Crónicas
Ricardo Bofill estrenará su opera prima en abril
2-II-05
El tan polémico como polifacético Ricardo Bofill Jr., personaje habitual de la prensa rosa por sus relaciones sentimentales con la hija de Julio Iglesias, Chabeli, o la cantante mexicana Paulina Rubio, además de hijo de un prestigioso arquitecto catalán, estrenará el próximo 8 de abril su opera prima como guionista y realizador de cine: "Hot milk", que protagonizan Ana Turpin, Quique San Francisco, Sergio Pazos, Laura Domínguez, Vanesa Otero, y Zoe Berriatua.
La película cuenta la historia de Esther (Turpin), una inocente chica de campo que trabaja como lechera en una granja de los Pirineos. Le encanta bailar y sueña con que la coreografía que ha montado sirva para promocionar su lechería en una convención en Madrid. De viaje a la capital es engañada por Panoramix (Pazos) que le cambia el billete y la lleva a Ibiza. La recién llegada queda fascinada por la isla, donde encuentra renovadas energías. Comienza su transformación de Esther a Star, ajena a los planes ocultos del amplio muestrario de "clubbings" que le rodea.
"Hot Milk" es la segunda producción de Canónigo Films, productora que inició su andadura con "Rojo Sangre", cinta estelarizada por Paul Naschy. Precisamente Bofill fue el encargado de filmar el making of de ese largometraje. Anteriormente había realizado el cortometraje "Nietzsche", rodado en Los Angeles.
El tan polémico como polifacético Ricardo Bofill Jr., personaje habitual de la prensa rosa por sus relaciones sentimentales con la hija de Julio Iglesias, Chabeli, o la cantante mexicana Paulina Rubio, además de hijo de un prestigioso arquitecto catalán, estrenará el próximo 8 de abril su opera prima como guionista y realizador de cine: "Hot milk", que protagonizan Ana Turpin, Quique San Francisco, Sergio Pazos, Laura Domínguez, Vanesa Otero, y Zoe Berriatua.
La película cuenta la historia de Esther (Turpin), una inocente chica de campo que trabaja como lechera en una granja de los Pirineos. Le encanta bailar y sueña con que la coreografía que ha montado sirva para promocionar su lechería en una convención en Madrid. De viaje a la capital es engañada por Panoramix (Pazos) que le cambia el billete y la lleva a Ibiza. La recién llegada queda fascinada por la isla, donde encuentra renovadas energías. Comienza su transformación de Esther a Star, ajena a los planes ocultos del amplio muestrario de "clubbings" que le rodea.
"Hot Milk" es la segunda producción de Canónigo Films, productora que inició su andadura con "Rojo Sangre", cinta estelarizada por Paul Naschy. Precisamente Bofill fue el encargado de filmar el making of de ese largometraje. Anteriormente había realizado el cortometraje "Nietzsche", rodado en Los Angeles.
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Abierta la inscripción para la carrera de Cine y Artes Audiovisuales en Santa Fe
1-II-05
Entre el lunes 7 y el viernes 11 de febrero próximo se realiza el período de inscripción para cursar la Carrera de Cinematografía y Artes Audiovisuales en Santa Fe, ciudad argentina que medio siglo atrás albergó a la primera Escuela de Cine de América Latina y que ahora vuelve a ofrecer un ámbito adecuado para la formación de profesionales de la industria del cine.
La carrera de la Escuela de Cine de Santa Fe es de nivel terciario, con una duración de cuatro años y título de validez nacional. La estructura curricular y la carga horaria posibilita articular con el sistema universitario nacional para acceder a otras titulaciones. El Plan de Estudios es teórico-práctico, de cursado regular, con clases diarias de 19 a 23 horas, más trabajos prácticos complementarios y experimentales. Cuenta con cuatro itinerarios formativos: uno obligatorio, y tres optativos: cine documental, cine de ficción, cine de animación.
