Crónicas
COLABORACIÓN: Hormigas bobas en La Habana
16-IX-05
Por Frank Padrón
La Habana de los 50, con aquella corruptela ambulante, el golpe de Batista y sus crímenes, los contrastes entre un mundo nocturno alucinante (casinos, cabarés...) frente a la pobreza citadina y sobre todo rural, así como la gestación de un soterrado movimiento que al final de la década arrojaría a la dictadura del poder, evidentemente seduce a cineastas de aquí y de allá.
Manuel Herrera acaba de estrenar, como sabemos, "Bailando chachachá"; Jorge Luis Sánchez tiene a punto la cinta sobre Benny Moré (en buena medida ambientada en la época), Róbert Redford dirigió en los 80 su famosa "Havana" y ahora el español Mariano Barroso ("El tiempo de las mariposas") nos entrega "Hormigas en la boca", que sitúa una historia de (des)amor, traición y venganza en esos tiempo y espacio.
Digámoslo de entrada y sin ambages: la película no funciona, y ello se sospecha desde que, quince minutos transcurridos tras los créditos aquello no "arranca", y tal languidez narrativa va envolviendo trama y personajes hasta el final, en que cierta movilidad de tiroteo y acción no puede ya levantar el muerto ni deshacer el entuerto.
No recuerdo hacía mucho una película tan aburrida, tan desnutrida, tan anémica en sus partes y su todo, tan falta de sal y pimienta pese a que los ingredientes argumentales podían haber arrojado lo contrario.
Se ha hablado de deficiencia en el guión y es muy cierto, pero no olvidemos cuánto buen cine se ha erigido sobre novelitas mediocres o libretos nada prometedores, que sin embargo un director con todas las de la ley (llámese Hitchcock, Buñuel o Gutiérrez Alea) han enderezado, aderezado, logrando al menos, dignos resultados.
Aquí hay que hablar, sobre todo , de una pedestre dirección. Mariano Barroso ha ofrecido muestras, sin embargo, de saber tomar mejor el timonel y conducir el barco por otros mares, si bien su aún breve obra está ya signada por la irregularidad: "Extasis" resultaba indudablemente una historia atractiva notablemente puesta en pantalla, "Los lobos de Washington", cine negro que se "trababa" a veces, que dejaba ciertos cabos sueltos y no redondeaba bien todos los qués y por qués , pero ofrecía una intriga disfrutable hasta el final; "El tiempo de las mariposas", respetable cine político que no se ahorraba ciertos lugares comunes, pero llevaba a buen puerto la historia de las dominicanas hermanas Mirabal con la dictadura de Trujillo como fondo y causa.
Pero esta vez Barroso aparece cual inmaduro y titubeante primerizo que no supiera mínimamente cómo accionar la cámara, cómo enlazar varias situaciones y subtramas, como dar un seguimiento coherente e interesante a la anécdota principal, cómo dotar las acciones de sus personajes de una dosis al menos de verosimilitud y cómo aplicar consistencia a esos caracteres, por mucho esfuerzo que hagan sus protagónicos (el catalán Eduard Fernández, Ariadna Gil) o los cubanos Jorge Perugorría, Isabel Santos, Manuel Porto, Samuel Claxton y Néstor Jiménez en muy bien interpretados secundarios, por muy redonda que haya quedado la Habana de los cincuenta en un riguroso trabajo de reconstrucción y ambientación, por muy escrutadora y preciosista que se nos revele la fotografía y por mucho que la edición intente aplicar cierta organicidad a la dispersa e incoherente trama.
Cuando el capitán del barco no conduce bien, la nave se va a pique, y el naufragio de "Hormigas en la boca" es peor que el del Titanic.
Por Frank Padrón
La Habana de los 50, con aquella corruptela ambulante, el golpe de Batista y sus crímenes, los contrastes entre un mundo nocturno alucinante (casinos, cabarés...) frente a la pobreza citadina y sobre todo rural, así como la gestación de un soterrado movimiento que al final de la década arrojaría a la dictadura del poder, evidentemente seduce a cineastas de aquí y de allá.
