, hay que usar los clichés que todos tenemos: los molinos, los canales... Entonces, yo he filmado a México tal y como es. Hay por tanto algo muy mexicano en mi película, pero por otro lado, el contexto es muy universal y abierto".

Entre los detractores del film, se destacaba la crudeza visual, incluída una felación real que sin duda dará mucho que hablar en México cuando se estrene "Batalla en el cielo". "He tratado de mostrar la humanidad del sexo. Hay cosas que ocurren en ese momento, no basta con decir esas personas hicieron el amor. Se trata de ver cómo lo hicieron, qué sentimientos tienen entre ellos, cómo se comunican. Y durante ese tiempo se está contando la película. No es nada pornográfico, porque ese tipo de cine trata de excitar al espectador, y esa no era ni mi intención ni el resultado, pienso. En mi película hay mucho sexo, tanto como en la vida", comentaba el cineasta mexicano a los periodistas.

"Me gusta filmar los cuerpos de cerca, porque los cuerpos son objetivos. Es decir que hay un medio de conocimiento a través de ellos que es más verídico que el obtenido a través de la voz, de lo que decimos o de la manera como nos movemos, que son siempre una máscara. Yo encuentro bellos los cuerpos de mis personajes, aunque no sean modelos. A mi me gusta mucho la pintura de Rubens, por ejemplo, y ellos se parecen a un Rubens, o en cualquier caso a la mayoría de la gente de la calle, no a los que salen en los comerciales", añadía Reygadas.

Los protagonistas de la cinta son desconocidos. A Marcos (Marcos Hernández) lo eligió por conocerlo a través de su padre desde hace muchos años, y es realmente chófer en la vida real. En cuanto a Anapola Mushkadiz, que es Ana, la prostituta vocacional, fue seleccionada en un "casting". Financiada con apoyo de Francia y otros países europeos, "Batalla en el cielo" ya ha conseguido distribución en Gran Bretaña, Bélgica, Francia y Holanda.

En el extremo opuesto de la política interpretativa, hay dos conocidos rostros mexicanos en otra cinta exhibida este domingo, "The king", dentro de Un Certain Regard. Encontramos como protagonista de este film independiente norteamericano dirigido por el británico James Marsh a Gael García Bernal y a Laura Elena Harring, quien rivalizaba en vestido escotado con la mismísima Salma. El film cuenta la historia de un joven de 21 años que deja la marina norteamericana para ir al encuentro de su padre, al que nunca conoció, y que ahora es un predicador baptista en Texas. William Hurt interpreta a ese padre que en principio le repudia, un papel inicialmente atribuído a Sam Shepard.

Volviendo a la competencia oficial dominical, pasó con más pena que gloria la cinta italiana "Quando sei nato non puoi piu nasconderti", de Marco Tullio Giordana, una bien intencionada y politicamente correcta parábola sobre un niño de una familia rica que durante un crucero por el Mediterráneo cae accidentalmente al agua y es rescatado por un joven que viaja en un barco donde se hacinan emigrantes ilegales rumanos. Todo es privisible en esta cinta cuya selección sólo puede explicarse -una vez más- por el hecho de que cuenta con coproductores franceses.

Y para el final dejamos ese "Episodio III" que tanta tinta y bits está dejando estos días en la prensa de todo el mundo, nuestro NOTICINE.com incluído. De manera que no nos extenderemos demasiado. Sólo comentar que la acogida fue buena en general, que la mayoría de los comentaristas la consideran un digno cierre de la saga, y unanimente la mejor al menos de la segunda trilogía.

Por su parte, Lucas ha comentado aquí que la opinión de la crítica no le preocupa demasiado, ya que "no les gustó ninguno de los episodios, incluídos los primeros". El ya muy canoso director ha incluso hecho una lectura política de su historia galáctica."Como se trata de un prólogo a la primera trilogía, había que explicar como una república se convertía en dictadura, en imperio. El primer tratamiento de la historia lo escribí en los años de Nixon y la guerra del Vietnam. En ese momento, la democracia estaba en peligro por un dictador en potencia... También estudié la historia de Roma, su senado, el asesinato de César... Lo mismo que Francia que a pesar de acabar con la monarquía luego dio el poder a Napoleón o Alemania que hizo algo similar con Hitler. Las idas y venidas entre democracia y dictadura son temas recurrentes en la historia", ha dicho.
© E.E. (Cannes)-NOTICINE.com