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Las primeras espadas del cine mexicano, las más internacionales, de los ganadores del Oscar a Salma Hayek, se han unido para recaudar fondos médicos y financieros para ayudar a los trabajadores mexicanos de la industria cinematográfica. La iniciativa se llama Sifonóforo, y tiene como objetivo apoyar a los miembros más vulnerables del sector audiovisual del país, tras meses sin trabajo ni ingresos.

Después de tres meses de parón por la pandemia del coronavirus, las salas de cine en Colombia están planificando reabrir sus puertas sin poner en riesgo la salud de sus empleados y de sus clientes, pero mientras toman la delantera los autocines, donde la primera cinta será la animación de los hermanos Yaya, "Tundama".

La web mexicana Sector Cine cierra sus puertas, y a modo de despedida, ha realizado un aporte relevante, creando su lista de las 100 mejores películas mexicanas de la historia. En esta tarea han sido consultados 35 expertos de cine mexicano que han nombrado sus 25 favoritas. Sumando los puntos otorgados ha resultado esta lista, que encabeza el español Luis Buñuel con el clásico "Los olvidados".

El español Desierto de Tabernas (Almería) ha sido desde mediados del siglo pasado uno de los escenarios cinematográficos más importantes de Europa, por su paisaje, más propio del Oeste americano o los desiertos de Asia. Allí se filmaron casi todos los "Espagueti westerns", "Lawrence de Arabia" (1962), "Indiana Jones y la última cruzada / Indiana Jones and the Last Crusade" (1989), "Cleopatra" (1963), "Exodus: Dioses y reyes / Exodus: Gods and Kings" (2014) o "Conan, el bárbaro / Conan the Barbarian" (1982)... Y así hasta más de 300 películas. Ahora, la Academia de Cine Europeo ha designado al desierto del oriente andaluz Tesoro de la Cultura Cinematográfica, un premio que reconoce lugares simbólicos para el cine que deben mantenerse y protegerse.

Ya está en la plataforma BoliviaCine un film clave en la difusión del nuevo cine boliviano, "Dependencia sexual", de Rodrigo Bellot, su opera prima, ahora con 17 años de vida en los que entre otras presencias reseñables representó al país andino en los Oscars de 2004. La película, que cuenta cinco historias inconexas entre sí, repartidas en Estados Unidos y Bolivia y relacionadas con cómo afectan temas sexuales a sus protagonistas. "Tenía 21 años, y no sabíamos lo que estábamos haciendo; lo hicimos desde el corazón y la curiosidad del que tiene ganas de hacer cine. Ahora, con más de 40 años, he trabajado en una decena y media de largometrajes, en ocho países diferentes, de presupuestos bajos y altísimos", decía Bellott.