Manuel Herrera acaba de estrenar, como sabemos, "Bailando chachachá"; Jorge Luis Sánchez tiene a punto la cinta sobre Benny Moré (en buena medida ambientada en la época), Róbert Redford dirigió en los 80 su famosa "Havana" y ahora el español Mariano Barroso ("El tiempo de las mariposas") nos entrega "Hormigas en la boca", que sitúa una historia de (des)amor, traición y venganza en esos tiempo y espacio.
Digámoslo de entrada y sin ambages: la película no funciona, y ello se sospecha desde que, quince minutos transcurridos tras los créditos aquello no "arranca", y tal languidez narrativa va envolviendo trama y personajes hasta el final, en que cierta movilidad de tiroteo y acción no puede ya levantar el muerto ni deshacer el entuerto.
No recuerdo hacía mucho una película tan aburrida, tan desnutrida, tan anémica en sus partes y su todo, tan falta de sal y pimienta pese a que los ingredientes argumentales podían haber arrojado lo contrario.
Se ha hablado de deficiencia en el guión y es muy cierto, pero no olvidemos cuánto buen cine se ha erigido sobre novelitas mediocres o libretos nada prometedores, que sin embargo un director con todas las de la ley (llámese Hitchcock, Buñuel o Gutiérrez Alea) han enderezado, aderezado, logrando al menos, dignos resultados.
Aquí hay que hablar, sobre todo , de una pedestre dirección. Mariano Barroso ha ofrecido muestras, sin embargo, de saber tomar mejor el timonel y conducir el barco por otros mares, si bien su aún breve obra está ya signada por la irregularidad: "Extasis" resultaba indudablemente una historia atractiva notablemente puesta en pantalla, "Los lobos de Washington", cine negro que se "trababa" a veces, que dejaba ciertos cabos sueltos y no redondeaba bien todos los qués y por qués , pero ofrecía una intriga disfrutable hasta el final; "El tiempo de las mariposas", respetable cine político que no se ahorraba ciertos lugares comunes, pero llevaba a buen puerto la historia de las dominicanas hermanas Mirabal con la dictadura de Trujillo como fondo y causa.
Pero esta vez Barroso aparece cual inmaduro y titubeante primerizo que no supiera mínimamente cómo accionar la cámara, cómo enlazar varias situaciones y subtramas, como dar un seguimiento coherente e interesante a la anécdota principal, cómo dotar las acciones de sus personajes de una dosis al menos de verosimilitud y cómo aplicar consistencia a esos caracteres, por mucho esfuerzo que hagan sus protagónicos (el catalán Eduard Fernández, Ariadna Gil) o los cubanos Jorge Perugorría, Isabel Santos, Manuel Porto, Samuel Claxton y Néstor Jiménez en muy bien interpretados secundarios, por muy redonda que haya quedado la Habana de los cincuenta en un riguroso trabajo de reconstrucción y ambientación, por muy escrutadora y preciosista que se nos revele la fotografía y por mucho que la edición intente aplicar cierta organicidad a la dispersa e incoherente trama.
Cuando el capitán del barco no conduce bien, la nave se va a pique, y el naufragio de "Hormigas en la boca" es peor que el del Titanic.
- © NOTICINE.com
"Obaba", "Princesas" o "Ninette" representará a España en el Oscar
16-IX-05
De acuerdo a la votación de los miembros de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, entre "Obaba", de Montxo Armendáriz; "Princesas", de Fernando León de Aranoa; y "Ninette", de José Luis Garci, se dirimirá la representación de España en la próxima edición de los premios Oscar.
En la sede de la Sociedad General de Autores, con la presencia del notario Luis Rueda y la directora general de la Academia, Ana Arrieta, se anunció que "Obaba", "Princesas" y "Ninette" fueron las películas seleccionadas por los integrantes de la entidad, para que de entre ellas se elija a la película que representará al país en el intento por ingresar al apartado de mejor película extranjera en los Oscar, que precisamente fue ganado el pasado año por una cinta española: "Mar adentro", de Alejandro Amenábar.
Tanto "Ninette", la visión del famoso personaje de Miguel Mihura realizada por Garci, como "Princesas", una historia sobre la prostitución, ya llevan unas semanas en la cartelera nacional; en tanto que "Obaba", adaptación de la novela de Bernardo Atxaga "Obabakoak", acaba de ser lanzada comercialmente el viernes, luego de pre-estrenar se el Festival de San Sebastián.
