Héctor Babenco

Directores latinos desvelan su mundo privado en ciclo televisivo

1-VIII-06

El camino que los llevó a la dirección cinematográfica, su relación con los actores o las obsesiones que convierten en parte de su obra son algunos de los temas que tocarán doce de los realizadores latinoamericanos más representativos de la región, reconocidos a nivel internacional, en un ciclo especial que iniciará el próximo domingo 6 de agosto la cadena TNT en su señal para América Latina.

Directores Latinos, tal el título bajo el que se enmarca este ciclo, presentará doce capítulos presentados por otros tantos realizadores, quienes descubrirán su obra y su estilo de trabajo a través de una entrevista que se alternará con imágenes de sus películas y comentarios de profesionales que colaboraron con ellos, aunque el protagonismo siempre se mantendrá en las estrellas de este programa: los cineastas.

Para iniciar el ciclo, producido por TNT y desarrollado por la productora argentina Cuatro Cabezas (creadora de "Caiga quien caiga"), se presentará el capítulo destinado al recientemente fallecido Fabián Bielinsky, quien fue quizá el que mejor supo conjugar en estos últimos tiempos lo artístico con lo comercial dentro del cine argentino, dejando obras como "Nueve reinas" y "El aura". Otros directores argentinos que formarán parte de este programa son Adolfo Aristarain ("Un lugar en el mundo", "Martín (Hache)", "Roma"), Juan José Campanella ("El hijo de la novia", "Luna de Avellaneda", la miniserie "Vientos de agua") y Marcelo Piñeyro ("Plata quemada", "El método").

El también argentino aunque afincado en Brasil, Héctor Babenco ("El beso de la mujer araña", "Carandirú", "El pasado"), quien por estos días rueda "El pasado", protagonizada por Gael García Bernal, forma parte del programa, al igual que los brasileños Fernando Meirelles ("Ciudad de Dios", "El jardinero fiel") y Andrucha Waddington ("Yo, tú, ellos"), los mexicanos Arturo Ripstein ("Profundo Carmesí", "La reina de la noche"), Guillermo del Toro ("El espinazo del diablo", "Hellboy", "El laberinto del fauno"), Alfonso Cuarón ("Y tu mamá también", "Harry Potter y el prisionero de Azkabán") y Alejandro González Iñárritu ("Amores perros", "21 gramos"), y el chileno Andrés Wood ("Machuca").
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Otra imagen del film

"Quinceañera", un drama sobre latinos con mirada anglosajona

1-VIII-06

Considerada la sensación de la última edición del Festival de Cine de Sundance por haber conseguido el premio del público y del jurado, "Quinceañera" se estrenará este viernes en los Estados Unidos presentado un reparto de nuevos intérpretes latinos inmersos en una historia sobre sueños y decepciones en el país del norte, aunque extrañamente no son latinos sus directores, sino un estadounidense y un inglés que rodaron esta película tras entrar en contacto con esta comunidad.

Richard Glatzer es de Queens, Estados Unidos y Wash Westmoreland de Leeds, Inglaterra. La vida unió el camino de estos dos realizadores, que decidieron compartir techo en las afueras de Los Ángeles, más precisamente en Echo Park, un lugar donde los "gringos" se dejan ver poco y los latinos son mayoría. Entrar en contacto con la comunidad latina los introdujo a un nuevo mundo que luego se transformaría en tema central de su film, que nació tras ser invitados a la tradicional celebración de los 15 años de una joven.

"Quinceañera" cuenta la historia de Magdalena, una chica de 15 años que descubre que está embarazada, lo cual provoca un rechazo en sus padres, que deciden expulsarla de su casa, al igual que lo hacen con Carlos, su hermano, cuando descubren su homosexualidad. Con esta base, Glatzer y Westmoreland ponen en marcha un film que han definido al periódico La opinión como "un drama inglés con reggaetón", ya que tomaron la estructura de los dramas ingleses de los años 60, centrado en los dramas de gente ordinaria, agregándole condimentos latinos como el reggaetón, el ritmo que se impone entre los jóvenes.