En las materias vinculadas a la Realización Audiovisual, la Producción Audiovisual, las Técnicas, la Fotografía y la iluminación, se aborda con especial interés el cine, la televisión y las nuevas tecnologías como recursos de la expresión artística y la comunicación cultural, educativa y científica.
El año académico 2004 fue inaugurado con una clase magistral del Maestro Fernando Birri, y distintos y prestigiosos cineastas, docentes, e investigadores, han dictado clases, seminarios y charlas didácticas en la Escuela durante el año. Lo cual se repetirá en el 2005, y se ampliará.
Los interesados en cursar la carrera de Cine en Santa Fe durante el 2005 deberán completar a la mayor brevedad la ficha de inscripción y presentar Certificado de Estudios Secundarios (fotocopia legalizada del Título, o Certificación ), DNI (fotocopia legalizada de las dos primeras páginas), Certificado de Vecindad, Certificado de Salud y 2 fotos 4 x 4.
Entre el 14 de febrero y el 25 de febrero 2005 se llevará a cabo la primera parte de los Encuentros Propedéuticos para ingresantes; mientras que la segunda parte tendrá lugar del 28 de marzo al 1 de abril. Este curso no es eliminatorio, pero debe acreditarse el 75% de asistencia.
La Escuela de Cine de Santa Fe es estatal, la enseñanza es gratuita, por lo tanto no hay aranceles. El inicio de clases está fijado para el 4 de abril. Para más información escribir a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo..
Entre el lunes 7 y el viernes 11 de febrero próximo se realiza el período de inscripción para cursar la Carrera de Cinematografía y Artes Audiovisuales en Santa Fe, ciudad argentina que medio siglo atrás albergó a la primera Escuela de Cine de América Latina y que ahora vuelve a ofrecer un ámbito adecuado para la formación de profesionales de la industria del cine.
La carrera de la Escuela de Cine de Santa Fe es de nivel terciario, con una duración de cuatro años y título de validez nacional. La estructura curricular y la carga horaria posibilita articular con el sistema universitario nacional para acceder a otras titulaciones. El Plan de Estudios es teórico-práctico, de cursado regular, con clases diarias de 19 a 23 horas, más trabajos prácticos complementarios y experimentales. Cuenta con cuatro itinerarios formativos: uno obligatorio, y tres optativos: cine documental, cine de ficción, cine de animación.
En las materias vinculadas a la Realización Audiovisual, la Producción Audiovisual, las Técnicas, la Fotografía y la iluminación, se aborda con especial interés el cine, la televisión y las nuevas tecnologías como recursos de la expresión artística y la comunicación cultural, educativa y científica.
El año académico 2004 fue inaugurado con una clase magistral del Maestro Fernando Birri, y distintos y prestigiosos cineastas, docentes, e investigadores, han dictado clases, seminarios y charlas didácticas en la Escuela durante el año. Lo cual se repetirá en el 2005, y se ampliará.
Los interesados en cursar la carrera de Cine en Santa Fe durante el 2005 deberán completar a la mayor brevedad la ficha de inscripción y presentar Certificado de Estudios Secundarios (fotocopia legalizada del Título, o Certificación ), DNI (fotocopia legalizada de las dos primeras páginas), Certificado de Vecindad, Certificado de Salud y 2 fotos 4 x 4.
Entre el 14 de febrero y el 25 de febrero 2005 se llevará a cabo la primera parte de los Encuentros Propedéuticos para ingresantes; mientras que la segunda parte tendrá lugar del 28 de marzo al 1 de abril. Este curso no es eliminatorio, pero debe acreditarse el 75% de asistencia.
La Escuela de Cine de Santa Fe es estatal, la enseñanza es gratuita, por lo tanto no hay aranceles. El inicio de clases está fijado para el 4 de abril. Para más información escribir a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo..