La selección final de la representante local se conocerá el día 29, mientras que la Academia de Hollywood anunciará las nominaciones al Oscar el 31 de enero.
De acuerdo a la votación de los miembros de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, entre "Obaba", de Montxo Armendáriz; "Princesas", de Fernando León de Aranoa; y "Ninette", de José Luis Garci, se dirimirá la representación de España en la próxima edición de los premios Oscar.
En la sede de la Sociedad General de Autores, con la presencia del notario Luis Rueda y la directora general de la Academia, Ana Arrieta, se anunció que "Obaba", "Princesas" y "Ninette" fueron las películas seleccionadas por los integrantes de la entidad, para que de entre ellas se elija a la película que representará al país en el intento por ingresar al apartado de mejor película extranjera en los Oscar, que precisamente fue ganado el pasado año por una cinta española: "Mar adentro", de Alejandro Amenábar.
Tanto "Ninette", la visión del famoso personaje de Miguel Mihura realizada por Garci, como "Princesas", una historia sobre la prostitución, ya llevan unas semanas en la cartelera nacional; en tanto que "Obaba", adaptación de la novela de Bernardo Atxaga "Obabakoak", acaba de ser lanzada comercialmente el viernes, luego de pre-estrenar se el Festival de San Sebastián.
La selección final de la representante local se conocerá el día 29, mientras que la Academia de Hollywood anunciará las nominaciones al Oscar el 31 de enero.
- © Redacción-NOTICINE.com
Alicia Scherson estrena en Chile su multipremiada opera prima, "Play"
15-IX-05
"Play", que acaba de estrenarse en Chile, es la primera película de Alicia Scherson, parte de la nueva camada de realizadores que está estrenando sus primeras obras en el país austral. Pertenece a una generación con estudios profesionales de cine, aunque a diferencia de otros que han estudiado en las escuelas locales, ella lo hizo en el extranjero. Pero si tiene en común con gente como Pablo Solís y Francisca Schweitzer ("Paréntesis") y Matías Bize ("En la Cama"), su interés por temáticas contemporáneas y de corte urbano.
"Play" es una historia intrínsecamente urbana que se acerca al igual que "Paréntesis" al cine independiente norteamericano, en especial al cine de Sofía Coppola ("Vírgenes Suicidas", "Perdidos en Tokio / Lost in Translation"). Pero también tiene puntos en común con una tendencia de cierto cine latinoamericano actual, principalmente argentina Lucrecia Martel ("La Ciénaga", "La Niña Santa").
Realizada en formato de alta definición, "Play" también contó con el importante aporte en el equipo del argentino Ricardo de Angelis, director de fotografía de films como "Hombre mirando al sudeste" y "Un lugar en el mundo". La cinta acaba de recibir un premio especial en el Festival de Montreal, el galardón del público en el primer Festival de Cine de Santiago (Sanfic) y un importante premio a la mejor dirección en el Festival de Cine de Tribeca de Nueva York, creado por Robert De Niro, lo que le dio un importante impuslo internacional.
Según cuenta su directora Alicia Scherson: "A este festival le teníamos echado el ojo hace tiempo en el contexto de festivales que tienen proyección de alta definición, porque nos interesaba ver como funciona en HD. Nuestra apuesta por ese formato pretende ser más que una cuestión presupuestaria no más. Pero salió la coproducción con Francia, y pudimos hacer la copia en 35 mm., pero aún así vamos a tener una proyección en HD".
"Pero también", agerga la realizadora, "porque es un festival independiente, que se está perfilando como el nuevo Sundance. Tribeca tiene el glamour de Robert De Niro y fuera de competencia, siempre hay películas taquilleras, pero en competencia hay específica puro cine independiente, mucha opera prima y de todas partes del mundo".
Según explica la directora debutante, "vino el seleccionador para acá y a través de la cancillería vio todas las películas chilenas. Nos seleccionaron y en ese momento nosotros estábamos postulando a Cannes también pero no teníamos tiempo para esperar. Así que tomamos la decisión, súper sabia creo yo, de estrenar en un festival más chico y de no correr el riesgo de no quedar en Cannes".