Mucho de lo que se ve en la cinta son aportes hechos por los propios integrantes del reparto de este largometraje, encabezado por Emily Ríos (Magdalena) y Jesse García (Carlos), quienes son acompañados mayormente por actores no profesionales que básicamente se interpretan a sí mismos. "Nuestro propósito era tener en la pantalla a dos personas hablando y que su diálogo fuera real. Aunque los personajes se encuentren en situaciones inusuales, lo que quisimos es que sus reacciones fueran creíbles", explicaron los directores sobre esta elección, que se ha tornado habitual en el cine latinoamericano.

Rodada en tan solo 18 días y con un presupuesto de 400 mil dólares, la cinta pretende ser una mirada sobre "el conflicto dentro de una familia latina, su relación con la comunidad y la llegada de gente nueva al barrio", alejándola de los clichés en los que suelen caer este tipo de producciones.
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Orozco

La Escuela de Cataluña y Escándalo Films producen película de estudiantes

31-VII-06

La Escac (Escuela Superior de Cine y Audiovisuales de Cataluña) y Escándalo Films están desarrollando su primer largometraje conjunto, con el objetivo de posicionar a los alumnos de la institución como jefes de equipo dentro de las producciones audiovisuales.

Enmarcada dentro del proyecto “Ópera Prima”, la primera película entre Escac y Escándalo Films es "Lo mejor de mi", drama protagonizada por Lluís Homar ("Los Borgia", "La mala educación"), Carmen Machi ("Escuela de Seducción"), Marieta Orozco ("Barrio"), Marina Álvarez ("A golpes"), Juan Sanz ("Obaba") y Alberto Jiménez ("Pasos"). La historia está centrada en una joven pareja de gran éxito profesional y personal, Raquel y Tomás, quienes tendrán que pasar por una de las pruebas más duras de su vida: afrontar la angustia de un trasplante de hígado.

Dirigida por Roser Aguilar, la cinta cuenta con un equipo técnico formado por la combinación de aquellos que la institución y la empresa consideran los nuevos valores del panorama cinematográfico junto a reconocidos profesionales ligados a la trayectoria de la Escac como es el caso de Bernat Vilaplana (ex-alumno y montador de "El laberinto del Fauno", de Guillermo del Toro), Aintza Serra (directora de Producción de "Fausto 5.0", "Gaudi Afternoon", "Krampack"), Leo Casamitjana (directora Artística de "Las horas del día", "Fausto 5.0") , Oriol Tarragó (ex-alumno y montador de sonido de "El espinazo del Diablo", "La Monja", "Rotweiller") y Oriol Capel (ex-alumno y guionista de "Aida", "Siete vidas").

Con esta cinta, Escándalo Films debuta en la producción de largometraje después de una sólida carrera en formato corto y enfatizando el objetivo de promocionar a los nuevos valores de la cinematografía española, apoyándolos en su inserción laboral.
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¿Quién es el Sr. López?

Luis Mandoki no teme a amenazas y sigue adelante con su documental sobre López Obrador

31-VII-06

El realizador mexicano Luis Mandoki ha asegurado que seguirá trabajando en su serie documental "¿Y quién es el Señor López?" a pesar de los mensajes amenazadores que ha recibido en los últimos tiempos, como consecuencia de su apoyo al candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, quien sigue solicitando un recuento de votos del último sufragio desarrollado en México, que dio como vencedor al candidato del Partido de Acción Nacional (PAN), Felipe Calderón.

"He recibido mails de ataque, de insultos con palabras obscenas, me han hackeado mi e-mail. En fin, lo que se siente es un aparato peligroso. Hablan de conciliación, pero veo lo contrario. ¿Cómo se puede hablar de conciliación cuando nunca había visto una campaña como la que se hizo; ni en los tiempos del PRI había visto una elección tan fraudulenta", aseguró días atrás Mandoki al periódico La Jornada, denunciando así las amenazas recibidas como parte de su apoyo a López Obrador, representante de la coalición Por el Bien de Todos.