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Diez minutos con Alberto Ruiz Rojo
1-II-05
Con su obra "Diez minutos", el realizador Alberto Ruiz Rojo obtuvo el premio a mejor cortometraje de ficción en la XIX edición de los Premios Goya, una distinción que considera como "un pulso muy importante" para su carrera y el mayor logro que se puede conseguir hoy en día en el mundo del corto.
¿Qué es Diez minutos?
Es una historia sobre la comunicación en esta sociedad. Es una persona que llama por teléfono a un servicio de atención al cliente porque necesita urgentemente una información -de esa información depende que pueda recuperar a su chica o no- y se encuentra con la teleoperadora de turno, tipo “lamento que no le pueda dar esa información”, y no hay forma de hacerle entender que eso es necesario. A parte que lo que pide él es una tontería, pero es el muro de cemento inhumano que nos encontramos en esta sociedad.
¿De dónde surge la idea de hacer Diez minutos?
Pues la idea surge de experiencias absolutamente personales, de muchas broncas con servicios de atención al cliente, que de alguna manera, para mí, es una metáfora de una sociedad a la que nos encaminamos y en la cual priman más las normas que realmente la humanidad.
¿Cree que un Goya cambia su carrera?
Hombre, cambiarla radicalmente digamos que no, pero sí ayudar bastante. Yo creo que el Goya te puede abrir muchas puertas, puede hacer que accedas a que gente a la que no habrías accedido de otra forma y es una ayuda muy importante. Claro que sí. Sobre todo a gente como nosotros que estamos empezando. El que tiene ocho Goyas que le den otro más, pues como Alcaine o Aguirresarobe o Amenábar… que le den un Goya no va a significar nada en su carrera, pero en la nuestra -que somos gente que estamos empezando- es una cosa super importante.
¿Cómo llegaste al mundo de los cortos?
Mi pasión es dirigir y lo que yo quiero hacer es lo que yo hago: es dirigir. Entonces los cortos digamos que es una forma de poder autoproducirte, de poder realizar un trabajo que se vea, que se difunda y que pueda abrirte un camino para la dirección de cine.
En Diez minutos trabajas con Gustavo Salmerón, pero ¿has pensado con qué otros actores te gustaría trabajar?
Hombre, por querer trabajar me gustaría trabajar con Ed Harris. Es mi actor favorito de toda la historia, pero no tengo así…
¿Algún español?
Sí, hombre, me gusta los buenos actores. Hay muchos con los que me gustaría trabajar, pero no hay ninguno en concreto.
Con su obra "Diez minutos", el realizador Alberto Ruiz Rojo obtuvo el premio a mejor cortometraje de ficción en la XIX edición de los Premios Goya, una distinción que considera como "un pulso muy importante" para su carrera y el mayor logro que se puede conseguir hoy en día en el mundo del corto.
¿Qué es Diez minutos?
Es una historia sobre la comunicación en esta sociedad. Es una persona que llama por teléfono a un servicio de atención al cliente porque necesita urgentemente una información -de esa información depende que pueda recuperar a su chica o no- y se encuentra con la teleoperadora de turno, tipo “lamento que no le pueda dar esa información”, y no hay forma de hacerle entender que eso es necesario. A parte que lo que pide él es una tontería, pero es el muro de cemento inhumano que nos encontramos en esta sociedad.
¿De dónde surge la idea de hacer Diez minutos?
Pues la idea surge de experiencias absolutamente personales, de muchas broncas con servicios de atención al cliente, que de alguna manera, para mí, es una metáfora de una sociedad a la que nos encaminamos y en la cual priman más las normas que realmente la humanidad.
¿Cree que un Goya cambia su carrera?
Hombre, cambiarla radicalmente digamos que no, pero sí ayudar bastante. Yo creo que el Goya te puede abrir muchas puertas, puede hacer que accedas a que gente a la que no habrías accedido de otra forma y es una ayuda muy importante. Claro que sí. Sobre todo a gente como nosotros que estamos empezando. El que tiene ocho Goyas que le den otro más, pues como Alcaine o Aguirresarobe o Amenábar… que le den un Goya no va a significar nada en su carrera, pero en la nuestra -que somos gente que estamos empezando- es una cosa super importante.