Alicia Scherson estudió primero cine en Cuba, donde se empapó del cine clásico, y trabajó con grandes equipos humanos. Filmó en cine de 16 mm. Con cámaras profesionales de cine, editando en moviola, etc. Luego estuvo una temporada en Chicago, donde estudió en la Escuela de Arte y se enfrentó a otra realidad, más individual y con énfasis en las nuevas tecnologías, el video arte y el digital. "Allí aprendí a hacer películas yo sola, a montar, hacer sonido, etc. e hice proyectos más cercano al video arte, pero siempre ligado a la ficción".
Toda esa experiencia y visiones diversas sobre el fenómeno cinematográfico, fue las que reunió Alicia Scherson al desarrollar su primer largometraje. Según resume en sus propias palabras, "Play" cuenta la historia de "un arquitecto deprimido lo pierde todo. Pierde a su novia, pierde su maletín y sus ganas de vivir. Y comienza a ser perseguido por una chica mapuche que vive en Santiago cuidando a un viejo enfermo y que a partir de un maletín que se encuentra en la basura, comienza a obsesionarse por este hombre en crisis y a seguirlo por toda la ciudad. Una película muy urbana, que recorre casi todo Santiago y que tiene estas dos historias en paralelas".
"Por un lado", agrega Alicia, "hay una visión de Santiago, una manera de ver la ciudad y enfrentar este problema de ser santiaguino de vivir en una ciudad sin identidad. La película busca esta identidad, pero en un tono no realista, sino subjetivo y fabulesco. Pero que trata igual de peguntarse sobre esta mescolanza de culturas, de influencias de afuera. Y en esa misma línea, pensar en la identidad de la gente, las cosas que hacen que nos definamos. Hay varias preguntas ahí, tiradas en la mesa, pero no hay ambición de responderlas, solamente abrir esa discusión sobre la identidad".
"Play", que acaba de estrenarse en Chile, es la primera película de Alicia Scherson, parte de la nueva camada de realizadores que está estrenando sus primeras obras en el país austral. Pertenece a una generación con estudios profesionales de cine, aunque a diferencia de otros que han estudiado en las escuelas locales, ella lo hizo en el extranjero. Pero si tiene en común con gente como Pablo Solís y Francisca Schweitzer ("Paréntesis") y Matías Bize ("En la Cama"), su interés por temáticas contemporáneas y de corte urbano.
"Play" es una historia intrínsecamente urbana que se acerca al igual que "Paréntesis" al cine independiente norteamericano, en especial al cine de Sofía Coppola ("Vírgenes Suicidas", "Perdidos en Tokio / Lost in Translation"). Pero también tiene puntos en común con una tendencia de cierto cine latinoamericano actual, principalmente argentina Lucrecia Martel ("La Ciénaga", "La Niña Santa").
Realizada en formato de alta definición, "Play" también contó con el importante aporte en el equipo del argentino Ricardo de Angelis, director de fotografía de films como "Hombre mirando al sudeste" y "Un lugar en el mundo". La cinta acaba de recibir un premio especial en el Festival de Montreal, el galardón del público en el primer Festival de Cine de Santiago (Sanfic) y un importante premio a la mejor dirección en el Festival de Cine de Tribeca de Nueva York, creado por Robert De Niro, lo que le dio un importante impuslo internacional.
Según cuenta su directora Alicia Scherson: "A este festival le teníamos echado el ojo hace tiempo en el contexto de festivales que tienen proyección de alta definición, porque nos interesaba ver como funciona en HD. Nuestra apuesta por ese formato pretende ser más que una cuestión presupuestaria no más. Pero salió la coproducción con Francia, y pudimos hacer la copia en 35 mm., pero aún así vamos a tener una proyección en HD".
"Pero también", agerga la realizadora, "porque es un festival independiente, que se está perfilando como el nuevo Sundance. Tribeca tiene el glamour de Robert De Niro y fuera de competencia, siempre hay películas taquilleras, pero en competencia hay específica puro cine independiente, mucha opera prima y de todas partes del mundo".
Según explica la directora debutante, "vino el seleccionador para acá y a través de la cancillería vio todas las películas chilenas. Nos seleccionaron y en ese momento nosotros estábamos postulando a Cannes también pero no teníamos tiempo para esperar. Así que tomamos la decisión, súper sabia creo yo, de estrenar en un festival más chico y de no correr el riesgo de no quedar en Cannes".
