Críticas
Crítica: "Depredador: Tierras Salvajes", la aventura que humaniza al cazador
Por Ranny Vasquez
Dan Trachtenberg regresa al universo del "Depredador" con un objetivo bien definido: expandir la franquicia sin perder lo que la hace funcionar. Luego de "Depredador: La presa / Prey" (2022), donde devolvió al personaje su dimensión más física y primitiva, "Depredador: Tierras Salvajes / Predators: Badlands" (2025) da un paso distinto, coloca al ícono en el centro narrativo, lo encara con cierta empatía y construye a su alrededor una historia de aventura, ciencia ficción pulp y una sensibilidad poco habitual dentro de la saga.
Dan Trachtenberg regresa al universo del "Depredador" con un objetivo bien definido: expandir la franquicia sin perder lo que la hace funcionar. Luego de "Depredador: La presa / Prey" (2022), donde devolvió al personaje su dimensión más física y primitiva, "Depredador: Tierras Salvajes / Predators: Badlands" (2025) da un paso distinto, coloca al ícono en el centro narrativo, lo encara con cierta empatía y construye a su alrededor una historia de aventura, ciencia ficción pulp y una sensibilidad poco habitual dentro de la saga.
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Crítica: "Subsuelo", el viaje a la estetización de la crueldad por Fernando Franco
Por Santiago Echeverría
El español Fernando Franco, tras participar en la última Seminci, lleva esta semana su nuevo trabajo, "Subsuelo", a las salas comerciales. Se trata de una película que se anuncia como un thriller psicológico pero que, en el fondo, es un ejercicio implacable en la exposición del horror doméstico. Desde su imponente plano secuencia inicial, la cinta establece una dicotomía poderosa: la calma aparente de una noche de verano es solo la delgada película que recubre una violencia latente, lista para estallar con la fuerza de una piedra arrojada a una piscina en calma.
El español Fernando Franco, tras participar en la última Seminci, lleva esta semana su nuevo trabajo, "Subsuelo", a las salas comerciales. Se trata de una película que se anuncia como un thriller psicológico pero que, en el fondo, es un ejercicio implacable en la exposición del horror doméstico. Desde su imponente plano secuencia inicial, la cinta establece una dicotomía poderosa: la calma aparente de una noche de verano es solo la delgada película que recubre una violencia latente, lista para estallar con la fuerza de una piedra arrojada a una piscina en calma.
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Crítica: "Soy Frankelda", esplendor visual para una trama que no llega a su altura
Por Santiago Echeverría
Existe un momento en "Soy Frankelda", el primer largometraje mexicano realizado en la técnica de stop motion, que encapsula a la perfección la esencia de la película. Es un número musical frenético, una explosión de color y formas abstractas donde la animación alcanza un clímax de pura creatividad. En ese instante, uno es testigo del monumental esfuerzo y el desbordado amor que los hermanos Arturo y Roy Ambriz, con el apoyo de Guillermo del Toro, han volcado en cada fotograma. Sin embargo, es la misma secuencia la que, de manera involuntaria, revela la paradoja central del film: una narrativa que lucha por mantener el ritmo de su deslumbrante fachada.
Existe un momento en "Soy Frankelda", el primer largometraje mexicano realizado en la técnica de stop motion, que encapsula a la perfección la esencia de la película. Es un número musical frenético, una explosión de color y formas abstractas donde la animación alcanza un clímax de pura creatividad. En ese instante, uno es testigo del monumental esfuerzo y el desbordado amor que los hermanos Arturo y Roy Ambriz, con el apoyo de Guillermo del Toro, han volcado en cada fotograma. Sin embargo, es la misma secuencia la que, de manera involuntaria, revela la paradoja central del film: una narrativa que lucha por mantener el ritmo de su deslumbrante fachada.
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Crítica: "Monsieur Aznavour", biografía desde la admiración
Por Santiago Echeverría
Hacer una crítica cinematográfica "objetiva" de "Monsieur Aznavour" sería aparte de un oxímoron, un imposible. Más aún en el caso de quien firma este artículo, que creció con discos de vinilo de Charles Aznavour, propiedad paterna, y nunca ha dejado de escuchar sus canciones. Resumir en algo más de dos horas más de 90 años de vida no era una tarea fácil para los directores y guionistas Mehdi Idir y Grand Corps Malade. Empiezan con el niño Charles, nacido en una familia de emigrantes armenios en Francia, y acaban en la etapa final. El resultado está fundamentalmente reservado a los fans del artista, quienes quedarán al menos medianamente satisfechos. El resto, dificilmente será seducido por esta agiografía del autor de "Hier encore" o "La Bohème".
Hacer una crítica cinematográfica "objetiva" de "Monsieur Aznavour" sería aparte de un oxímoron, un imposible. Más aún en el caso de quien firma este artículo, que creció con discos de vinilo de Charles Aznavour, propiedad paterna, y nunca ha dejado de escuchar sus canciones. Resumir en algo más de dos horas más de 90 años de vida no era una tarea fácil para los directores y guionistas Mehdi Idir y Grand Corps Malade. Empiezan con el niño Charles, nacido en una familia de emigrantes armenios en Francia, y acaban en la etapa final. El resultado está fundamentalmente reservado a los fans del artista, quienes quedarán al menos medianamente satisfechos. El resto, dificilmente será seducido por esta agiografía del autor de "Hier encore" o "La Bohème".
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Crítica: "Siempre es invierno", el amor en tiempos de desamor
Por Santiago Echeverría
La (mala) gestión del abandono, las ilusiones rotas, el dolor que genera depresión, la nostalgia... son sentimientos humanos que frecuentemente se asocian en la ficción (y en la vida) con el género femenino. Es más raro contemplar el trauma de un adiós desde la óptica de un hombre. En "Siempre es invierno", la película de David Trueba basada en una novela propia, " Blitz ", que este sábado cerrará la Seminci de Valladolid y llegará a cines españoles el próximo 7 de noviembre, asistimos a la debacle vital que genera en un arquitecto, Miguel (David Verdaguer), la ruptura con su pareja, Marta (Amaia Salamanca), que coincide con un momento profesional no precisamente magnífico.
La (mala) gestión del abandono, las ilusiones rotas, el dolor que genera depresión, la nostalgia... son sentimientos humanos que frecuentemente se asocian en la ficción (y en la vida) con el género femenino. Es más raro contemplar el trauma de un adiós desde la óptica de un hombre. En "Siempre es invierno", la película de David Trueba basada en una novela propia, " Blitz ", que este sábado cerrará la Seminci de Valladolid y llegará a cines españoles el próximo 7 de noviembre, asistimos a la debacle vital que genera en un arquitecto, Miguel (David Verdaguer), la ruptura con su pareja, Marta (Amaia Salamanca), que coincide con un momento profesional no precisamente magnífico.
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