¿Cómo llegaste al mundo de los cortos?
Mi pasión es dirigir y lo que yo quiero hacer es lo que yo hago: es dirigir. Entonces los cortos digamos que es una forma de poder autoproducirte, de poder realizar un trabajo que se vea, que se difunda y que pueda abrirte un camino para la dirección de cine.
En Diez minutos trabajas con Gustavo Salmerón, pero ¿has pensado con qué otros actores te gustaría trabajar?
Hombre, por querer trabajar me gustaría trabajar con Ed Harris. Es mi actor favorito de toda la historia, pero no tengo así…
¿Algún español?
Sí, hombre, me gusta los buenos actores. Hay muchos con los que me gustaría trabajar, pero no hay ninguno en concreto.
- © Ignacio Medina-NOTICINE.com
Entrevista: Con Matías Bize "En la Cama"
31-I-05
Matías Bize logró llamar la atención hace un par de años, cuando con mínimos medios, un grupo de amigos y una cámara e video filmó su primer largometraje: "Sábado". La historia de una joven (Blanca Lewin), que descubre que su novio le es infiel el mismo día que se van a casar. Vestida de novia, y con una cámara que la sigue constantemente, la película fue grabada en tiempo real y tras su estreno, fue presentada -y obtuvo premios-, en importantes festivales.
Ahora, Matías acaba de terminar su segunda película, donde en vez del tiempo real, juega con el pie forzado de una única locación y sólo dos personajes: una pareja (Blanca Lewin y Gonzalo Valenzuela) y las horas que pasan en una pieza de motel, una verdadera institución nacional en Chile.
Ya en la primera escena se ve a la pareja teniendo un apasionado encuentro sexual y la cámara los muestra de muy cerca, desde debajo de las sábanas de la cama. Una apuesta arriesgada, cuya idea original es del guionista Julio Rojas con quien el director ya trabajó en "Sábado". "Yo quería mantener el espíritu de mi anterior película. Que fuera sencilla en términos de producción, y que la energía estuviera puesta en las cosas importantes. En el guión, en la actuación y en contar una historia de forma atractiva", nos explica Bize.
La premisa es simple: "Dos jóvenes desconocidos entre si, Bruno y Daniela, descubren su vida en las 4 horas que dura su encuentro en un motel". Según Matías, se trata de si "es posible solamente tener sexo sin involucrar sentimientos. Son dos desconocidos que van por sexo, y que poco a poco empiezan a involucrarse, a contarse cosas personales y se van enamorando".
"No nos hicimos los tontos con las escenas de sexo", explica el director. "Eran parte importante de la película, si las hubiésemos obviado no habríamos sido poco verosímil con la historia. Sólo que no fue tema". Al momento de abordarlas, se hizo sin rollos, agrega. "Hay harto sexo y muy heavy. Aunque no es una película sobre sexo, sí hay. O sea, a esto se supone que fueron los personajes al motel", explica el director. "Pero quedé muy contento con la forma que quedaron hechas. Hay distintos tratamientos para las diferentes escenas de sexo de la película. Algunas más coreografiadas, otras más improvisadas... Y el tratamiento va cambiando, porque la relación de los personajes va evolucionado y va cambiando su forma de tener sexo dentro de la historia".
Y aunque Matías duda en decirlo, cree que la película "va a marcar un hito en el cine chileno en cuanto a las escenas de sexo. El que quiera ir a ver sexo, va a salir contento, pero se va a emocionar más con la historia. Yo creo que el cine es para eso, para conmover. A veces en el cine, la historia es una excusa para mostrar escenas de sexo. Aquí el sexo es la excusa para contar una historia".