Alicia Scherson estudió primero cine en Cuba, donde se empapó del cine clásico, y trabajó con grandes equipos humanos. Filmó en cine de 16 mm. Con cámaras profesionales de cine, editando en moviola, etc. Luego estuvo una temporada en Chicago, donde estudió en la Escuela de Arte y se enfrentó a otra realidad, más individual y con énfasis en las nuevas tecnologías, el video arte y el digital. "Allí aprendí a hacer películas yo sola, a montar, hacer sonido, etc. e hice proyectos más cercano al video arte, pero siempre ligado a la ficción".
Toda esa experiencia y visiones diversas sobre el fenómeno cinematográfico, fue las que reunió Alicia Scherson al desarrollar su primer largometraje. Según resume en sus propias palabras, "Play" cuenta la historia de "un arquitecto deprimido lo pierde todo. Pierde a su novia, pierde su maletín y sus ganas de vivir. Y comienza a ser perseguido por una chica mapuche que vive en Santiago cuidando a un viejo enfermo y que a partir de un maletín que se encuentra en la basura, comienza a obsesionarse por este hombre en crisis y a seguirlo por toda la ciudad. Una película muy urbana, que recorre casi todo Santiago y que tiene estas dos historias en paralelas".
"Por un lado", agrega Alicia, "hay una visión de Santiago, una manera de ver la ciudad y enfrentar este problema de ser santiaguino de vivir en una ciudad sin identidad. La película busca esta identidad, pero en un tono no realista, sino subjetivo y fabulesco. Pero que trata igual de peguntarse sobre esta mescolanza de culturas, de influencias de afuera. Y en esa misma línea, pensar en la identidad de la gente, las cosas que hacen que nos definamos. Hay varias preguntas ahí, tiradas en la mesa, pero no hay ambición de responderlas, solamente abrir esa discusión sobre la identidad".
- © Daniel Olave (Chile)-NOTICINE.com
ESTRENO: "El aura", el regreso con gloria de Fabián Bielinsky
15-IX-05
Cinco años atrás, el argentino Fabián Bielinsky debutaba como director de largometrajes con una pequeña historia de dos criminales que se enfrentaban a la oportunidad de sus vidas, luego de presentarse a un concurso de la productora Patagonik Film Group, cuyo premio consistía en la financiación de ese proyecto. Esa película se llamó "Nueve reinas" y representó todo un hito en el cine argentino reciente, consiguiendo la nada fácil misión de ser alabada tanto por la crítica como por el público. Ahora, Bielinsky regresa a las pantallas argentinas con su segundo paso como realizador, "El aura", film donde vuelve a contar con el protagonismo del indispensable Ricardo Darín, aunque la trama se ubica en las antípodas de su opera prima.
"Nueve reinas" me abrió un camino de enormes oportunidades. Hoy mi manera de agradecerle es tomar un camino radicalmente diferente, con las satisfacciones y los riesgos que eso implica", dice Bielinsky acerca de "El aura", un film, que como bien explica el cineasta, se aleja en todo sentido de aquel suceso que fue "Nueve reinas". Si bien el tema de cometer un crimen marca un punto de unión entre ambas cintas, donde la primera era todo ritmo, en esta es todo quietud; donde Darín era pura extroversión, aquí es toda introversión; donde Buenos Aires dictaba la velocidad de la historia, el misterio y tranquilidad de un bosque es el que otorga ese clima enrarecido que acompaña todo el metraje.
"Aura" se denomina a ese momento en que las personas que sufren epilepsia viven un instante de desorientación, donde todo se confunde, y se sensibilizan los sentidos. Esa es la experiencia que vive un taxidermista -del que nunca se menciona el nombre-, cada vez que se le presenta una crisis. Este hombre introvertido, parco, de pocas palabras, siente que cuenta con una característica que lo distingue del resto: la inteligencia. Una y mil veces ha pensado la forma de cometer el crimen perfecto, aduciendo que no olvida nada de lo que ve, aunque nunca se atrevió a cometerlo. Un viaje al sur lo involucrará de forma accidental en un plan delictivo -robar un casino que está a punto de cerrar-, el cual representa esa oportunidad de demostrar que puede cometer el atraco ideal, aunque como se suele decirse: del dicho al hecho, hay un largo trecho.