Estos mensajes no han callado la voz de Mandoki, sino que le han fortalecido por el cariño demostrado por la gente ante tal situación. "En la calle he recibido mucho cariño y agradecimiento, me dicen: 'gracias por informarnos frente a tanta desinformación y mentiras", explicó a El Universal el realizador de "Voces inocentes", quien aseguró que seguirá adelante con su plan de captar por medio de su cámara los vaivenes políticos de México, razón por la cual ha optado por retrasar su viaje a Estados Unidos, donde le esperan compromisos laborales.
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Escenas del film

OPINIÓN:"El Benny": notas altas y bajas de una vida (y de un film)

30-VII-06

Por Frank Padrón

Las primeras imágenes del irrepetible cantante negro irrumpiendo con su banda gigante a toda pantalla (hacía tiempo no se veía una película cubana en cinemascope), con las virtudes del sonido estéreo que trasmite la sensación de estar dentro del mismo, son realmente impresionantes y prometen un film a la altura de su protagonista, el inmenso Bartolomé Moré (El Benny), uno de los íconos no sólo musicales sino culturales, sociales de Cuba, por cuanto representa el genio cristalizado gracias a la tenacidad en un medio hostil, la tragedia que cercena una vida malograda debido al humano errar, la trascendencia de una obra, la permanencia de un trino que se engrandece con el tiempo, "aquella voz, delgada como el viento" al decir del poeta Fernández Retamar que suena más hermosa que nunca, de quien pudiera decirse como de Carlos Gardel, "cada día canta mejor".

Al transcurrir las dos horas de metraje, se descubre una obra irregular, en la que por más de un momento se desvanece la sensación inicial, a la vez que comprobamos no pocos rubros plenamente conseguidos que le confieren la estatura anunciada. Lo primero que sorprende gratamente es la conseguida ambientación de esa Habana de los años 40 a los iniciales 60, particularmente esos 50 tantas veces recreados dentro y fuera de nuestro cine, tradición ya conformada a la cual se suma magistralmente: el rico panorama musical de la urbe nocturna, sus cabarets, restaurantes y bares, o simplemente sus calles, sus taxis y sus casas (sin olvidar la humildad, muchas veces miseria del campo) han sido atrapados y trasmitidos por ese maestro de la dirección de arte en que se ha ido convirtiendo Erick Grass ("Miel para Oshún"), apoyado claro, por el excelente trabajo fotográfico de alguien que aún no había podido (de)mostrar su capacidad a plenitud al menos en el cine cubano: el también documentalista José Manuel Riera, quien explora y explota claroscuros y matices con verdadero detalle, desde el neón, la atmósfera "a media luz" del night club hasta la maravilla del atardecer en esta isla.

El realizador Jorge Luis Sánchez ("Las sombras corrosivas de Fidelio Ponce aún") ha insistido en que no se trata de una biografía fiel y que de los muchos Bennys posibles, él escogió el suyo, algo legítimo por supuesto, pero cuando uno reflexiona en lo que nos ofrece sobre el ser contradictorio y genial que acortó su vida por los efectos ya irreversibles del alcohol, se hubiera preferido más énfasis en las incidencias de la vida artística, las colisiones entre ésta y la personal que ciertos episodios absolutamente prescindibles (como la aventura con la cantante Maggie o las recurrencias del abuelo en el campo). Como mismo hay personajes (¡esa enfermera que lo soba libidinosamente y precipita al final su ruina!) no sólo bien diseñados sino enriquecedores, también se encuentran otros que poco o nada aportan a la trama (como el abuelo de Angeluis) o ese propio nieto, el político que atraviesa las etapas del cantante hasta llegar a la Revolución, cuya historia, como la paralela del movimiento clandestino antibatistiano, no se insertan felizmente en el corpus dramático.