Por su parte, la de "En la cama", Blanca Lewin, ya vio el primero corte de la película. "Está super bonita", dice, "estoy feliz de haber participado en este proyecto". Ya había trabajado con Matías Bize en dos cortos y en la película "Sábado", y aunque este proyecto le atrajo por su guión, "es una historia que exige escenas de mucha exposición, es bien heavy verse así, tanto rato. Me da nervio, me tapo un ojo".
Y es que sabe que la temática de la película y sus escenas de sexo van a dar que hablar. Y tiene claro por donde va a ir el énfasis de la prensa en general. "Estoy muerta de miedo. Al primer periodista que me pregunte una ordinariez, después no voy a querer hablar con nadie más. Me voy a tener que preparar, ver que hacer o decir".
Matías Bize logró llamar la atención hace un par de años, cuando con mínimos medios, un grupo de amigos y una cámara e video filmó su primer largometraje: "Sábado". La historia de una joven (Blanca Lewin), que descubre que su novio le es infiel el mismo día que se van a casar. Vestida de novia, y con una cámara que la sigue constantemente, la película fue grabada en tiempo real y tras su estreno, fue presentada -y obtuvo premios-, en importantes festivales.
Ahora, Matías acaba de terminar su segunda película, donde en vez del tiempo real, juega con el pie forzado de una única locación y sólo dos personajes: una pareja (Blanca Lewin y Gonzalo Valenzuela) y las horas que pasan en una pieza de motel, una verdadera institución nacional en Chile.
Ya en la primera escena se ve a la pareja teniendo un apasionado encuentro sexual y la cámara los muestra de muy cerca, desde debajo de las sábanas de la cama. Una apuesta arriesgada, cuya idea original es del guionista Julio Rojas con quien el director ya trabajó en "Sábado". "Yo quería mantener el espíritu de mi anterior película. Que fuera sencilla en términos de producción, y que la energía estuviera puesta en las cosas importantes. En el guión, en la actuación y en contar una historia de forma atractiva", nos explica Bize.
La premisa es simple: "Dos jóvenes desconocidos entre si, Bruno y Daniela, descubren su vida en las 4 horas que dura su encuentro en un motel". Según Matías, se trata de si "es posible solamente tener sexo sin involucrar sentimientos. Son dos desconocidos que van por sexo, y que poco a poco empiezan a involucrarse, a contarse cosas personales y se van enamorando".
"No nos hicimos los tontos con las escenas de sexo", explica el director. "Eran parte importante de la película, si las hubiésemos obviado no habríamos sido poco verosímil con la historia. Sólo que no fue tema". Al momento de abordarlas, se hizo sin rollos, agrega. "Hay harto sexo y muy heavy. Aunque no es una película sobre sexo, sí hay. O sea, a esto se supone que fueron los personajes al motel", explica el director. "Pero quedé muy contento con la forma que quedaron hechas. Hay distintos tratamientos para las diferentes escenas de sexo de la película. Algunas más coreografiadas, otras más improvisadas... Y el tratamiento va cambiando, porque la relación de los personajes va evolucionado y va cambiando su forma de tener sexo dentro de la historia".
Y aunque Matías duda en decirlo, cree que la película "va a marcar un hito en el cine chileno en cuanto a las escenas de sexo. El que quiera ir a ver sexo, va a salir contento, pero se va a emocionar más con la historia. Yo creo que el cine es para eso, para conmover. A veces en el cine, la historia es una excusa para mostrar escenas de sexo. Aquí el sexo es la excusa para contar una historia".
Por su parte, la de "En la cama", Blanca Lewin, ya vio el primero corte de la película. "Está super bonita", dice, "estoy feliz de haber participado en este proyecto". Ya había trabajado con Matías Bize en dos cortos y en la película "Sábado", y aunque este proyecto le atrajo por su guión, "es una historia que exige escenas de mucha exposición, es bien heavy verse así, tanto rato. Me da nervio, me tapo un ojo".
