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El Festival Internacional de Cine de Sitges, especializado en cine fantástico y de terror, repetirá por segundo año un evento especial para las admiradoras y los admiradores (éstos minoría) de la saga "Crepúsculo", con una jornada dedicada a la segunda entrega cinematográfica basada en las novelas de Stephenie Meyer, "Luna nueva", que se estrenará mes y medio después en España. Tendrá lugar el 3 de octubre en el hotel Meliá de la ciudad costera catalana, con entrada libre y la asistencia de uno de los actores secundarios, Jamie Campbell.

"Precious: Based on the novel Push by Sapphire", drama juvenil afroamericano producido por la estrella televisiva Oprah Winfrey y dirigido por Lee Daniels, consiguió el pasado fin de semana el Premio del Público, único en el no competitivo Festival de Toronto. El film, la historia de redención de una obesa adolescente de Harlem víctima de abusos, que ya había triunfado a principios de año en Sundance, es uno de los favoritos al Oscar.

En esta jornada de Festival nos hemos encontrado con una de las grandes favoritas para la Concha: "El secreto de sus ojos", un film de Juan José Campanella con Ricardo Darín y Soledad Villamil de protagonistas. Recibió una sonora ovación al final de la proyección y nadie dudó en felicitar al director durante la rueda de prensa. Por otro lado también se proyectaron "Keshtzar haye sepid" (Los prados blancos), de Mohammad Rasoulof, que destacó más por su carácter político que por su valor cinematográfico, y "This is love", de Matthias Glasner, que tuvo escasos aplausos.

Tras el paso del huracan "Pitt-Tarantino" y la marcha de los medios menos cinematográficos, el Festival retoma este sábado la normalidad pero con un ritmo endiablado. Fuera de concurso se presentaba lo último de Fernando Trueba, "El baile de la Victoria", precandidata por España para los Oscars y protagonizada por Ricardo Darín, Abel Ayala y Ariadna Gil entre otros. Un film que aburrió a la mayoría de los presentes e incluso se escuchó algún silbido esporádico. "Le refuge" de Francis Ozon, lanzada ya en Toronto, tuvo por su parte silencio al finalizar la proyección aunque las sensaciones fueron positivas.