Bielinsky imaginó esta historia más de dos décadas atrás, en 1984, cuando era un asistente de dirección recién egresado de la escuela de cine. En veinte años, la trama se modificó hasta convertirse casi en lo contrario de aquella idea original. "Tenía un héroe y una sólida estructura moral, que incluía la redención y el sacrificio", recuerda Bielinsky sobre ese primer boceto de la historia, que el tiempo hizo que el héroe se convirtiera en poco menos que lo opuesto y la estructura moral se cayera al piso, ante el convencimiento de que "no hay sacrificio posible que redima a nadie". Precisamente ese taxidermista que interpreta Darín no busca ningún tipo de justificación a sus acciones, es una persona que se deja llevar por las circunstancias y luego busca salirse con la suya.
Con todo el peso de la película en sus hombros, Darín entrega otra actuación magistral, acotando sus recursos para meterse en la piel de ese hombre gris, que representa los ojos del espectador. Esa contención inicial hasta la explosión final marcan el ritmo de esta cinta, más psicológica que visceral -al igual que su protagonista-, aunque la violencia -directa, torpe, real- no este ausente y haga su aparición en el momento preciso. Esto reafirma la capacidad como narrador de Bielinsky, único cineasta argentino que parece haber hallado la clave para fusionar de forma feliz al arte con la industria.
Cinco años atrás, el argentino Fabián Bielinsky debutaba como director de largometrajes con una pequeña historia de dos criminales que se enfrentaban a la oportunidad de sus vidas, luego de presentarse a un concurso de la productora Patagonik Film Group, cuyo premio consistía en la financiación de ese proyecto. Esa película se llamó "Nueve reinas" y representó todo un hito en el cine argentino reciente, consiguiendo la nada fácil misión de ser alabada tanto por la crítica como por el público. Ahora, Bielinsky regresa a las pantallas argentinas con su segundo paso como realizador, "El aura", film donde vuelve a contar con el protagonismo del indispensable Ricardo Darín, aunque la trama se ubica en las antípodas de su opera prima.
"Nueve reinas" me abrió un camino de enormes oportunidades. Hoy mi manera de agradecerle es tomar un camino radicalmente diferente, con las satisfacciones y los riesgos que eso implica", dice Bielinsky acerca de "El aura", un film, que como bien explica el cineasta, se aleja en todo sentido de aquel suceso que fue "Nueve reinas". Si bien el tema de cometer un crimen marca un punto de unión entre ambas cintas, donde la primera era todo ritmo, en esta es todo quietud; donde Darín era pura extroversión, aquí es toda introversión; donde Buenos Aires dictaba la velocidad de la historia, el misterio y tranquilidad de un bosque es el que otorga ese clima enrarecido que acompaña todo el metraje.
"Aura" se denomina a ese momento en que las personas que sufren epilepsia viven un instante de desorientación, donde todo se confunde, y se sensibilizan los sentidos. Esa es la experiencia que vive un taxidermista -del que nunca se menciona el nombre-, cada vez que se le presenta una crisis. Este hombre introvertido, parco, de pocas palabras, siente que cuenta con una característica que lo distingue del resto: la inteligencia. Una y mil veces ha pensado la forma de cometer el crimen perfecto, aduciendo que no olvida nada de lo que ve, aunque nunca se atrevió a cometerlo. Un viaje al sur lo involucrará de forma accidental en un plan delictivo -robar un casino que está a punto de cerrar-, el cual representa esa oportunidad de demostrar que puede cometer el atraco ideal, aunque como se suele decirse: del dicho al hecho, hay un largo trecho.
Bielinsky imaginó esta historia más de dos décadas atrás, en 1984, cuando era un asistente de dirección recién egresado de la escuela de cine. En veinte años, la trama se modificó hasta convertirse casi en lo contrario de aquella idea original. "Tenía un héroe y una sólida estructura moral, que incluía la redención y el sacrificio", recuerda Bielinsky sobre ese primer boceto de la historia, que el tiempo hizo que el héroe se convirtiera en poco menos que lo opuesto y la estructura moral se cayera al piso, ante el convencimiento de que "no hay sacrificio posible que redima a nadie". Precisamente ese taxidermista que interpreta Darín no busca ningún tipo de justificación a sus acciones, es una persona que se deja llevar por las circunstancias y luego busca salirse con la suya.