Y es que sabe que la temática de la película y sus escenas de sexo van a dar que hablar. Y tiene claro por donde va a ir el énfasis de la prensa en general. "Estoy muerta de miedo. Al primer periodista que me pregunte una ordinariez, después no voy a querer hablar con nadie más. Me voy a tener que preparar, ver que hacer o decir".
- © Daniel Olave M. (Chile)-NOTICINE.com
Crónica de ambiente: Los Goya del rápido agradecimiento
31-I-05
La decimonovena ceremonia de entrega de los premios Anuales de la Academia nació con un propósito: el de hacer que esta gala fuera la más corta y la más eficaz. Lo primero es posible, aunque dudoso, pero lo segundo es mucho más discutible. Los guionistas Antonio Albert, Alberto Maeso y Juan Luis Iborra -quien además hacía las veces de director- habían tomado una serie de medidas para conseguirlo. La primera, que las personas encargadas de entregar el premio no tuvieran guión. La segunda apremiaba a los galardonados en sus discursos: los dos micrófonos del auditorio se bajaban a los 30 segundos -no a los 59- de que hubieran empezado la lista de agradecimientos, pero apenas comenzar la gala se vinieron abajo unas veces antes y otras después, aleatoriamente. La intervención del actor Paco León caracterizado como Raquel Revuelta -lo mejor de la ceremonia, sin duda- superó con mucho la fórmula "los nominados son" y tras la protesta de Belén Rueda por tratarse del momento más bonito de un profesional del cine los micrófonos no volvieron a moverse del sitio.
La película "Mar adentro" de Alejandro Amenábar fue acaparando premios durante toda la noche. Tamar Novas se alzó como mejor actor revelación y dijo celebrarlo a la salida con sus compañeros de reparto y, ya en Galicia, con sus amigos. Después vendría el turno de Belén Rueda, mejor actriz revelación, que respondía así tras saberse ganadora del premio: "[ganar un Goya] es una sensación muy extraña, porque de repente oyes tú nombre y dices pero por qué, por qué. ¿Qué es esto? [El significado de este premio es] un impulso más para la película. Yo creo que todo esto nos ha hecho mucha ilusión al principio y luego esa tensión que piensas que va a ser así, pero cuando de repente es… ‘Mar adentro’ es una película muy especial que habla de temas que quizá no queramos hablar mucho: la vida y la muerte. Yo creo que eso ha sido lo que ha gustado". Por el momento no hay nuevos proyectos cinematográficos a la vista. Belén dijo continuar en la televisión con la serie "Los Serrano".
Tomaría el relevo Mabel Rivera, Goya a la mejor interpretación femenina de reparto: "la verdad es que estaba tranquila. Había ahí un apoyo muy grande. Y de alguna manera, todo el mundo lo daba por hecho. La competencia era muy dura, pero de todas formas he empezado a descontrolar un poco desde el primero, cuando llegó el de Tamar que me conmovió mucho". Además, adelantó que estaba pendiente del cierre de algún proyecto en Madrid y reivindicó la calidad de los actores gallegos desconocidos por el gran público.
Siguió Celso Bugallo, mejor interpretación masculina de reparto, que confesó haber hecho verdaderos esfuerzos por no emocionarse. Javier Bardem, galardonado con el Goya al mejor actor protagonista, discrepó con los miembros de la Academia calificando a su amigo Juan Diego como el mejor actor de todo el planeta. Una nerviosísima Lola Dueñas, mejor actriz protagonista, se mostraba deseosa de hablar con sus amigos y decía no sentarse a ver nuevas propuestas hasta pasado el ciclón "Mar adentro".
Alejandro Amenábar sumó tres Goyas más -mejor guión y música original y mejor director- a los cuatro con los que personalmente ya contaba. Admitió que el premio que más le había ilusionado durante la noche era el de Belén Rueda por tratarse de "una apuesta importante". Decía tener los Goya repartidos por toda la casa, uno de ellos sujetando la puerta de la habitación. En cuanto a la pregunta de qué era lo que más le costaba hacer, el director aseguraba que la música: "es lo que peor lo paso, sin lugar a dudas. Hasta el punto de tener que dejarlo y después volver a seguir".