En este sentido, la narración no es todo lo limpia que la historia requería. El director señalaba: "Tampoco quería hacer una película lineal y cronológica...y por eso están las retrospectivas porque me interesaba también inquietar al espectador, confundirlo un poco". A decir verdad, esto lo logra a plenitud, tanto que la diégesis sufre bastante con el exceso, absolutamente superfluo, de saltos y rupturas temporales que sólo enturbian el decursar del tiempo narrativo, mientras el espectador, sí, se confunde y abruma más de la cuenta, como escuché manifestar a varios vecinos de luneta durante una de las tandas en el Yara. Y eso que, todo hay que decirlo, la edición de Manuel Iglesias es otro de esos indiscutibles méritos a los que nos referíamos: remedando en este aspecto el tipo de cine de la época pero a la vez aplicando un criterio moderno, el capaz montajista confiere una continuidad y un ritmo que esas particiones del guión (escrito a dos manos por Sánchez y el desaparecido dramaturgo Abraham Rodríguez, el de "Andoba") hubieran afectado todavía más.

Entremos ahora en un acápite esencial: la música. Creo con toda sinceridad que la labor del ya probado orquestador Juan Manuel Ceruto es sencillamente excepcional, al obtener con artes casi mágicas que lo que escuchamos "suene" a la época de referencias, al Benny y su jazzband, a la vez que apreciamos un sonido increíblemente contemporáneo, con arreglos que respetan y reproducen, digamos, el protagonismo de los vientos-metales, los maravillosos contracantos del coro, la esencia de los ritmos trabajados por el artista (mambo, chachacha, rumba, son, bolero) en una labor de continuidad-ruptura que debe mucho a las conquistas posmodernas. Dentro de esto, la voz que emite este Moré fílmico, perteneciente al trovador santiaguero Juan Manuel Villi, es de un timbre asombrosamente parecido al del cantante emblemático, quizá un tanto engolada en ciertas modulaciones, pero de todos modos ideal para remedar un color y una proyección prácticamente irrepetibles.

Dos señalamientos, sin embargo, en este cristalizado rubro: pienso que se queda un tanto corta la presencia del repertorio del Benny, varios números se reducen demasiado, faltan otros que lo identifican; recientes biopics sobre músicos famosos (como Cole Porter o Ray Charles) sin dejar de ahondar en sus complejas vidas han contado mucho más con su obra en pantalla; en segundo lugar, considero un error finalizar, por cuanto supone una ruptura tonal infeliz, con el rap compuesto con Formell especialmente para el film éste, debió aparecer ya avanzados los créditos y coronar el desenlace con otra pieza del cantante (digamos la esencial "Oh, vida", una de las grandes ausentes aquí) de modo que complementara la fuerza lograda por las imágenes, de este modo debilitadas.

Por último, un ítem sin embargo imprescindible: las actuaciones. Si tantos elementos no fueran necesarios en una empresa como ésta, pudiera decirse con propiedad que "El Benny" es su intérprete, el debutante Renny Arozarena; con una convicción, una autenticidad y una fuerza poco comunes en los primeros trabajos, el joven se introduce en la órbita afectiva, profesional y vital del protagonista de manera simplemente admirable; transiciones, matices, esa impronta criolla, que oscilara entre el humor, la genialidad y la tragedia que signó su vida, son perfectamente entendidos, incorporados y proyectador por Arozarena. Afortunadamente, lo secundan otras labores de semejante alcance: el Olimpio de Enrique Molina (contenido y sensible), el Monchy, traidor y finalmente destruido de Mario Guerra (casualmente su "Benny" de la pieza "Delirio Habanero" estuvo hasta hace poco en cartelera teatral), el ajustado y seguro Pedrito de Kike Quiñones, alejado de los roles habituales del humorista, y , pese a su corto e impostado personaje, la Maggie de la siempre imponente Isabel Santos.

Con esos "do de pecho" y otras tantas desafinaciones "El Benny" es un digno tributo a una de las cumbres de la música cubana, y un film que marca un buen paso en los rumbos de nuestro cine. Enhorabuena a su director, a su competente equipo, a estos maridajes de una cultura tan rica capaz de engendrar frutos jugosos.
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