Con todo el peso de la película en sus hombros, Darín entrega otra actuación magistral, acotando sus recursos para meterse en la piel de ese hombre gris, que representa los ojos del espectador. Esa contención inicial hasta la explosión final marcan el ritmo de esta cinta, más psicológica que visceral -al igual que su protagonista-, aunque la violencia -directa, torpe, real- no este ausente y haga su aparición en el momento preciso. Esto reafirma la capacidad como narrador de Bielinsky, único cineasta argentino que parece haber hallado la clave para fusionar de forma feliz al arte con la industria.
- © Cynthia M. García-NOTICINE.com
Felipe Cazals se prepara para el estreno mundial de "Las vueltas del Citrillo"
14-IX-05
El cineasta mexicano Felipe Cazals estrenará a nivel internacional su más reciente película, "Las vueltas del Citrillo", en el Nuevo Festival de Cine de Montreal (del 18 al 25 de septiembre). Es una producción del IMCINE (a través del FIDECINE), 4 Soles Films, los Estudios Churubusco Azteca y la Universidad de Guadalajara. La premiere tendrá lugar el 20 de septiembre en el Teatro Saint-Denis 2.
"Las vueltas del Citrillo" se ubica en la Ciudad de México de principios del siglo XX, a finales de la época del porfiriato, y plasma algunos elementos sociales y culturales de ese tiempo, abordando la desintegración arquitectónica, el asentamiento de expendios de bebidas alcohólicas, la inseguridad y la injusticia. Pero también -según ha explicado- tendrá algo de realismo mágico. En el elenco se encuentran actores como Damián Alcázar, José María Yázpik, Vanesa Bauche, Jorge Zarate, Carlos Cobos, Mario Zaragoza y Giovanna Zacarías.
El guión fue redactado por el propio Cazals durante tres años y medio, ya que lo interrumpió para hacer el documental de ficción "Digna, hasta el último aliento". Sitúa buena parte de la acción sen una peluquería de la Ciudad de México, en la que seres sin presente ni futuro se reunen a consumir sus vidas y a contar cuentos de muertos y desaparecidos.
Felipe Cazals también ejercerá como Jurado Internacional del Nuevo Festival de Montreal y exhibirá su película "Canoa", una de las más emblemáticas de su carrera junto a "El apando" y "Las Poquianchis". Se exhibirá al término de "Las vueltas del Citrillo" y posteriormente tendrá otra función el 21 de septiembre en el Cine Quartier Latin 9.
El cineasta mexicano Felipe Cazals estrenará a nivel internacional su más reciente película, "Las vueltas del Citrillo", en el Nuevo Festival de Cine de Montreal (del 18 al 25 de septiembre). Es una producción del IMCINE (a través del FIDECINE), 4 Soles Films, los Estudios Churubusco Azteca y la Universidad de Guadalajara. La premiere tendrá lugar el 20 de septiembre en el Teatro Saint-Denis 2.
"Las vueltas del Citrillo" se ubica en la Ciudad de México de principios del siglo XX, a finales de la época del porfiriato, y plasma algunos elementos sociales y culturales de ese tiempo, abordando la desintegración arquitectónica, el asentamiento de expendios de bebidas alcohólicas, la inseguridad y la injusticia. Pero también -según ha explicado- tendrá algo de realismo mágico. En el elenco se encuentran actores como Damián Alcázar, José María Yázpik, Vanesa Bauche, Jorge Zarate, Carlos Cobos, Mario Zaragoza y Giovanna Zacarías.
El guión fue redactado por el propio Cazals durante tres años y medio, ya que lo interrumpió para hacer el documental de ficción "Digna, hasta el último aliento". Sitúa buena parte de la acción sen una peluquería de la Ciudad de México, en la que seres sin presente ni futuro se reunen a consumir sus vidas y a contar cuentos de muertos y desaparecidos.
Felipe Cazals también ejercerá como Jurado Internacional del Nuevo Festival de Montreal y exhibirá su película "Canoa", una de las más emblemáticas de su carrera junto a "El apando" y "Las Poquianchis". Se exhibirá al término de "Las vueltas del Citrillo" y posteriormente tendrá otra función el 21 de septiembre en el Cine Quartier Latin 9.
- © Víctor Uribe-NOTICINE.com