La decimonovena ceremonia de entrega de los premios Anuales de la Academia nació con un propósito: el de hacer que esta gala fuera la más corta y la más eficaz. Lo primero es posible, aunque dudoso, pero lo segundo es mucho más discutible. Los guionistas Antonio Albert, Alberto Maeso y Juan Luis Iborra -quien además hacía las veces de director- habían tomado una serie de medidas para conseguirlo. La primera, que las personas encargadas de entregar el premio no tuvieran guión. La segunda apremiaba a los galardonados en sus discursos: los dos micrófonos del auditorio se bajaban a los 30 segundos -no a los 59- de que hubieran empezado la lista de agradecimientos, pero apenas comenzar la gala se vinieron abajo unas veces antes y otras después, aleatoriamente. La intervención del actor Paco León caracterizado como Raquel Revuelta -lo mejor de la ceremonia, sin duda- superó con mucho la fórmula "los nominados son" y tras la protesta de Belén Rueda por tratarse del momento más bonito de un profesional del cine los micrófonos no volvieron a moverse del sitio.
La película "Mar adentro" de Alejandro Amenábar fue acaparando premios durante toda la noche. Tamar Novas se alzó como mejor actor revelación y dijo celebrarlo a la salida con sus compañeros de reparto y, ya en Galicia, con sus amigos. Después vendría el turno de Belén Rueda, mejor actriz revelación, que respondía así tras saberse ganadora del premio: "[ganar un Goya] es una sensación muy extraña, porque de repente oyes tú nombre y dices pero por qué, por qué. ¿Qué es esto? [El significado de este premio es] un impulso más para la película. Yo creo que todo esto nos ha hecho mucha ilusión al principio y luego esa tensión que piensas que va a ser así, pero cuando de repente es… ‘Mar adentro’ es una película muy especial que habla de temas que quizá no queramos hablar mucho: la vida y la muerte. Yo creo que eso ha sido lo que ha gustado". Por el momento no hay nuevos proyectos cinematográficos a la vista. Belén dijo continuar en la televisión con la serie "Los Serrano".
Tomaría el relevo Mabel Rivera, Goya a la mejor interpretación femenina de reparto: "la verdad es que estaba tranquila. Había ahí un apoyo muy grande. Y de alguna manera, todo el mundo lo daba por hecho. La competencia era muy dura, pero de todas formas he empezado a descontrolar un poco desde el primero, cuando llegó el de Tamar que me conmovió mucho". Además, adelantó que estaba pendiente del cierre de algún proyecto en Madrid y reivindicó la calidad de los actores gallegos desconocidos por el gran público.
Siguió Celso Bugallo, mejor interpretación masculina de reparto, que confesó haber hecho verdaderos esfuerzos por no emocionarse. Javier Bardem, galardonado con el Goya al mejor actor protagonista, discrepó con los miembros de la Academia calificando a su amigo Juan Diego como el mejor actor de todo el planeta. Una nerviosísima Lola Dueñas, mejor actriz protagonista, se mostraba deseosa de hablar con sus amigos y decía no sentarse a ver nuevas propuestas hasta pasado el ciclón "Mar adentro".
Alejandro Amenábar sumó tres Goyas más -mejor guión y música original y mejor director- a los cuatro con los que personalmente ya contaba. Admitió que el premio que más le había ilusionado durante la noche era el de Belén Rueda por tratarse de "una apuesta importante". Decía tener los Goya repartidos por toda la casa, uno de ellos sujetando la puerta de la habitación. En cuanto a la pregunta de qué era lo que más le costaba hacer, el director aseguraba que la música: "es lo que peor lo paso, sin lugar a dudas. Hasta el punto de tener que dejarlo y después volver a seguir".
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